Yi jin jing. Teresa Menchén Rodríguez
darían lugar a la dinastía Tang (618-907) y convertirían a Li Shimin en emperador. Según los datos des-cubiertos, parece ser que este apoyo militar fue una opción estratégica que ayudó al monasterio a recibir el favor de los emperadores de la dinastía Tang y a asegurar su supervivencia, en una época en la que el budismo perdía el apoyo imperial a favor del taoísmo. Pero es importante señalar que en estos textos no se alude en ningún momento a las técnicas de lucha que han hecho famoso al monasterio en nuestros días, y que incluso en los textos religiosos de la época no se aludía a la habilidad marcial de los monjes, quizá porque ello era contrario a los principios de la espiritualidad (Shahar, 2000).
A pesar de lo explicado, el origen de las artes marciales chinas, conocidas actualmente bajo el poco adecuado término de wushu o kun-fu, sigue siendo uno de los interrogantes por aclarar en los estudios históricos. Tradicionalmente, además de asociarse este origen a la figura de Bodhidharma, aparece también el nombre de otro monje taoísta: Zhang Sanfeng. De hecho, se considera que Bodhidharma creó lo que se conoce como las artes marciales chinas externas en el templo Shaolin, mientras que Zhang Sanfeng habría dado origen a las artes marciales chinas internas en las montañas de Wudang.
Sin embargo, parece ser que esta distinción tan popular entre los practicantes de artes marciales apareció por primera vez en la historia china con el intelectual confucionista Huang Zongxi (1610-1695 d.C), en relación a su oposición hacia el gobierno extranjero de la dinastía Manchú. Parece ser que Huang estableció esta distinción para simbolizar la rivalidad entre la cultura autóctona y la procedente del extranjero, de modo que asoció el monasterio Shaolin, exponente del budismo, una religión extranjera, con el gobierno Manchú, y las montañas de Wudang, exponentes del taoísmo autóctono chino, con lo interno y la resistencia china contra el régimen Manchú (Henning, 1981).
Para finalizar, nos gustaría destacar que, dada la antigüedad de los hechos, la rivalidad entre escuelas y tradiciones religiosas de la época y la “invención de la tradición” que se puede detectar en muchas facetas de la cultura china para crear prestigio y conferir autenticidad, encontrar objetividad entre la multitud de informaciones, transmisiones y verdades que nos llegan desde China constituye un auténtico reto al que se enfrentan y seguirán enfrentándose los investigadores de la cultura china. Esperemos que, en cierto modo, este capítulo haya servido para aclarar un poco más el mito sobre Bodhidharma y el origen de las artes marciales chinas.
Jardines de Yuyuan (Shanghai)
Referencias bibliográficas
Cheng, A. (2002). Historia del pensamiento chino. Barcelona, Bellaterra.
Diepersloot, J. (2004). El Tao del Yiquan. Los guerreros de la quietud. El método de la consciencia de las artes marciales. Barcelona, Liebre de Marzo.
Dumoulin, H. (1993). Early Chinese Zen Reexamined. A supplement to Zen Buddhist; A History. Japanese Journal of Religion Studies 20(1): 31-53.
Henning, S. (1981), The Chinese Martial Arts in Historical Perspective. Military Affairs 45 (4):173-179.
Jwing-Ming, Y. (1995). Chi Kung del cambio músculo/tendon y lavado médula/cerebro. El secreto de la juventud. Madrid, Mirach.
Lachman, C. (1993). Why did the Patriarch Cross the River? The Rushleaf Bodhidharma Reconsidered. Asia Mayors 6(2): 237-267.
Mora, F. (2006). Padmasambhava y el budismo tibetano. Barcelona, Kairos.
Nukariya, K. (2005). La Religión de los Samurai. Barcelona, Paidós Orientalia.
Piñero, A. y Peláez, J. (eds). (2007). Los libros sagrados en las grandes religiones. “Los fundamentalismos”. Salamanca, Almendro de Córdoba.
Shahar, M. (2000). Epigraphy, Buddhist Historiography, and Fighting Monks: The Case of The Shaolin Monastery. Asia Mayors 13(2): 15-36.
Tola, F. y Dragonetti, C. (1999). El Sūtra del Loto de la Verdadera Doctrina. Saddharmapundarīkasūtra. México, Colegio de México y Asociación Latinoamericana de Estudios Budistas.
Weizhen, C. (1993). Yijinjing. Ejercicios para el fortalecimiento de los tendones. Madrid, Miraguano.
Zimmer, H. (2010). Filosofías de la India. 1ª Edición 1951. Madrid, Sexto Piso.
Capítulo 2
Salud en Oriente frente a salud en Occidente
En el Canon deMedicina del Emperador Amarillo (Hoang Ti NeiJing)aparece, en el capítulo titulado “De los distintos métodos de tratamiento para gente de diferentes regiones geográficas”, una conversación muy interesante entre el Emperador y su médico, Chi-Po.
Emperador Amarillo.– Una misma enfermedad puede ser tratada por los médicos con diferentes métodos, y todos los métodos distintos son igualmente efectivos para curar una enfermedad. ¿A qué se debe?
Chi-Po contestó: Esto se debe a las circunstancias geográficas de las distintas regiones. Dado el clima y la forma de vida de sus habitantes, la aguja de piedra fue inventada oficialmente en el este, la fitoterapia o tratamiento con hierbas en el oeste, la moxibustión en el norte, las agujas finas en el sur, y los ejercicios físicos terapéuticos y el masaje en la región central.
De esta conversación se desprende la idea de que las prácticas físicas de salud, conocidas como Chi-Kung o Qi-Gong, han formado parte de la medicina china desde la más remota antigüedad. En este capítulo se va a profundizar en los parámetros que definen la Medicina Tradicional China (MTC) tomando como referencia las diferencias que se establecen con la medicina occidental.
Antes de comenzar, es conveniente realizar algunas matizaciones. Para acercarse a la MTC, el hombre occidental debe superar algunos patrones mentales y tomar conciencia de la existencia de otras formas culturales de interpretar y explicar la fisiología y la anatomía corporales y de afrontar el concepto de la salud.
Occidente se ha acercado con cierta ambivalencia a la medicina oriental: con desprecio, por considerarla como “curanderismo excéntrico” al no adaptarse al modelo de “medicina moderna científica”; o idealizándola y mitificándola por su filosofía holística, el concepto de energía y su gran antigüedad. Pero independientemente del punto de vista que se adopte, lo cierto es que la MTC ha subsistido durante siglos, no sólo porque sus técnicas producen resultados tangibles, sino también porque encarna una filosofía coherente que integra muchos aspectos de la vida humana.
Cuando se habla de MTC no hay que confundirse y pensar en una medicina exclusiva y única. Lo que se conoce hoy en día como China ha sido una región poblada por numerosas étnias locales, cada una de las cuales disponía de su propia tradición médica, que se habrían influido de vez en cuando entre sí; luego hay muchas fórmulas de MTC, aunque el gobierno actual chino está recopilando todas estas prácticas médicas de forma oficial para conferirles una cierta unicidad.
Unschuld (2004) y Hammer (2002) afirman que antes de 1950 no existía ningún sistema cerrado de teoría y práctica que pudiese recibir el nombre de MTC. Esta denominación aparece por primera vez en 1958 cuando por intereses políticos de la República Popular China se crean las bases, a nivel gubernamental, de lo que se quiere mostrar a Occidente como la Medicina Tradicional China, y alcanza su expansión actual en 1986, cuando se aprueba un programa oficial sobre los planes de estudio en la formación profesional médica.
Las bases de partida que van a diferenciar la medicina oriental de la occidental, según Kuriyama (2005), no sólo se establecen desde planteamientos