El banco de las ánimas: valoración de su biodiversidad. Rocío García-Urueñ
fondo marino con imágenes provenientes de sensores remotos ópticos satelitales o aerotransportados. Como alternativa a los métodos tradicionales de sensoramiento satelital, las técnicas que usan las propiedades del sonido en el agua y sus diferentes respuestas acústicas ofrecen una herramienta de detección rápida y una aproximación a la distribución y detalle de las características estructurales de los objetos sobre el substrato marino, sin el empleo de gran cantidad de horas de buceo autónomo.
La presente investigación ofrece una metodología alternativa a los sensores remotos en el Banco de las Ánimas, donde la observación de las características sobre el lecho del mar desde el espacio no es posible. Los sondeos estuvieron apoyados en un levantamiento batimétrico clásico, registrado con una sonda monohaz, y una verificación rápida con equipo de observación ROV tripulada desde una embarcación.
Área de estudio
El Banco de las Ánimas, descrito por Blanco et al. (1994), se localiza en el golfo de Salamanca, sobre el borde de la plataforma continental, al norte de la Ciénaga Grande de Santa Marta y entre los paralelos 74°21’ y 74°28’ W (Bula-Meyer y Díaz-Pulido, 1995). Las Ánimas está conformado por un conglomerado calcáreo compuesto de arena carbonatada, corales pétreos incipientes, octocorales y esponjas, cercanos a la plataforma (Bula-Meyer y Díaz-Pulido, 1995; Díaz et al., 2000). Desde el punto de vista hidrológico, el Banco se ve influenciado por la presencia de células ciclónicas y anticiclónicas que favorecen el aporte de aguas marinas, pese a la descarga contigua de aguas turbias con alto contenido de materia orgánica (Guzmán-Alvis y Carrasco, 2005).
Díaz et al. (2000) mencionan que entre 20 y 30 m de profundidad el sustrato está cubierto por rodolitos de algas calcáreas (Lithothamnion spp. y Goniolithon spp.), sobre los cuales se desarrollan gran cantidad de macroalgas frondosas, esponjas, octocorales y algunas escasas colonias coralinas (del complejo Orbicella spp., Montastraea cavernosa, Agaricia spp. Pseudodiploria strigosa y Diploria spp.). Blanco et al. (1994) describieron en los perfiles batimétricos la presencia de ambientes coralinos en una amplia área al borde de la plataforma.
Mapa 1. Área del Banco de las Ánimas. En rojo el polígono descrito por Blanco et al. (1994). La línea azul delimita la zona de corales mixtos. Las líneas negras representan los perfiles batimétricos empleados en la descripción original del Banco.
Fuente: elaboración propia sobre mapa base topográfico de ArcGIS online.
Métodos
Planificación de campaña
La información cartográfica sobre ambientes marinos del Banco de las Ánimas contenida en el Atlas de áreas marinas coralinas de Díaz et al. (2000) fue poligonizada y llevada a la plataforma del software Google Earth. Igualmente, fue incluida la carta batimétrica 407 “Puerto Colombia a Santa Marta” de la Armada Nacional de Colombia para tener una cartografía base del área de estudio. Los vectores de esta última fueron exportados al software TrackMaker 13.9 para diseñar una ruta de prospección y establecer los puntos seguidos durante los sondeos. Los datos fueron importados hasta archivos .gpx para ser almacenados en los navegadores personales GPS Garmin 62csx.
Batimetría
Se realizó una prospección batimétrica con líneas de prospección paralelas a la costa sobre un sector rectangular del banco con una longitud de 33,5 km y con separación de 100 m entre los sondeos (mapa 2). Los registros acústicos fueron realizados con una ecosonda monohaz Humminbird ion10 de doble frecuencia 50/200 kHz. Se registraron datos X, Y y Z cada cinco segundos a una velocidad promedio de cinco nudos siguiendo la ruta de prospección con un GPS posicionador Trimble Geoexplorer XH. Los cambios en los perfiles de elevación de los ecogramas fueron monitoreados en campo hasta detectar diferencias de más de 1 m en la elevación del perfil o variaciones en la fuerza de la señal o intensidad en la respuesta acústica del fondo marino.
Mapa 2. Ruta de prospección batimétrica y recorridos resultantes en el Banco de las Ánimas
Fuente: elaboración propia sobre mapa base topográfico de ArcGIS online.
Inspección con ROV
En los puntos definidos anteriormente para verificación se realizó una visita exploratoria, seleccionando para el estudio solo aquellas zonas que se acercaran más en estructura y composición a la descripción del Banco de las Ánimas registrada por estudios previos (Blanco et al., 1994; Bula-Meyer y Díaz-Pulido, 1995; Ecomar, 2013a, 2013b, 2013c). Para esto se realizaron inmersiones mediante equipos autónomos de buceo y observaciones con un equipo remoto ROV (figura 1). El video fue posteriormente revisado para hacer una descripción general del tipo de sustrato, de la estructura física y de la fauna y flora epibentónica.
Figura 1. Inspección de los sustratos mediante equipo de exploración ROV.
Resultados y discusión
El área de prospección entre los 11º2,0” y 11º2,6” N y -74º27,70” y -74º24,0” W fue de 267 ha con 10.868 puntos obtenidos. El fondo marino presentó pocas variaciones de profundidad con un promedio de 16 m (entre 13,5 y 22,0 m) y una variación de 8,5 m (figura 2). Para el área se detectaron tres bajos o montículos ubicados en el sector suroriental de las Ánimas, donde se observaron los sustratos de interés para la presente investigación (figura 3).
Figura 2. Batimetría detallada de un sector en el Banco de las Ánimas.
Figura 3. Recorrido de los perfiles batimétricos mostrando los lugares donde se observaron los bajos con ecosistemas propios del Banco de las Ánimas.
Los sondeos acústicos y la batimetría mostraron la presencia de estructuras coralinas entre 1 y 3 m por encima de fondo. En estos lugares se registró una mayor fuerza de blanco target strength de energía acústica reflejada por la superficie del coral. Los montículos fueron vistos en los ecogramas como una franja de color rojo oscuro más intenso (figura 4) ya que, en hidroacústica, los sustratos de superficies sólidas, como las que constituyen las estructuras con comunidades coralinas, presentan una mayor energía reflejada si se comparan con fondos blandos con la presencia de otros organismos como algas y esponjas.
Como se puede ver en la figura 4, la altura de los montículos en estas localidades fue de pocos metros, con aproximadamente 50 m de ancho y con forma irregular. Otro indicador de la presencia de estructuras de fondos duros fueron las señales de energía correspondientes a ecos de peces asociados a estos ecosistemas, cuya biomasa y distribución fue evaluada con ecointegración en diferentes especies (Cárdenas y Achury, 2002).
Figura 4. Ubicación de los montículos con sustratos de fondos duros y presencia de estructuras coralinas en el ecograma de la ecosonda Humminbird ion 10.
En la tabla 1 se observan las coordenadas de las localidades BA-07, BA-08 y BA-09 a una distancia de la costa de 3,5 millas y una profundidad entre 14 y 16 m. Estos sitios se encontraron fuera del polígono establecido por Blanco et al. (1994) y Bula-Meyer y Díaz-Pulido (1995) (mapa 1), lo que podría sugerir una heterogénea repartición espacial