El esposo ejemplar. Stuart Scott
Salmo 103:9-11.
Aunque Dios juzga el pecado, Él es también increíblemente misericordioso. No enjuicia todo el tiempo, sino que muestra abundante misericordia a aquellos que le adoran.
p) Salmo 10:15.
Dios ve nuestro sufrimiento y se compadece del que sufre.
q) Hebreos 4:4-16.
Jesús se identifica completamente con nosotros en nuestra carne, ya que Él experimentó las mismas tentaciones que nosotros enfrentamos. Esta verdad nos da consuelo y seguridad de acercarnos a Dios y pedirle su ayuda y misericordia.
r) Salmo 23:1; Juan 10:14-15.
Dios es el buen Pastor para su rebaño. Él provee todo lo que necesitamos y nos protege.
s) 1 Juan 3:1-3; Romanos 8:1-4; Efesios 1:5-6.
· Dios nos ha hecho sus hijos y no objetos de su ira. Esto nos libera de la condenación de nuestros pecados y es un regalo generoso que Dios nos da simplemente porque así lo decidió.
t) Hebreos 12:6.
Ser hijo implica ser disciplinado por nuestro Padre. Esto no es evidencia de la ira de Dios, sino de amor para aquellos que somos sus hijos.
u) Romanos 8:38-39; Deuteronomio 7:9.
Dios es perfectamente fiel a sus promesas y no dejará que nada destruya su amor salvador.
v) Eclesiastés 12:13-14.
El deber del hombre es temer a Dios y centrarse en guardar sus mandamientos, dándole la preeminencia en todo.
w) Mateo 16:24.
El seguidor de Cristo no es su propio jefe. Tiene que negar sus propios deseos y aspiraciones e imitar a Cristo.
x) Lucas 6:46.
El que, por regla, no obedece a Cristo, no puede llamarse legítimamente seguidor de Cristo.
y) Jeremías 9:23-24.
Nada en este universo es digno de la jactancia del hombre. Lo único de mayor valor para cualquier hombre es conocer y entender verdaderamente a Dios.
5. Ahora redacte con sus propias palabras cómo es Dios, basado en los versículos de los que escribió en las preguntas previas.
6. Finalmente, redacte una definición acerca de en qué debe fundamentarse su relación con Dios y cómo debe ser dicha relación.
Capítulo TresEl Entendimiento de un Esposo Del Hombre y el Pecado
Nunca se acaban las opiniones acerca de qué somos, cuál es nuestro propósito en la vida y qué necesitamos para ser felices. Pero la fuente de la verdad acerca del hombre no es la sociología, la psicología o la antropología secular, y ¡mucho menos lo es un artículo de revista o el presentador de algún espectáculo de televisión! Solamente la Palabra perfecta y santa de Dios nos puede guiar a esta verdad. Necesitamos examinar cuidadosamente lo que la Biblia dice acerca de la humanidad, cuáles son verdaderamente nuestras necesidades y las provisiones que Dios ha hecho para satisfacerlas.
1. Lee Romanos 12:3. Específicamente aplica estos versículos a tu propia vida.
2. En este capítulo se discutieron varias concepciones o visiones falsas del hombre. Describe brevemente cada concepción falsa y usa la Escritura para demostrar el error de cada concepción (ver también el Apéndice 2 de la Guía de Estudio, pág. 63).
a) El hombre es básicamente bueno de corazón.
Aunque no es perfecto, el centro del hombre es bueno.
Jer. 17:9; Rom. 7:18.
b) El hombre está evolucionando o mejorando más y más con el paso del tiempo.
El hombre está mejorando a sí mismo y a su sociedad, deshaciéndose gradualmente de varios males sociales.
2 Tim. 3:1-5; Ef. 2:1-3.
c) El hombre puede ser suficientemente bueno para agradar a Dios.
El hombre puede vivir una vida suficientemente buena en comparación con otros hombres, a fin de ganarse el favor de Dios.
Tito 3:4-7; Ef. 2:1-3.
d) El hombre es solamente víctima de sus circunstancias.
No se puede responsabilizar al hombre de su condición, ya que solamente ha sido víctima de fuerzas más allá de su control.
Rom. 3:10, 21-23.
3. ¿Cuáles son las cuatro ideas falsas relacionadas con la palabra “víctima”? (Ver también el Apéndice 2 de la Guía de Estudio, pág. 63.)
Sugiere inocencia completa al referirse al que ha sufrido la ofensa, olvidando los propios pecados de la víctima.
Implica que un evento “sin sentido que nunca debió haber sucedido” ha tenido lugar, haciendo caso omiso de la soberanía del amor de Dios.
Proporciona un punto de vista desesperanzador, pasando por alto el hecho de que todo el que conoce a Dios tiene esperanza y la habilidad de vencer, y los recursos para vivir con gozo y gratitud.
Hace que una persona ignore la responsabilidad personal y el hecho de que cada uno de nosotros dará cuentas a Dios (Rom. 14:12).
4. ¿Se manifiesta en algún área de tu vida la “mentalidad de víctima”? Si es así, escribe qué clase de ideas equivocadas están produciendo esa forma de pensar y qué verdades de la Palabra de Dios deben reemplazar esas ideas. (Ver también el Apéndice 2 de la Guía de Estudio, pág. 63.)
5. La clave para entender quiénes somos verdaderamente es entendernos en relación con Dios nuestro Creador. Usa al menos dos pasajes de la Biblia para demostrar que el hombre ha sido creado por Dios y que, por lo tanto, depende totalmente de Él y está necesariamente subordinado a Él.
Gén. 1:27; Sal. 24:1; 113:4-6.
6. Nombra al menos tres razones que la Escritura provee sobre la creación del hombre por Dios. ¿Cómo se aplican cada una de estas razones a nuestra posición delante de Dios y cómo debemos vivir?
Adorar a Dios: esto nos recuerda que nos hallamos debajo de Dios y separados de Él. Tenemos que adoptar una posición de servicio humilde y obediencia para que nuestras vidas lleguen a caracterizarse por una adoración diaria.
Ser su pueblo: Dios ha escogido un grupo de personas para ser su pueblo. Nosotros que somos su pueblo, tenemos que recordar que hemos sido apartados del mundo “para proclamar las virtudes de aquél que os llamó de las tinieblas a su luz admirable” (1 Ped. 2:9).
7. Explica por qué la Biblia declara que el hombre es ahora enemigo de Dios por naturaleza. Usa al menos dos pasajes de la Biblia para probar este punto.
El hombre es enemigo de Dios porque el pecado se ha interpuesto entre él y Dios. La caída de Adán ha hecho de este pecado una parte inherente de cada persona, y por eso el hombre nace como enemigo de Dios.
Col. 1:21-22; Ef. 2:1-3; Rom. 1:18-25.
8. Hoy es muy popular centrarnos en nuestras “necesidades”, pero la Biblia tiene una idea muy distinta de lo que verdaderamente son nuestras necesidades. Proporciona al menos dos necesidades reales del hombre de acuerdo a las Escrituras expuestas en este capítulo. Después, haz una lista de cualquier concepción o visión de “necesidades” innecesarias que hayas podido tener antes de leer este capítulo y explica por qué no son bíblicas.
Esencialmente, el hombre necesita ser restaurado para ser para lo que fue creado: un adorador, un seguidor y un hijo de Dios. Todo lo que Dios determina darnos es lo que verdaderamente necesitamos (Sal. 34:8-10).
Específicamente, el hombre necesita: (a) caminar con Dios en verdad, (b) para que Dios actúe para el bien de su salvación.
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