Teoría del capital y la distribución. Eduardo Antonelli
de los propietarios del capital de usarlo, ampliarlo, etc. o, por el contrario, el derecho de suspender o suprimir su utilización, junto con la habilidad y el éxito para conseguir resultados (beneficios), esto es, la aptitud y la disposición de los empresarios a producir, tal cual allí se las definió:
El sistema tiene ahora 5 ecuaciones, pero las incógnitas se han elevado a 11:
No obstante, como antes, w*, i, d y PK se toman como dados, con lo que se tienen entonces 7 incógnitas a ser explicadas (rigurosamente, en este modelo de un solo sector, no hay tal cosa como una curva de oferta de capital, porque para ello se requiere considerar dos sectores: el productor de bys y el de bienes de capital precisamente; véase en Antonelli 2013, libro III, punto 5, las derivaciones de la curva de oferta de ambos tipos de bienes).
El precio
Conforme estas consideraciones, se arriba finalmente a 6 incógnitas, una más que las ecuaciones, manteniéndose el grado de libertad para la obtención de la ecuación de P.
El nivel de precios P es la ecuación que interesa explicitar, la cual puede ser interpretada, como siempre, como la ecuación de oferta de los bys, en línea con PK que representa el de oferta de los bienes de capital, o bien, puede ser entendida como la OA de la economía, la cual se obtiene resolviendo el modelo como antes:
En este caso, la función de producción podría considerarse lineal y homogénea (o cuasilineal), puesto que la suma de las retribuciones a los factores agotaría el producto. No obstante, no será homogénea lineal y por eso se dice cuasilineal, porque nunca habrá linealidad perfecta como consecuencia de la existencia de costos marginales crecientes.
Puede objetarse, no obstante, que un proceso puramente físico, como el de producción, incluya variables algo fantasmagóricas, como sería este capital empresarial y su precio. Se volverá sobre esta idea más adelante (véase también Antonelli, 2013, libro I), pero el concepto tiene que ver precisamente con que la producción, analizada desde la perspectiva de la economía, no es solamente una cuestión técnica, sino que incluye también las decisiones de los empresarios en cuanto a si es o no conveniente producir (i.e. si se considera que se obtendrán beneficios) y ese conocimiento, como el talento de un artista, no puede obtenerse de otros que no sean los propios empresarios. Por supuesto, esto tiene un precio, que es precisamente
Sin perjuicio de lo anterior, esta solución no es enteramente satisfactoria porque se ha reemplazado una tasa por un precio, a la vez que dicho precio se considera dado, con lo que no se ha logrado verdaderamente una respuesta a lo que determina la tasa de beneficios. Por otra parte, KE es imposible de medir, con lo que, si bien la idea de su inclusión es atractiva, resulta impráctica desde todo punto de vista.
El concepto de KE es verdaderamente interesante, no obstante, además de que representa un hecho absolutamente concreto más allá de la imposibilidad de su identificación cuantitativa. Por ejemplo, ayuda a entender por qué se produce una caída en la demanda de trabajo cuando se presentan las crisis: los empresarios claramente reducen KE (tienen menos disposición para producir) y esto hace que descienda la PMgN. En otras palabras, una mayor cautela de los empresarios que reduce KE, o la sospecha de que no se podrá cobrar
Siendo la tasa de beneficios un surplus:
O bien, se considera una función cuasilineal y homogénea donde no existe tal surplus:
Con:
O también, si se considera el total del capital computando como parte de éste el empresarial:
En este caso ρ efectivamente es independiente del modelo —aunque simplemente se denomina de otra forma a la relación entre el valor del capital empresarial respecto al físico, o a aquél respecto del total del capital empleado— y los beneficios netos son considerados como la retribución de un factor de la producción. Nótese, sin embargo, que ρ en esta última ecuación no se conforma con los beneficios, sino a través de la retribución del valor del capital empresarial respecto al valor del capital físico utilizado o de todo K, considerando ambos tipos.
La tasa de beneficios y el margen de beneficios
Una forma de intentar conciliar estas cuestiones es, como ya se ha mostrado, la de considerar que los precios se forman a través de un margen de beneficios, en lugar de la tasa de beneficios. Este margen, con el que ya se ha trabajado anteriormente, se define como la relación entre los beneficios totales y el valor del producto:
i.e., ν es la participación de
En consecuencia, los beneficios representan un surplus, esto es:
¿Debe entonces considerarse que los beneficios son, después de todo, un excedente, esto es, que no representan la retribución de un factor de la producción?
No necesariamente; como se mostró anteriormente, puede perfectamente considerarse que
Sin embargo, en este último escenario es inevitable renunciar a la idea de una tasa de beneficios como una ecuación independiente del modelo, en el sentido de que aporta nueva información, toda vez que en este caso es solamente la participación de los ingresos debidos al talento de los empresarios en comparación con el valor del capital, a la vez que hay que aceptar la idea de que