Las 10 claves del coaching. José Luis Casteleiro
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INTRODUCCIÓN
Hoy en día, es habitual volverse cada vez más individualistas. A cada momento que transcurre, se va más rápido, allá adonde la comunicación se hace a golpe de clic; pero, muchas veces, sin saber muy bien a dónde ir o qué camino tomar y con la sensación de que se está desbordado por los nuevos roles, situaciones y cambios que se han de asumir, tanto en la vida personal como laboral. Las personas se encuentran inmersas en la imperiosa dictadura del día a día, de la inmediatez, de conseguir resultados al instante; donde no se tolera el fracaso, quedando las cuestiones humanas en un segundo plano. La despersonalización de las relaciones humanas, en numerosas ocasiones, conduce a no poder encontrar a alguien con el que compartir problemas, fracasos o nuevos proyectos e ilusiones con confianza.
Por todo ello, surge la necesidad de encontrar a ese “alguien”, es decir, a una persona externa con la que poder desarrollar un diálogo interior; que sirva de guía y que motive, inspire y ayude a crecer no solo profesionalmente, sino también personalmente. Es por eso que la importancia del coaching está aumentando de manera exponencial en cada ámbito de la sociedad, emergiendo con fuerza como un recurso y una herramienta necesaria para relacionar con éxito las capacidades con la posibilidad de mejora. El coaching se está convirtiendo un modelo de vida, ayudando a mejorar el bienestar de las personas a todos niveles; pero también de negocio, no solo por las salidas profesionales que ofrece, sino porque, además, ha asumido un papel principal en el mundo empresarial.
Con este libro, lo que se pretende es despejar las dudas que, con la popularización de este término, existen sobre esta disciplina y acercar el coaching a cualquiera que tenga interés en conocer en qué consiste; para mostrarle los beneficios y ventajas que podrá experimentar si decide aplicarlo consigo mismo, o para que aprenda a utilizarlo si se decanta por formarse y ejercer profesionalmente como coach. Para ello, hemos analizado cada uno de sus fundamentos en profundidad, con el fin de seleccionar sus claves más importantes, las cuales hemos estructurado en diez capítulos. No obstante, es preciso hacer hincapié en que el coaching, como disciplina, se encuentra sujeto a diferentes puntos de vista, resultando su ejercicio muy heterodoxo. Por esta razón, lo designaremos en todo momento en minúsculas, a pesar de algunas corrientes y modas absurdas que insisten en distinguir entre “coaching” y “Coaching”, con el único afán de confundir y vender una visión sesgada y distorsionada de su verdadera naturaleza. Una vez aclarados estos aspectos, es el momento de sumergirnos en ello, a través de estas páginas, y comenzar con el aprendizaje.
I. ¿QUÉ ES EL COACHING?
1.1. Orígenes del Coaching
Para entrar en materia, comenzaremos por explicar qué es el coaching1: su concepto, definición y principales características; para aclarar cualquier duda o idea errónea o preconcebida que el lector pueda tener al respecto. Además, antes de aprender a realizar un proceso de coaching, primero es indispensable saber de qué se trata y en qué consiste. Para ello, en primer lugar, es importante conocer de dónde viene el término, cómo surge y las influencias que han inspirado, moldeado y dado lugar a esta disciplina.
En lo que respecta, estrictamente, al origen del término, se debe señalar:
Hungría (siglos XV-XVI)
En la Hungría de los siglos XV y XVI, comenzó a utilizarse un carruaje de transporte, tirado por caballos, con un sistema de suspensión que hacía mucho más cómodo el viaje, llamado kocsi szekér. El término kocsi pasó al alemán como kutsche, al italiano como cocchio, al inglés como coach —donde es utilizado para designar varios medios de transporte— y al español como coche.
Analogía entre coche y coach
Aunque, a priori, este significado no tenga nada que ver con la función que, hoy en día, desempeña un coach2, entendiéndolo como entrenador —aunque en sucesivas páginas profundizaremos en el término—; ambos términos están más relacionados de lo que parece. Si establecemos una analogía entre coche y coach, de igual manera que el primero, la función de un coach consiste en transportar a las personas del lugar en el que se encuentran actualmente, a otro donde quieren llegar; pero como en un coche, es el conductor el responsable del rumbo y de las decisiones y consecuencias que se tomen durante el trayecto. Por tanto, el coche, al igual que el coach, son herramientas que nos ayudan a llegar a nuestro destino.
Por otra parte, si nos centramos en el origen de esta disciplina como entrenamiento —no en lo físico, sino, en relación a lo mental—, resulta necesario hablar de las fuentes en las que se basan sus fundamentos y que le confieren un sentido como tal, desde la Grecia Clásica hasta la psicología fundamentada en las corrientes filosóficas y humanistas del siglo XX.
En base a ello, de entre las principales fuentes clásicas del coaching, podemos destacar:
Sócrates
Sin lugar a dudas, Sócrates fue uno de los más importantes pensadores de la filosofía occidental y universal, sirviendo de inspiración y ejerciendo una gran influencia en sus discípulos, entre ellos, Platón. Es el creador del método socrático, técnica muy utilizada en la Antigua Grecia, especialmente famosa por la célebre frase “solo sé que no sé nada”. Cuando Sócrates la ponía en práctica, actuaba preguntando a sus discípulos o interlocutores. Empezaba por alabar los conocimientos del otro, seguido de preguntas reiteradas — acompañadas de una buena dosis de ironía— con las que conseguía que el propio interlocutor fuera consciente de su propia ignorancia, hecho que resultaba el primer paso para aprender. Después de estas preguntas, aplicaba la mayéutica, la cual consistía en un diálogo por el que el interlocutor interpelado descubría las verdades por sí mismo. En otras palabras, la mayéutica se basa en el arte de la pregunta y a través de ella se estimula a los demás a encontrar sus propias soluciones. De este modo, al igual que el coaching, el método socrático establece que todo el mundo dispone de las herramientas internas necesarias para alcanzar sus objetivos y simplemente necesita un guía para aprender a utilizarlas con eficiencia. El arte de la pregunta constituye la respuesta y está encaminado a elevar el nivel de consciencia del cliente (también llamado coachee3), llevándole a descubrir las acciones que le facilitarán conseguir el reto planteado.
Platón
Platón va en la línea del método socrático; sin embargo, lo lleva un paso más allá, afirmando que el autoconocimiento4 transforma hasta alcanzar el metaconocimiento5. Es decir, reflexionar y adquirir conciencia del yo y de sus cualidades, permite conocerse mejor a uno mismo: qué y cómo se piensa, de qué manera se actúa y cuáles son las capacidades intrínsecas. Esto mismo ocurre en un proceso de coaching, al producirse una transformación a través del propio autoconocimiento.
Aristóteles
Por su parte, Aristóteles, contribuye a realizar una de las principales aportaciones al coaching en lo relativo a la filosofía ontológica, esto es el estudio del “ser”. Aristóteles escribió: “una cosa es lo que somos”, lo que él llamaba el “ser” o “primera naturaleza”; “y otra lo que podemos llegar a ser”, considerado como el “yo ideal” o “el deber ser”. En un proceso de coaching, el coach conduce al cliente para que llegue a ser lo que debe ser, a su “yo ideal”; incorporando nuevos hábitos que le acerquen a su objetivo o reto.
Obviamente, el coaching no solo bebe de los antiguos clásicos, sino que son múltiples los enfoques y las disciplinas que sirven de referencia y que han sido fuente de inspiración, hasta configurar y definir esta disciplina tal y como hoy en día la conocemos. A continuación, destacaremos algunas de estas influencias modernas, de manera resumida y concisa, pues no queremos marear al lector con demasiados términos científicos; porque, en definitiva, no resulta determinante a la hora de aprender lo que es el coaching. De todas maneras, aunque no es necesario conocerlas