Territorialidades del agua. José Esteban Castro

Territorialidades del agua - José Esteban Castro


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de los desastres se requiere un profundo cuestionamiento de “la sociedad del antidesarrollo”, un cuestionamiento que debe estar informado por valores genuinos de justicia social.

      Los capítulos 5 y 6 abordan el tema de los impactos causados por la construcción de grandes represas, centrándose en los aspectos culturales y subjetivos de estos procesos. El Capítulo 5, a cargo de Alice Poma, presenta una propuesta para el abordaje de la “dimensión subjetiva” de los conflictos sociales relacionados con los impactos sobre las poblaciones locales causados frecuentemente por la construcción de represas. Tomando como base empírica estudios realizados en torno de casos de España y México, la autora se posiciona a partir de la perspectiva de los afectados, poniendo énfasis en las dimensiones “cultural y subjetiva” de las protestas que llevan a cabo las comunidades afectadas y su potencial de generar procesos de cambio social. Su argumento central es que, en el marco de sus luchas en defensa de sus condiciones básicas de vida y de sus territorios amenazados por la construcción de represas, los protagonistas experimentan procesos de cambio cultural a través de la reelaboración de ideas, creencias y valores, procesos que conducen al cuestionamiento de las cosmovisiones dominantes y a transformaciones en los planos de la conciencia y la conducta de estos actores.

      El Capítulo 6, propuesto por Anahí Copitzy Gómez Fuentes, discute las condiciones de vulnerabilidad que caracterizan a los afectados por proyectos de edificación de represas desde la perspectiva de una antropología social enfocada en la construcción social del riesgo. El trabajo se centra en la necesidad de ir más allá de la dimensión material de los impactos que tienen estos proyectos y dar visibilidad al conjunto de efectos sociales y culturales resultantes, incluyendo un análisis de las condiciones de vulnerabilidad preexistentes que suelen caracterizar a las comunidades en los territorios designados para tales proyectos. La autora argumenta que es necesario estudiar cómo se construye la percepción de riesgo por parte de los afectados, en sus contextos específicos, así como sus vivencias subjetivas en los procesos de defensa colectiva de sus condiciones de vida.

      En el Capítulo 7, Lorena Bottaro y Marian Sola Álvarez tratan el avance de la “minería hidroquímica” en Argentina desde la década de 1990. El trabajo se fundamenta en investigaciones realizadas en el así llamado “núcleo duro” de la minería, localizado en las provincias de San Juan, La Rioja y Catamarca, en el noroeste del país. Las autoras destacan tres dimensiones centrales que ayudarían a caracterizar lo que denominan el “modelo minero”. Primero, la introducción de nuevas tecnologías basadas en elevados volúmenes de extracción de agua y en el uso de substancias químicas como el cianuro o el mercurio, que tienen severos impactos sobre las fuentes de agua y las condiciones de vida. Segundo, la concentración de los proyectos en manos de empresas transnacionales, en alianza con las autoridades nacionales, provinciales y locales respectivas. Tercero, la orientación casi exclusiva de la producción a la exportación del material bruto, creando lo que algunos analistas han denominado “enclaves de exportación”. El trabajo discute la alta conflictividad generada por los impactos ambientales y sociales del modelo minero y los graves obstáculos que enfrentan las comunidades locales organizadas para poder ejercer sus derechos de defensa del territorio y de sus condiciones de vida en su resistencia a la megaminería hidroquímica.

      El Capítulo 8, a cargo de Mario Edgar López Ramírez, examina los procesos de movilización social en defensa del agua que han tenido lugar en el Área Metropolitana de la Ciudad de Guadalajara, México, desde la perspectiva de la formación de “marcos de acción colectiva”. El autor considera las iniciativas ciudadanas que han tenido lugar en la última década en el marco de un creciente conflicto social en torno a las políticas y los procesos de gestión del agua, marcados por carencias e injusticias percibidas o reales, en el que se han visto enfrentados distintos sectores, en particular los expertos gubernamentales y privados que administran el agua, las organizaciones civiles, los representantes de las instituciones académicas y los grupos de afectados ambientales. El trabajo discute el grado de éxito que han tenido los actores sociales en conformar marcos de acción colectiva centrados en creencias, significados y lenguajes compartidos que les permitan articular acciones eficaces para transformar las situaciones percibidas como injustas e inaceptables. Estas situaciones abarcan un rango amplio de aspectos, desde la degradación de los cuerpos de agua a causa de la contaminación y la inadecuada calidad del agua distribuida para consumo humano hasta las características autoritarias que asume la gestión del agua, con espacios limitados para la participación ciudadana substantiva. El autor concluye que, a pesar de los recurrentes intentos, los actores sociales no han logrado desarrollar marcos de acción colectiva suficientemente efectivos que les permitan transformar la situación y lograr que las autoridades y otros actores que detentan el poder en los procesos de gobierno y gestión del agua respondan a las demandas y contribuyan a la resolución del conflicto.

      Los capítulos 9, 10 y 11 están a cargo de una combinación de autores académicos, gestores públicos, representantes de organizaciones civiles y activistas socioambientales con amplia trayectoria en las luchas por la democratización de la política y la gestión del agua en Argentina y Uruguay, que además han tenido una participación activa a nivel de América Latina e internacional. En el Capítulo 9, Alberto Muñoz y Damiano Tagliavini analizan el proceso de desprivatización y reestatización de servicios de agua y saneamiento que habían sido privatizados en Argentina durante las reformas neoliberales de la década de 1990, utilizando como ejemplo empírico el caso de la empresa provincial de servicios de agua y saneamiento de Santa Fe, Argentina. Los autores consideran brevemente las etapas históricas del desarrollo de los sistemas de agua y saneamiento, prestando atención a los principios orientadores de estos en cada periodo, con énfasis en las transformaciones experimentadas en el rol del Estado en la organización y provisión de estos servicios. En ese contexto, el trabajo indaga de manera crítica las características que asume la gestión pública de los servicios que han sido reestatizados, examinando las contradicciones registradas entre el discurso oficial y las prácticas concretas, destacando las rupturas con la etapa privatista que se supone superada, pero señalando las muchas continuidades que persisten y que llevan a cuestionarse “cuán públicas son las empresas públicas” que han reemplazado a las concesionarias privadas.

      En el Capítulo 10, Anahit Aharonian, Carlos Céspedes, Claudia Piccini y Gustavo Piñeiro desarrollan un examen crítico de las políticas implementadas en décadas recientes por los gobiernos progresistas en Uruguay, enfatizando sus impactos negativos sobre las fuentes de agua del país y, en consecuencia, sobre las condiciones de vida de la población. El trabajo enmarca el análisis en el contexto de los procesos de globalización económica asimétrica y de sus efectos en América Latina, en particular los procesos de reprimarización de las economías regionales. Los autores repasan las transformaciones experimentadas en los sectores productivos de Uruguay, prestando particular atención al desarrollo de proyectos de minería a cielo abierto, la “minería agrícola” como denominan los autores a la expansión de los agronegocios –en especial la producción de soja transgénica y la producción forestal asociada a la industria del papel–, y la industria pesquera. Asimismo, dedican una sección al papel asumido por Uruguay en el contexto de la integración de la infraestructura logística regional. Las conclusiones del capítulo destacan las contradicciones que han caracterizado a los gobiernos progresistas de América Latina, que con frecuencia han desconsiderado los impactos socioambientales, de graves consecuencias para la población, debido a la implementación de políticas formalmente orientadas a promover la justicia social.

      Finalmente, en el Capítulo 11, Alejandro Meitin examina el papel de las iniciativas artístico-ambientales en los procesos de gestión comunitaria de zonas costeras del estuario del Río de la Plata. Las experiencias examinadas en el trabajo consisten en intervenciones enmarcadas en un enfoque “transdisciplinario de urbanismo crítico” que rechaza el presupuesto de la neutralidad del arte e intenta transcender las barreras y los límites territoriales de las disciplinas, estableciendo un diálogo entre la práctica artística y el activismo ambiental. A partir de problemáticas concretas, como la elevada degradación de las zonas costeras del Río de la Plata, las intervenciones promueven el desarrollo de “comunidades experimentales” en las que participan redes y colectivos sociales comprometidos en el debate público y en la acción, produciendo una escenificación de “micro utopías” o “micro comunidades”


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