Forming Intentional Disciples. Sherry A. Weddell

Forming Intentional Disciples - Sherry A. Weddell


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Para los adultos jóvenes hispanos, la identidad religiosa también es cada día más cambiante. Una encuesta realizada en el 2010 por la Prensa Asociada-Univisión reveló que solamente el 55% de los jóvenes hispanos de 18 a 29 años de edad dijeron ser católicos.24

      Es interesante descubrir que los hispanos que se convierten a otra denominación cristiana lo hacen por las mismas razones que los católicos estadounidenses, pero a un grado aún mayor. El 83% de los hispanos que dejan la Iglesia Católica se convierten a cualquier otra denominación cristiana y 90% de los hispanos convertidos al evangelicalismo dicen que lo hicieron porque buscaban una relación más cercana y personal con Dios. Esta preocupación tan seria por tener una relación personal con Dios tiene sentido si tomamos en cuenta que la mayoría de los hispanos católicos y los hispanos protestantes tienen una espiritualidad carismática.

      La liturgia es un factor importante para muchas personas al tomar la decisión de quedarse en la Iglesia Católica o abandonarla. El 61% de los hispanos que abandonan el catolicismo dicen que la liturgia no es “dinámica y emocionante”, aunque nunca se ha definido lo que esto significa. Un 36% de los católicos hispanos que se convierten al protestantismo dicen que la liturgia fue un factor importante por el que decidieron volverse protestantes. Por otro lado, 71% de los hispanos que deciden permanecer en la Iglesia Católica dicen que para ellos la liturgia es “dinámica y emocionante”.

      Otro factor que contribuye al cambio de identidad religiosa de los hispanos es su asimilación a la cultura de la mayoría. Los hispanos tienen más probabilidades de dejar la Iglesia Católica si han nacido en los Estados Unidos. De la misma manera, si el inglés es su idioma dominante, tienen el doble de probabilidades de no ser católicos. Si estos hispanos son de la segunda o tercera generación que ha residido en los Estados Unidos, lo más probable es que se conviertan al protestantismo o dejen la Iglesia Católica.

       Multitudes en el valle de la decisión

      Detrás de la cruda realidad que hemos estado analizando, se encuentran diversas oportunidades que nos sorprenden y nos llenan de esperanza. Por ejemplo, la “Encuesta sobre el Panorama Religioso en los Estados Unidos” reveló que la mayoría de los adultos estadounidenses que abandonan la fe de su infancia lo hacen de manera gradual y no de un día para otro. Esto sucede también con las personas que se alejan de la Iglesia Católica. Muy pocas personas se despiertan por la mañana y deciden, “Creo que hoy me voy a convertir en bautista”. La evidencia muestra que la gente se siente insatisfecha y considera la idea de dejar su fe por un par de años antes de tomar el primer paso, y que la mayoría pasa por dos o tres cambios de religión antes de establecerse en su nuevo hogar espiritual. La mayoría de las personas tienen sentimientos encontrados cuando consideran abandonar la fe de su infancia; no saben si deben dejarla y no están seguros de a dónde deben ir una vez que lo hagan. En otras palabras, para la mayoría de las personas, los cambios de religión son un camino y una búsqueda, no simplemente un abandono instantáneo de sus creencias.

      La realidad es que en este preciso momento, millones de estadounidenses, incluyendo muchos antiguos católicos, están abiertos a abrazar la fe de Jesucristo y su Iglesia. Pensemos en aquellos que sabemos que están buscando activamente o que por lo menos están explorando sus alternativas espirituales:

      • Aquellos que crecieron fuera de la fe y que están analizando sus opciones.

      • Aquellos que dejaron la fe de su infancia pero que “no han encontrado la religión correcta”.

      • Los millones de personas “sin afiliación religiosa” que saben que la religión es importante, que oran diariamente y que entran y salen de nuestras parroquias.

      • Los católicos que se han alejado de la Iglesia pero que aún no se han unido a otra congregación religiosa y continúan en la búsqueda.

      • Católicos insatisfechos que no han dejado la Iglesia pero que lo están considerando.

      Estas personas están buscando activamente. Nuestra labor es llegar a ellos deliberada e intencionalmente para ayudarlos a encontrar la perla de gran valor.

       Todo se reduce a una relación

      Cuando los encuestadores de Pew hicieron una serie de preguntas a los adultos estadounidenses sobre el tipo de Dios en el que creían, surgió un patrón alarmante: Casi una tercera parte de las personas que se identificaron como católicos creen en un Dios impersonal.

      Yo siempre había creído ingenuamente que cuando la gente decía que creía en Dios, estaba hablando de un Dios personal. ¿Qué otro tipo de Dios existe? Pues bien, solamente el 60% de los católicos creen en un Dios personal. Un 29% dijo que Dios es una “fuerza impersonal”. El 8% respondió que Dios era “otro” o “ambos” (persona e impersonal) y el 1% no creía en Dios.

      Es particularmente preocupante descubrir que cuando los encuestadores de Pew hicieron la pregunta, “¿Qué se asemeja más a su idea sobre Dios: Dios es una persona con la quien se puede tener una relación o Dios es una fuerza impersonal?”, solamente un 48% de los católicos encuestados respondieron que estaban absolutamente seguros de que el Dios en el que creían era un Dios con el que podían tener una relación personal.

      Por lo tanto, está claro que si alguien dice tener una identidad católica, no necesariamente quiere decir que esta persona cree en el Dios que se encuentra en el centro del catolicismo. ¿Cómo puede tener sentido nuestra fe para millones de católicos cuando la piedra angular —la creencia en un Dios personal que nos ama— simplemente no existe?

      Encontré algo en los resultados de Pew que me hizo detenerme y reflexionar: para los católicos más jóvenes, el nivel de asistencia a los servicios religiosos está directamente relacionado con la certeza de que es posible tener una relación personal con Dios. Esto no ocurre con los católicos mayores, aquellos que tienen más de 69 años de edad. El 62% de la generación de mayor edad asisten a Misa, pero solo el 57% de ellos están seguros de que pueden tener una relación con Dios.

      Tal y como el reporte de Pew lo afirma: los católicos tienen la mayor “brecha generacional” en comparación con cualquier otra comunidad religiosa en los Estados Unidos. El 62% de los católicos mayores de sesenta y cinco años de edad dijeron en el 2008 que asistían a Misa semanalmente, mientras que sólo el 34% de los jóvenes que pertenecen a la Generación Milenio lo hacían. Para los católicos más jóvenes que alcanzaron la mayoría de edad después de que el tsunami cultural de la postmodernidad arrasó el occidente en los años sesentas, el porcentaje de aquellos que asisten a Misa es menor que el porcentaje de los que tienen la certeza de que es posible tener una relación personal con Dios.

Relación personal con Dios y la Misa Asistencia
Todos: 48% 42%
Hombres: 43% 36%
Mujeres: 53% 45%
18-29 años: 40% 34%
30-49 años: 46% 36%
50-64 años: 54% 42%

      Esta tendencia está presente en los tres grupos y en ambos géneros. Entre más joven es el grupo, más bajo es el número de personas que están seguras de que Dios es un Dios personal y que asisten a Misa semanalmente. Solamente un 40% de los católicos encuestados de entre 18 y 29 años dijeron estar seguros de que es posible tener una relación personal con Dios y sólo el 34% de ellos asisten a Misa semanalmente.

      La misma correlación entre


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