Puentes de Luz. Carolina Ramírez Alcoholado
de vivir en el hoy. El regalo de ver ante vuestros ojos la vida desplegándose y transformándose, y a vosotros como artífices y espectadores de todo lo que es.
Mirad vuestra vida y observad cómo habéis caminado para llegar a este presente, a este instante que durará solo ahora.
Sed fuentes de agua viva y vibrante, que todo fluya y nada os influya, a no ser que sea para mejor.
Como veis, estamos con vosotros en todo momento para ayudaros y guiaros. ¿Qué es lo que vosotros necesitáis? ¿Qué creéis que os hace falta?
Pues os diré que a la mente siempre le va a faltar algo, nunca se siente completa, solo reclama y exige cada vez que toma el control de vuestras vidas. Reconocedla sin juzgarla, pues ella es parte del juego de la vida. Sois completos, nada os falta; si faltase, la vida os lo dará.
¿Tenéis fe? Bueno, entonces sabed siempre que esto es así a cada momento y al ritmo que corresponda. Soltad tanta mente, aflojad vuestros cuerpos, descansad en vuestra luz y amor que os ha brindado el universo, vuestro Padre Madre Creador, la fuente divina infinita, disponible y abierta siempre para todos vosotros.
Pedid y se os dará, nada le es negado a un hijo. Aprended a pedir con fe, con certeza, con entrega. Cuando pidáis, no dudéis si se os dará o no, si está bien o mal lo que pedisteis.
Cuando pedís, pareciera que os llenáis de preguntas, no de certezas. Pedid dejando que el Padre Madre Creador actúe como corresponda en tal situación, para que la luz intervenga, manifestándose en forma perfecta con el universo. Luego, respirad profundo, sabiendo que está todo en acción para que el cielo actúe en lo que se requiere.
No os pongáis ansiosos, esperando que sea hecho instantáneamente, ya que hay algunos procesos que necesitan tiempos distintos de maduración. Solo sabed que vuestro Padre Madre Creador siempre actúa y siempre actuará.
Vosotros, amados míos, mantened la paz y la calma, bajad vuestra ansiedad, pues así permitiréis que lo divino intervenga de la mejor forma.
Queden en paz y en mi amor,
Jesús, el Cristo
TRANSFORMÁNDOSE EN DIAMANTES DE LUZ
Cuanto más andáis, cuanto más avanzáis, más energía-luz alcanzáis. Sois como perlas, como diamantes, que bajo la presión van generando su avance. En el silencio, en lo profundo, yacéis aguardando el momento de la transformación para salir al mundo como lo que realmente sois.
La Tierra, como madre en su vientre, guarda el proceso de gestación hasta dar a luz el brillante que sois. Fuisteis carbón y ahora sois merecedores de brillar con honor y así glorificar definitivamente vuestro espíritu.
Sois diamantes divinos con energía cristalina que nutre vuestra alma, energía de luz que recorre vuestras venas, todo vuestro cuerpo. El diamante que sois pasó un largo proceso de pulido y presión, para hoy brillar con intención.
Lleváis el sello de Dios impreso en vuestro corazón, lleváis el sello dorado de la luz divina que guía siempre vuestros pasos.
Es tiempo de empoderar lo que sois. es tiempo de caminar con la frente en alto, caminar erguidos, porque la luz os dignifica siempre. Sois herederos de este preciado tesoro que se oculta como crisálida lista para echar el vuelo a esferas cada vez más elevadas.
Solo llegaréis si os despojáis definitivamente de todo aquello que ya fue en vosotros. Liberaos para ser liberados, amad para ser amados, soñad para que os sueñen. Respirad profundo para que el aire os sienta.
Sed simples, sencillos para vivir, pensar y sentir. No os compliquéis tanto, pues lo que deba suceder va a pasar de todas maneras, lo queráis o no. Entonces, ¿por qué mejor no comenzáis a disfrutar de vuestra estadía en la Tierra? He aquí vuestro paraíso perdido, he aquí vuestra gran victoria.
Vuelvo a decir que sois diamantes, no os quedéis solo en el carbón. ¡Transformad, soltad, id y andad!
Mis queridos, mis amados, cuánto se le quiere a cada uno, es momento de levantarse, es momento de izar vuestra bandera de luz.
Puedo escuchar sus corazones sedientos de amor, agonizantes de cariño fraternal y de verdad. Uníos, hermanos, el tiempo ha llegado, el tiempo es hoy. Brindad con el cáliz de la resurrección del espíritu, que es eterno.
Quedad en mi paz,
Jesús, el Cristo
TODO EN LA VIDA ES IGUAL DE IMPORTANTE
Todas las experiencias implican una enseñanza, desde la más pequeña a la más grande. No hay diferencia alguna, todo queda registrado en vuestra alma.
Debéis estar atentos a lo que la vida os está susurrando en el momento presente de vuestro existir. Mirad con ojos nuevos, con los ojos del espíritu, y veréis la diferencia profunda de la que os he hablado ya muchas veces.
Mirad todo con los ojos de vuestro corazón. El corazón es simple, la mente es complicada. Acallad vuestro diálogo mental, ese que no os lleva a ninguna parte real.
No hay diferencias en lo que la vida os muestra. La diferencia la hacéis vosotros, juzgando todo con vuestra mente, creyendo que algunas situaciones son más valiosas que otras y que solo haciendo tal cosa, lograréis alcanzar vuestro cielo. No olvidéis que todo es importante, incluso aquello que pasáis por alto.
Sois aquello que sentís, miráis, apreciáis, valoráis, habláis, coméis, respiráis, todo eso y más.
Dejad brillar cada vez más vuestro corazón, que todo lo sabe, todo lo ve, él siente y piensa con la mayor sabiduría amorosa. Todo es tan simple que os perdéis buscando lo que satisfaga a la mente, no a vuestro sentir más hondo.
Disfrutad de vuestra vida y la vida disfrutará con vosotros. Reídle a la vida y la vida reirá con vosotros. Sonreídles a vuestros hermanos, os llenará de más amor.
Amados míos, ¡sonreídle a la vida, os hace bien! Amad vuestra vida y la vida os amará a cada instante, bendiciéndoos con más amor. Estad siempre dispuestos y receptivos para recibir las enseñanzas del cielo.
Solo os digo: buscad lo simple, pues yo, Jesús, ahí estaré para vosotros siempre que me llaméis.
Os amo profundamente.
Jesús, el Cristo
LOS PENSAMIENTOS EN EL PRESENTE
Para hacer las cosas bien, hay que querer hacer el bien.
¿Qué es lo que vosotros pensáis? ¿Cuáles son vuestros pensamientos más profundos? ¿Os quedáis solo en pensamiento u osáis pasar a la acción?
Es importante saber reconocer en qué estáis enfocando vuestros pensamientos e ideas, hacia dónde os están queriendo llevar en todo momento. No es suficiente solo sentarse a meditar un tiempo ni pensar cosas buenas durante un rato.
Todo es meditación, cada acto, palabra, acción, inspiración y contemplación, todo lo que os lleva a estar conectados con la divina consciencia universal. Estar continuamente presente requiere de mucho esfuerzo y coraje, pues así no os entregáis fácilmente a vibraciones bajas que solo os desarmonizan y aplastan.
Vivir respirando vuestra existencia humana es una gran meditación, mirar en la profundidad de vosotros es una meditación, escuchar el silencio que inunda de música vuestra alma es una meditación. Escuchar el latir de vuestro corazón, que os dice que estáis aquí, en este eterno ahora, es una meditación. Caminar, hablar, sonreír, si lo hacéis de forma despierta, es una meditación.
¿Cuántas cosas hacéis, en vuestro día a día, de forma automática? Si solo supierais que podéis hacerlo desde hoy totalmente despiertos, sintiendo en todo momento la belleza de ser.
Cuánta belleza hay en vuestro mundo, cuánto más que agradecer por este regalo de estar aquí encarnados, viviendo vuestra oportunidad de hacer algo distinto, de gestar vuestro nacimiento.
Muchas