Cloe, la chica loba. Sandra Rodríguez Jiménez

Cloe, la chica loba - Sandra Rodríguez Jiménez


Скачать книгу
pero ella lo llevaba bien. Simplemente se veía un poco fea.

      Tampoco era muy común que le apasionase la oscuridad y no le tuviese ningún tipo de miedo. De hecho, le encantaba pasear por las noches para observar y escuchar el paisaje nocturno.

      Desde muy pequeñita empezó a elegir ropa muy diferente al resto de las niñas, le encantaban las camisetas y sudaderas «de chicos» y los pantalones elásticos. Nada de medias, nada de faldas incómodas y nada de blusas abotonadas.

      Cloe tenía su propio estilo, una mezcla entre estilo gótico y roquera con un toque muy coqueto, en definitiva, tenía un estilo muy Cloe.

      Cloe aún no tenía amigas ni amigos porque llevaba poco tiempo en el nuevo colegio. Su familia, una vez más, se había mudado de pueblo, y para ella era un fastidio volver a empezar de nuevo. Era un fastidio cambiar de casa, cambiar de pueblo, y sobre todo era un fastidio cambiar de colegio. ¿Por qué habían tenido que mudarse otra vez más?

      Cloe siempre escuchaba atenta las respuestas de su padre:

      —Cariño, cuando llegue el momento de tu transformación lo entenderás. Cuando seas como tu madre, podrás decidir y defenderte si hiciera falta. Pero ahora, debo protegerte. Te quiero demasiado para permitir que te ocurra algo —le decía su padre.

      —¡Papá, no entiendo nada! ¿Protegerme de qué? ¿Mi transformación? ¿Te refieres a mi primera menstruación? ¡No creo que eso suponga mucho cambio en mí! ¡Tan solo consiste en llevar compresas durante algunos días, menuda chorrada! ¡Ya estoy informada de todo! Y, papá, ¿de qué tienes miedo? ¡Hace años que no creo ni en fantasmas ni en monstruos! ¡Ya estoy en 6º de Primaria! ¡Estoy cansada de cambiar de colegio! ¡Nunca tendré amigas porque es imposible mantener la amistad en la distancia, y además tampoco me dejas estar en redes sociales porque soy menor! ¡Ni siquiera tengo móvil, papá! ¿Te lo puedes creer? ¡Seré la única chica de 6º que no tenga móvil! ¡Las amigas del anterior colegio recibieron de regalo un móvil en la fiesta de su primera comilona, o comunión, o cómo se diga! ¡Y mamá, por lo que me contáis, era especial! ¡Nunca seré como ella! ¡Y para colmo nunca pude conocerla! ¿Por qué tuvo que morir? ¡No es justo, no es justo! ¿Por qué tuvo que morir? ¡Tengo ganas de enfadarme! ¡Aaah! ¡Aaah! ¡Y ahora, en otro colegio nuevo! ¡Estoy harta, papá! ¿Me escuchas? —contestaba Cloe, enojada y llorando a gritos.

      En ese momento, su padre, con sonrisa amable y triste, con ojos brillantes que querían llorar pero no debían, abrazaba a su hija y la colmaba de besitos y abrazos.

      —Hija, tendrás un móvil a su debido tiempo, todavía no lo necesitas. Confía en mí, cariño. Ya sé que eres una campeona valiente que no teme a nadie ni a nada, pero… hay algo que debo contarte… Nunca encuentro el momento… No sé por dónde empezar, pero un día de estos nos sentaremos tranquilamente y te lo contaré todo. Un día te explicaré por qué hemos cambiado otra vez de pueblo…

      Pero ¿en serio que no te gusta este pueblo? Elegí Salar entre miles de pueblos por los lugares encantadores y mágicos que tiene… ¡Ya los descubrirás y los disfrutarás! Además…, no creo que aquí puedan encontrarte…

      Entonces Cloe se calmaba, le devolvía los abrazos, lloraba y reía, todo a la vez, y se rendía al cariño sincero de su padre, guardando su enfado y frustración para otro momento.

      —Papá, la verdad es que este pueblo… no me disgusta, te lo confieso.

      ¡Ay, papá!… ¡tú y tus misterios!… Pero bueno, ya me lo contarás otro día. Ahora me duele la cabeza y no tengo ganas de pensar en nada…

      Cloe ya estaba acostumbrada a cambiar de casa, de pueblo y de colegio, y sabía que saldría adelante. Además, Cloe tenía una familia maravillosa, tenía a su padre, Óscar, a su abuelo paterno, Corban, y a su perrita Sandy, una preciosa y peluda pastora alemana.

      Cloe también tenía abuelos maternos, pero las cosas no iban bien.

      Según le contó su padre, sus abuelos maternos fueron los culpables de todo lo que sucedió.

      FRAGMENTOS DEL DIARIO DE EVANIA

      13 de julio de 2008

      Querido diario, estoy muy emocionada porque en breves días, por fin podré tener en brazos a mi pequeña bebé.

      Mi pequeña princesa será especial. Tendrá mi valor y fortaleza, y la humildad, inteligencia y pasión de su padre.

      Mi pequeña princesa será la clave para conseguir la paz y el equilibrio entre ambas familias.

      Estoy tan feliz e impaciente que cada segundo parece una eternidad.

      Estoy segura de que mi hija será un ejemplo a seguir, y mi familia cambiará de opinión.

      Mi pequeña princesa será una gran guardiana de la noche.

      Buenas noches.

      Evania.

Illustration

      14 de julio de 2008

      Querido diario, mi gran amor y yo debemos huir.

      Mi familia no le acepta.

      Solo aceptan a mi futura hija y a mí.

      No confían en él.

      Creen que será como todos los demás.

      Creen que será un peligro para nuestra familia, para nuestra estirpe.

      No puedo soportar tanto dolor.

      Nunca me separaré de él.

      Formaremos nuestra propia familia y seremos felices.

      Buenas noches.

      Evania.

Illustration

      15 de julio de 2008

      Querido diario, faltan tres días para que haya Luna llena.

      Faltan tres días para que nazca mi princesa.

      Faltan tres días para que comience una nueva etapa con mi gran amor y nuestra hija.

      Estoy impaciente.

      En la madrugada huiremos. Nos iremos de aquí hacia algún lugar lejano donde no puedan encontrarnos.

      Buenas noches.

      Evania.

      GIRO INESPERADO EN LA VIDA DE CLOE

      En la tarde de aquel viernes, Cloe, su padre, el abuelo y Sandy hicieron una ruta preciosa por el pueblo. En primer lugar, visitaron la famosa «Villa Romana de Salar», después subieron a «La Fuente Alta», pasaron por el nacimiento de agua «El Bañuelo», y terminaron visitando la «Torre Árabe» del siglo XIII. ¡Fue una excursión de lo más alucinante! ¡Cloe fue tremendamente feliz y se lo pasó genial con su familia! El caso es que… de tanto andar para arriba y para abajo, después de la ducha y de la cena, Cloe estaba agotada y se fue a dormir, así que esa noche Cloe no escribió en su diario.

      Amaneció el sábado, un día muy nublado y con un frío de mil castañas.

      Cloe tenía intención de madrugar para poder hacer todos los deberes y tareas de casa. Pero su despertador no sonó y despertó a las 11:00 h de la mañana. Se levantó como una zombi, floja y perezosa.

      Fue al baño, le dolía un poco la barriga, la tenía hinchada.

      ¡Oh, oh, vaya…eso no se lo esperaba! ¡Todavía lo veía como algo más lejano!

      Ella imaginaba que le vendría por lo menos en 1º de la ESO.

      Pero bueno, así es la vida…

      Cloe estaba teniendo su primera menstruación. En el cole,


Скачать книгу