Soy activista. Caroline Paul

Soy activista - Caroline Paul


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ves, estos mensajes son cortos y claros. No hay mucho espacio en una pancarta; además, quieres que tu mensaje lo vean y lo entiendan todos. Por eso no deberías escribir esto:

      ¿Sabes qué? No estoy seguro

      de que me guste lo que está pasando

      con el aire, el agua y los árboles

      (¡por no hablar de los osos polares!),

      porque me enfada mucho,

      pero mucho.

      Cora Colin, de ocho años, se puso triste cuando Donald Trump fue elegido presidente de Estados Unidos. «Quiere construir un muro entre nuestro país y México. ¡Pero él no manda sobre dónde puede ir la gente!». Así que Cora dibujó una pancarta que decía: «Construye puentes, no muros». Usó la pancarta en una marcha de protesta (consulta Marcha en la página 86) con su familia, y también la enseñó por la ventanilla del coche que la llevó hasta allí para que la gente que iba en otros vehículos y caminaba por la acera pudiese pensar en su consigna. «Los puentes conectan a las personas, y los muros las separan», explicó.

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      Tu pancarta debería hacer una declaración de principios (Venceremos), apoyar una causa (Paz en la Tierra) o pedir un cambio (No a las pruebas con animales). Cuando hayas hecho la pancarta, puedes enseñarla por la ventanilla del coche (como hizo Cora), pegarle un palo y agitarla o colgarla de tu balcón (o en el de otra persona, pero esto último no te lo recomendamos).

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      ¡PASA A LA ACCIÓN!

      Esto es lo que necesitas para hacer una pancarta sabia, impactante (y puede que hasta humorística):

      1. ¡Una causa!

      2. Algo donde escribir.

      3. Un palo y cinta adhesiva (opcional).

      4. Algo con lo que escribir.

      5. Una determinación (¡seguramente la indignación!).

      6. Un mensaje.

      7. Un buen diseño: ¡letras grandes! ¡Colores vistosos! ¡Dibujos atrevidos!

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      3) INICIA UNA PETICIÓN

      Una de las primeras cosas que aprendemos a escribir es nuestro nombre. Esto tiene su razón de ser. Nuestro nombre escrito es una de las maneras de decir: «¡Hola, estoy aquí!». Una petición va un paso más allá y dice: «¡Hola, estoy aquí y tengo algo que decir!».

      A Mia Hansen, de diez años, le gustaban los batidos, pero no los vasos de poliestireno en los que los servían. Sabía que el poliestireno tarda más de un millón de años (!) en desaparecer de la faz de la Tierra, que contiene sustancias químicas tóxicas y cancerígenas, y que los animales se lo comen por accidente y mueren. Así que inició una petición a través de una web especializada. Una petición es como una carta, pero en lugar de firmar diciendo «Atentamente, la Menda», está firmada por un montón de gente. En el caso de la petición de Mia, «un montón» era la friolera de 130 000 nombres. A las tres semanas de iniciar la petición, los ejecutivos de la empresa de batidos se pusieron en contacto con Mia para decirle que iban a usar un material menos dañino para el medio ambiente.

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      Katy Butler, de diecisiete años, inició una petición cuando se dio cuenta de que Bully, un documental sobre el acoso escolar, podría no llegar al público adolescente porque los menores solo podían verlo si iban acompañados de un adulto. Katy, que había sufrido acoso escolar en el instituto, sabía que el mensaje de la película era vital, por lo que recurrió a una página web de peticiones y utilizó su plataforma para pedir que la Asociación Cinematográfica de Estados Unidos reconsiderase su calificación. «Solo en este curso, más de trece millones de niños sufrirán acoso escolar. Piensa en cuántos de estos niños podrían beneficiarse de ver esta película», decía la petición. La firmaron más de 500 000 personas; después de un pequeño montaje en el que se eliminaron tres palabrotas, se cambió su calificación para que pudiesen verla los menores de trece años bajo supervisión de un adulto, lo que permitió que la película pudiese exhibirse en colegios y cines de todo el país.

      Tanto Katy como Mia demuestran que las peticiones funcionan. Hacen falta mucha pasión y compromiso para iniciar una petición: hay que investigar la causa, escribir un párrafo explicativo y luego reunir firmas, ya sea por Internet o en persona. Pero no se necesita mucho esfuerzo para plantar tu firma en un papel. Las empresas y los Gobiernos entienden que tú eres un activista serio, pero quizá no piensen lo mismo de tus firmantes. Por eso es importante que las peticiones vayan acompañadas de la atención de los medios de comunicación y las redes sociales (consulta Usa las redes sociales en la página 52). Esto ayudará a difundir el mensaje de tu petición y servirá para presionar aún más a quienes pueden cambiar la situación.

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      ¡PASA A LA ACCIÓN!

      En Internet ya hay peticiones que puedes firmar, pero tú también puedes iniciar una.

      1. ¿Cuál es tu causa?

      2. Recopila información.

      3. Averigua a quién debes dirigir la petición. Está muy bien pedirle a tu madre que destituya a un funcionario electo, pero lamento decirte que no está en su mano. Asegúrate de que la persona, la empresa o el Gobierno al que te diriges puede llevar a cabo el cambio que exiges.

      4. ¡Consigue la ayuda de amigos y amigas! Y de adultos.

      5. Escribe la declaración explicando qué quieres y por qué.

      6. Reúne firmas. Podrías usar una página web de peticiones como Change.org y difundirla a través de las redes sociales (consulta Usa las redes sociales en la página 52). Podrías imprimirla y poner una mesa a la puerta de una tienda o repartirla en tu centro de enseñanza, si te dan permiso. También puedes repartir copias de la petición para que otros puedan reunir aún más firmas.

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      7. Ponte en contacto con el periódico, la radio y la televisión de tu ciudad e infórmalos de tu causa y/o envía una nota de prensa. La cobertura mediática no solo aumenta la posibilidad de que firmen más personas, también promueve que la gente se conciencie con tu causa. Además, sirve para convencer a quienes estás reclamando algo de te atención, porque lo último que quieren es una atención mediática negativa.

      8. Envía la petición (consulta el paso 3).

      9. Espera.

      10. Si no hay respuesta a la petición, ¡inicia una escalada! Vuelve a contactar con los medios de comunicación y ponlos al día. Plantéate la posibilidad de una reunión personal (consulta Habla cara a


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