Observando observadores. Rodrigo Flores
negatividad rotunda a estas posiciones, defendiendo no sólo a la teoría fundamentada, sino al método comparativo constante como forma de análisis cualitativo alejado del constructivismo.
La cuestión radica en la posibilidad de discutir métodos de investigación cualitativos que respondan a la concepción de la sociedad como un nivel de emergencia distinto al individual. Se apunta a la superación de las tensiones propias de la perspectiva micro y macro social ante la observancia de la sociedad como un orden emergente de comunicaciones que es susceptible de ser modelada, sin atentar contra los presupuestos propios de su carácter contingente.
El precepto que guía es la necesidad de problematizar su dimensión empírica y sus potencialidades metodológicas, en vistas a la propia estabilización de la teoría en el sistema de la ciencia. Así enunciado, el desafío consistirá en identificar métodos que guarden una relación lógica entre el desarrollo de técnicas de producción y análisis de información, y los conceptos y obstáculos que una teoría como la de Luhmann identifica para la investigación social tradicional. En ese contexto se contempla a las modelaciones cualitativas como un campo potencialmente fecundo de desarrollo de una “metodología sistémica”, que pasamos a denominar metodología de sistemas fundamentada.
La teoría de sistemas, como una teoría general, desarrolla ciertas expectativas acerca de lo que es observable, mientras la teoría fundamentada en cuanto método para la observación, entrega direcciones y pautas sobre cómo mirar lo social. Si puede plantearse una intersección teórica y práctica entre las teorías de sistemas y la fundamentada como la que aquí se plantea, esta última en esencia debería desarrollar operaciones que tengan lugar y trabajen dentro de las expectativas generadas en el nivel teórico general (Gibson, Gregory & Robinson, 2005; Charmaz, 2000 y 2006; Clam, 2000; Mills, Bonner & Francis, 2006).
Como sabemos, la teoría de sistemas social de Luhmann y la teoría fundamentada fueron escritas en épocas muy distintas del desarrollo sociológico. Parte de la tarea de comparación por lo tanto, implica reconocer que ambas llevan algunas distinciones intelectuales asociadas con la época en la cual fueron desarrolladas. Veamos a continuación algunos puntos de posible comparación:
a) En primer lugar, podemos decir que entre la teoría de sistemas sociales y la teoría fundamentada existe cierta convergencia en lo que podemos denominar el punto de observación de lo social. La teoría de sistemas sociales autopoiéticos se presenta a sí misma como el esfuerzo desplegado y consciente por realizar una descripción de la sociedad compleja. Para ello se sustenta en la lógica de las distinciones (Spencer-Brown, 1979) y en la teoría de la observación (Maturana, 1997). Tales esfuerzos interpretativos no implican necesariamente realizar una descripción “punto a punto” de lo social, sino avanzar sostenidamente en la elaboración de conceptos y categorías de alto nivel abstracto.
La idea de descripciones altamente abstractas de lo social puede conectarse a la crítica que se hace a la teoría de Luhmann: de carecer de orientaciones metodológicas para poner a prueba los propios planteamientos de la teoría (Mascareño, 2006), entre los cuales se podrían incluir los referidos a la clausura total e imposibilidad de intervención externa. Con tal ausencia, ella aparece como una teoría que no genera sus propios mecanismos de irritabilidad y pone límites, quiéralo o no, a sus capacidades de autoaprendizaje. Esta teoría no aborda sistemáticamente con respecto a sí misma este problema, ni profundiza en la variedad de mecanismos existentes —tanto para las ciencias naturales como sociales—, a través de los cuales el programa metodológico, en complementación con el téorico, genera irritabilidad para el sistema.
Por su parte, el esfuerzo de la teoría fundamentada se centra en producir comunicaciones científicas que posean un fuerte componente empírico; es decir, que sus afirmaciones se sustenten inductivamente por medio de la evidencia proporcionada por los sistemas sociales. Ello implica un esfuerzo decidido por realizar explicaciones con certero valor heurístico (Glaser y Strauss, 1967).
b) En segundo lugar, es posible indicar que ambas orientaciones teóricas poseen una declarada perspectiva ontológica desde la cual pretenden realizar sus descripciones de lo social. En este sentido, la teoría de sistemas sociales autopoiéticos, aunque se sustenta en el concepto mismo de contingencia, posee en su noción de sistema el fundante concepto que permite la observación de la sociedad (Luhmann, 1993). Los sistemas existen y pueden ser descritos por medio de la sociología, explicando su función y operatoria. En el caso de la teoría fundamentada, el presupuesto ontológico se sustenta en la capacidad para generar descubrimientos en el mundo de lo social a partir de evidencia cualitativa. Las descripciones de los actores no sólo son tomadas como verídicas, sino que ellas son el fiel reflejo de fenómenos existentes en el mundo de lo social. En este enfoque, los fenómenos hablan y el investigador descubre las relaciones y el orden inmanente (Glaser, 2002). Ello se encuentra en concordancia con los presupuestos ontológicos definidos para las perspectivas paradigmáticas en investigación social cualitativa (Denzin y Lincoln, 1998).
c) En tercer lugar, podemos sostener que ambas orientaciones realizan un decidido esfuerzo por establecer indicaciones lo más adecuadas posibles sobre el mundo social. Desde la perspectiva luhmanniana, la teoría de sistemas permite realizar distinciones operantes que tienen por función hacer indicaciones en el mundo social. De esta manera, la teoría se convierte ella misma en un proceso generativo —también creacional— y a la vez inclusiva. Generativa, en cuanto la teoría permite establecer indicaciones de sistemas en lo social. Porque los sistemas son capaces de generar distinciones, por medio de sus operaciones básicas (sistema/entorno), parece posible describir lo social. Inclusiva, en cuanto lo distinguido incorpora necesariamente lo no distinguido, por contraste u oposición (Spencer-Brown, 1979). En la teoría fundamentada, por otra parte, se plantea la necesidad de que el investigador cualitativo elabore afirmaciones que se encuentren orientadas a distinguir fenómenos sociales, de forma de hacer emerger la estructura teórica. Tales distinciones, elaboradas en códigos de diverso tipo y categorías de análisis, se encuentran orientadas a desarrollar creativamente explicaciones hipotéticas sobre fenómenos (Glaser y Strauss, 1967).
d) En cuarto lugar, ambas perspectivas, desde sus particulares puntos de arranque, sostienen el requerimiento conceptual de la iteración y la variación, según indican algunos autores (Clam, 2000). Como lo plantea la teoría luhmanniana, cada diferencia que se construye al describir lo social, desde su primer evento itera y produce un núcleo de redundancia y también de variación (Luhmann, 1998). La iteración es la diferencia básica que permite el desarrollo del proceso de los sistemas, mientras que la variación es la diferencia marginal. En cada distinción su lado positivo es el lado que el sistema reconoce y en que las operaciones del sistema ocurren y es conocido como la “indicación”. La observación en sistemas de comunicación siempre lleva el lado oscuro de la distinción en el corazón de la observación, entonces ambos momentos de la observación son “efectuados” en la operación de la observación. Por ejemplo, a la ciencia como un sistema social le concierne el establecimiento de la verdad y haciéndolo no puede evitar también designar lo que es falso.
En el mismo sentido, en la teoría fundamentada todo comienza con un núcleo de redundancia a partir de una primera observación, activándose un proceso que permite variaciones posteriores. La observación ocurre denotando semejanzas y diferencias en las observaciones de observaciones. En otras palabras, una declaración u observación son catalogadas/indicadas y luego resumidas por una segunda observación. Cuando la observación sigue, los incidentes similares podrían ser observados y éstos son notados como similares o diferentes. Los incidentes que son similares no indican la variación adicional, mientras que los incidentes que son diferentes necesitan ser notados por indicación de la variación en códigos existentes o sugiriendo el desarrollo de nuevos códigos. Algo que no ha sido codificado aún está por ser integrado en la teoría por cambios constantes de su estructura. Por lo tanto, la teoría es justificada únicamente por la interpretación de sus operaciones, lo cual hace que la teoría fundamentada “emerja”. En síntesis, desde la redundancia, se genera variación y las estructuras comunicativas emergen desde la observación.
Como se ha indicado, las iteraciones propias de la teoría fundamentada producen redundancia y variación en la comunicación emergente. Estos procesos conllevan el desarrollo de una “saturación