Al cerrar los ojos. Néstor Tellechea
a vivir hablando
aún a riesgo de no ser real
sin vértigo
sin dolor
sin aire desesperado
contesto como todo lo que se impuso ser en mí
Perú
París
cielo cerrado
cartas desesperadas que escribí
saliva ardiendo de pronunciación esperada
contesto aprovechando que la vigilia de las preocupaciones
no puede escucharme
no soy día
ni explicación posible
contesto al revés
de la trama
de lo concebido
contesto como testimonio
de posibilidad
de rareza
fui hasta el fondo del idioma
y lo traje lejos
y no lo quisieron así
diluvio sin antepasados
le contesto a un sueño que habló
de la imposibilidad
de ser preciso
contesto que lo que más se puede hacer en vida
es transformarse en sombra
de presentimiento
en lo que soy
ya no llueve
y ya no hay avances
ni retrocesos
y hablan solo los detalles
de lo que se fue
vivido por mí
humo de diluvio de vida
levantándose del suelo
de lo que ya no será
contesto por lo que contestó
con mi voz
el silencio irreal
de una realidad
renacida en un sueño
lo que puede la lluvia
no pueden las palabras
contesto desde nunca
o no se sabe cómo
el silencio
fue y será
un más allá
sostenido
por la todavía inmortalidad de los sueños
contesto porque viví la duda
la opresión de la inminencia
el suspiro por nada
diluvio de mirar el todo
para entender un poco
más de mí mismo en casi todo
de a hilos
de a trenzas de agua corriendo
una vez que ya fueron otra cosa
y cumplieron con dejarse escribir
a mi manera
de a saltos de habla
de a sorpresas calladas y anotadas
de hacerme volver
hacia atrás a mí mismo
para sentir si era cierto
cómo me dije yo mismo
sintiéndome
íntimo
insocial
como la voz
de nada
como palabras de nadie
en oídos que duermen
y pecho que respira
como memoria flamante y apenas resistente
que fluye
por un presente
inexistente
y largo
contesto sin oscuridad
sin luz
chubascos de mí mismo en un sueño
no tengo que saber por qué contesto
como alivio
permeabilidad
o vacío
dictado por mí mismo
en donde soy sin ser
contesto
que la velocidad del ser
es un problema que impone la insistencia de la vida
no hay límites
en donde no se es
no hay dictación
de desengaño
César
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