Islas griegas. vvaa

Islas griegas - vvaa


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para unas vacaciones en familia hay que ir a las playas de las Cícladas en general, y a Paros y Naxos en particular, pero también a Corfú. Los amantes de la naturaleza estarán encantados en las Espóradas (Alónissos en particular) o en Tasos o Samotracia, al norte del mar Egeo. Por último, no hay que olvidar a los amantes de la mitología y de los yacimientos arqueológicos: paso obligado por la isla museo de Delos o por Ítaca. De todas formas, gracias a las numerosas conexiones y combinaciones marítimas, un centro de interés no excluye al otro. Así, se puede estar de fiesta en Mykonos ¡y embarcar por la mañana en una lanzadera hacia Delos! Sin embargo, un último punto: la especificidad de cada isla radica sobre todo… en el calendario. En contra de lo que se podría esperar, algunos han pasado unas vacaciones familiares y no muy costosas en Mykonos en junio, por ejemplo. Fuera del pleno verano, ¡cada isla está para reinventarse!

      Estancias cortas

      La mayor parte de las Cícladas… en una semana

       Día 1: Atenas. Visita a la Acrópolis y comida en Plaka. Paseo por el ágora, el templo de Zeus y retorno a la plaza del Parlamento pasando por los Jardines Nacionales. Un vistazo al cambio de guardia y un café en la plaza Kolonaki. Por la tarde, ascensión al monte Lycabeto y cena en Psyri o Gazi, en los nuevos barrios modernos de Atenas.

       Día 2: salida hacia Santorini. En avión (treinta minutos) o en barco desde El Pireo (entre cinco y siete horas). Llegada espectacular a esta isla rocosa modelada por las convulsiones del volcán, con sus casas blancas en los bordes de los acantilados. Paseo por Fira, pero duerma en Oia.

       Día 3: Oia. Desde el amanecer hasta la puesta de sol en la caldera. Posible excursión a la isla vecina de Therasia, la «antítesis» preservada de Santorini, las dos islas separdas tras una erupción volcánica.

       Día 4: excursión al volcán. Baño en las aguas calientes del volcán. Por la tarde, visita al yacimiento de Akrotiri, la «Pompeya» griega, y paseo por la Red Beach, unos cientos de metros más abajo.

       Día 5: Tenos. Visita a la iglesia de la Virgen milagrosa y paseo hasta la aldea de Triantaros, a cinco kilómetros.

       Día 6: excursión a Delos. Visita de la famosa isla museo al aire libre, testimonio de un mundo desaparecido. Retorno a Atenas.

       Día 7: Atenas. Visita del Museo Arqueológico. Comer en el barrio de Exarcheia. Última vuelta por Plaka para comprar algunos recuerdos y café en el museo Frissiras.

      Atenas y el golfo Sarónico

      Este itinerario es, por supuesto, modulable en función de los días de que se disponga. Puede hacerse en un sentido u en otro, o elegir solo una o dos escapadas. Todas las islas del golfo Sarónico pueden visitarse en un día desde Atenas.

       Día 1: Atenas y los grandes monumentos. Visita de la Acrópolis temprano por la mañana y paseo entre Plaka y Monastiraki. Es recomendable una visita al ágora, pero se puede optar por un paseo por Syntagma y por los ambientes más modernos de Psyri. Al final de la tarde, ¿por qué no subir al monte Licabeto para disfrutar de unas vistas magníficas sobre la capital? Acabe el día con una cena en el elegante barrio de Kolonaki o bien en Exarcheia, más estudiantil.

       Día 2: Hidra, uno de los puertos más bellos de Grecia. En esta isla prohibida a los coches podrá pasear por un verdadero laberinto de callejuelas y casas blancas, encaladas, con sus típicos elementos azules. Un pequeño puerto repleto de encanto y de embarcaciones de recreo en los fondeaderos. Bonitas residencias de mercaderes en colores pastel frente al mar, que han marcado a los numerosos artistas e intelectuales que vivieron allí.

       Día 3: Egina, la «isla de los pistachos». A cuarenta minutos de Atenas, le encantará la tranquilidad y la belleza discreta de esta isla caracterizada por sus casas neoclásicas, su iglesia blanca de Agios Nikolaos y sus calabazas. No deje de visitar la única columna que se conserva del famoso templo de Apolo, así como el templo de Afaya, a pocos kilómetros del puerto.

       Día 4: llegada a Poros, la isla más cercana al continente. Desde esta isla arbolada se pueden ver las casas con cubiertas de tejas de Galatas, en el Peloponeso, y el famoso Lemonodassos, el bosque de limoneros.

      Aunque prolongue un día la estancia, podrá tomar el ferry y llegar al continente en menos de treinta minutos.

       Día 5: Spetses, «la isla de los Pinos», ahogada en la vegetación, donde resuena ante todo el sonido de los carruajes que ruedan sobre el pavimento y presiden las casas blancas. Las carretas sustituyen a los coches, prohibidos en esta isla. El agua de las playas es limpia y cristalina, y la costa está llena de bañistas despreocupados. ¿Qué más se puede pedir para un fin de semana antes de volver a la capital?

       Día 6: vuelta a Atenas para ver los museos que aún no habrá tenido tiempo de visitar. El Museo Arqueológico, por ejemplo, le puede ocupar toda una mañana. Después puede ir a Omonia y al mercado central para un almuerzo rápido antes de ir a al Cerámico y al mercadillo de Monastiraki. Una excursión por el Areópago y la Pnyx puede ser agradable para terminar el día, antes de ir a cenar a Plaka o asistir al espectáculo de luz y sonido de la Acrópolis (en verano).

      Estancia larga: las islas griegas en 3 semanas

       Día 1: Atenas. ¿Una excursión a la Acrópolis antes de ir a cenar a Plaka? La recomendamos una visita al ágora si tiene tiempo, pero puede optar por un paseo hacia Syntagma para ver el cambio de guardia, o por los ambientes más modernos de Exarcheia o Psyri.

       Día 2: Paros. Salida en ferri hacia esta isla famosa por su mármol blanco. Llegada a Parikia, la capital cultural de la isla. Una opción: el castillo de Paros fue cosntruido en el siglo XIII en la cima de la colina más alta de Parikia. Parikia también posee un museo arqueológico.

       Día 3: estancia, por ejemplo, en el bonito puerto de Naoussa, cerca de las magníficas playas.

       Día 4: excursión a Delos, la famosa isla museo al aire libre deshabitada, testimonio de un mundo desaparecido.

       Día 5: Santorini. Hacia Oia y sus casas blancas en el borde del acantilado. Llegada espectacular a esta isla rocosa, modelada por las convulsiones del volcán, con sus casas blancas sobre el acantilado.

       Día 6: excursión


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