El amor no es para mí. Dana Darius
nueva vida
(Ella)
Estoy en una cafetería delante de la Puerta del Sol esperando a mi amiga. Ya sé lo que me va a decir cuando llegue, y sinceramente, no sé si quiero escucharlo. Carol y yo somos amigas desde hace unos doce años, nos conocimos en el instituto y, bueno, podemos decir que cuando la conocí no fue de las chicas que mejor me cayó, pero con el tiempo nos hicimos amigas, me apoyó en momentos difíciles y eso nunca lo he olvidado. Me quiere a pesar de que a veces sea un poco borde con ella, es muy cariñosa y se preocupa por mí constantemente, pero he de decir que no siempre toma las mejores decisiones respecto a mí y eso me lleva a cagarla a menudo. Te estarás preguntando en qué; pues muy bien, te lo diré: con respecto a los chicos. Sí, lees bien, no es que yo no sepa buscarme a nadie… Créeme, soy una chica que, la verdad, y está mal que yo lo diga, pero podría estar con el chico que quisiera. Aunque eso no es del todo verdad, porque con el que quiero estar, no estoy. Pero, mientras, me conformo con otros, aunque nunca me sale bien, y es por eso que sé lo que me dirá Carol, porque Raúl, que es mi último novio, y yo, hemos roto.
Hace poco me enteré de que me engañaba con otra y bueno, no sé si me sentí aliviada o engañada. Creo que más bien fue alivio, no estaba cómoda del todo, parece ser que estar a la altura de lo que busco debe de ser muy complicado, porque nunca nadie lo está y, a quien lo estuvo, no lo valoré cómo debía.
Sí, he sido algo torpe en esto del amor y ya me he cansado de esperar a que llegue mi príncipe azul. Porque me he dado cuenta de que no existen, solo existen en las películas y en los cuentos infantiles, y creo que se los inventan para que podamos creer que el amor es algo mágico que llega sin esperarlo.
Mi padre siempre me dice que eso es así, pero por más que quiera creerlo, ya no lo creo. No, cuando a mí nunca me ha pasado nada igual, y aunque mi padre, que parece ser muy sabio en esto del amor, me dice que eso es porque no ha llegado la persona correcta, yo creo que más bien será porque esa persona correcta que dice, no existe.
Yo solo quiero a alguien divertido, que le guste hacer locuras, que se parezca a mí, que sea amigo, compañero y a la vez amante, muy buen amante. Que me sorprenda de vez en cuando, que me demuestre que le importo y que recorra por mí medio mundo si es necesario. Yo creo que no pido tanto, que esto es lo que cualquier chica quiere, pero quizá me esté pasando un poco.
Alzo la vista y a lo lejos veo a mi amiga venir, ¡Dios! ¿Pero qué lleva puesto? Esta no se ha mirado al espejo antes de salir de casa, aunque mejor no le digo nada.
—¿Otra vez estás así? Joder, Ella, mira que tienes mala suerte. No sé qué pasa contigo. ¿Qué les haces? ¿Los espantas? Vaya tela… Mira, no sé qué decirte, seguro que algún día encuentras a tu alma gemela, solo tienes que buscarla bien.
Carol es bastante sincera pero yo ya no la creo, llevo toda la vida haciéndole caso y así me ha ido.
—No, no y no. Yo ya no busco más, que me pierdo buscando. Chica, no sé, pero algo muy malo debí de hacer en mi vida anterior, porque mira que me va mal siempre en las relaciones. Yo ya paso, el amor se lo dejo a los tontos ilusos.
A los tontos ilusos como mi amiga Carol… Que no es por ser mala, pero todos los chicos con los que he salido últimamente los conocí gracias a ella.
—Joder, Ella, no seas así, yo no sabía que Raúl sería un capullo integral. Pero chica, seguro que alguno normal hay por ahí, no te cierres en banda.
—Mira, Carol, no es por fastidiarte, pero quizá ya esté cansada de las relaciones desastrosas, todas empiezan muy bien y cuando llegan al momento de volverse serias se joden. Yo ahora voy a centrarme en mí.
No estaría mal que por una vez en la vida pensara en mí, porque siempre pienso en los demás y ya empiezo a estar cansada. Primero pienso en mi padre, que es un hombre demasiado asustadizo, si por él fuera viviría en una burbuja de cristal, todavía a mis veintiocho años me llama cada día para ver si he comido bien. Se estresa el pobre hombre y me estresa a mí también, luego está mi tía, que es como mi madre, también es muy cansina la pobre, pero imagino que su muerte les hizo sobreprotegerme de todo… Y ser hija única tampoco ayuda, claro.
Luego está Lucas, mi primer novio, el amor de mi vida, con el que fui al colegio en primaria y comencé a salir en el instituto, pero al que dejé por tonta. Claro que cuando una tiene dieciocho años solo piensa en divertirse y en poco más. Le dejé porque me sentía desplazada, él se centró en sus estudios y bueno, yo no, y claro, que me ignorara un poco no lo llevaba nada bien, así que conocí a Jaime, un chico de veinte años bastante impresionante y ya no pude ver más allá, así que dejé a Lucas y creo que el karma me lo ha devuelto con creces porque desde entonces ninguna relación me cuaja.
Jaime resultó ser un creído profundo, solo me utilizaba para fardar de chica con sus amigos, pero en realidad no me quería, y en menos de un mes lo dejamos.
Luego conocí a Fede, otro que también me fastidió bastante. Estuvo saliendo conmigo así como tres meses, era divertido pero le gustaban demasiado las faldas. Me puso los cuernos y también lo dejamos. Luego hay una larga lista de nombres que prefiero no recordar, amigos de Dani, el novio de Carol, cuál de ellos más tonto, y el último que es Raúl, y yo ya no quiero nada con nadie porque se está mucho mejor sola, así que pienso disfrutar de la soltería. Con el único que me apetece estar es con Lucas y sé que no puedo estar con él, así que, ¿por qué complicarme la vida? Ya te irás enterando de nuestra historia, porque es un pelín peculiar.
Mañana he quedado con mi mejor amiga, Maka. Somos amigas desde que íbamos al jardín de infancia, es una loca incurable y es justo lo que necesito ahora, un poco de locura, no a alguien como Carol que solo piensa en liarme con alguno de sus amigos solteros, guapos, y digámoslo finamente, poco serios.
Mi teléfono está sonando… Es Raquel, mi prima.
—¡Ella! ¿Qué haces? Oye, ya me he enterado de que te has peleado con Raúl, ¿qué estás haciendo?
—Pues la verdad estaba pensando que quizá me vaya este fin de semana con alguna amiga o algo para despejarme y divertirme. No quiero más líos con nadie, estoy cansada.
—¡Ostras! Pues me ha salido un bolo en una boda y quería saber si quieres venirte a currar, es en el restaurante del padre de mi amiga Pili, creo que podrías sacarte en un servicio tranquilamente unos trescientos euros. ¿Qué me dices?
—Claro, ¡cuenta conmigo!
Mi prima siempre me llama para bolos, soy camarera desde hace cinco años y aprovecho cualquier oportunidad para trabajar en bodas o fiestas, porque, por desgracia, hace un par de meses que no tengo un trabajo fijo. El restaurante donde trabajaba tuvo que cerrar por la crisis, y desde entonces hago bolos y ahorro. Estoy pensando en abrirme algo mío, pero aún estoy pensándolo.
Tener tu propio negocio es lo mejor de lo mejor, pero no es nada fácil, aunque ya le he echado el ojo a un local que creo que puede estar muy bien de precio, tengo que informarme bien. Bueno, a lo que iba, llevo un tiempo dándole vueltas a abrir un bar de copas, buena música y buena gente. Creo que me puede ir bien y lo mejor de todo es que mi padre me apoya; eso es genial, aunque ya me ha dicho que si decido abrirlo tenga contratado a alguien que me aporte seguridad, porque un tipo de negocio así puede dar dinero pero también puede ser peligroso, ya que la gente bebe y se pelea, yo ya le he tranquilizado, me ayudarán mis amigos Carlos y Javi, ambos son geniales, Carlos es un armario ropero, con ese no se mete cualquiera, aunque Javi tampoco se queda corto. Tengo también cuatro amigas que se vendrían a trabajar conmigo, así que solo me falta el local. Bueno, tendré que llamar a ese que vi hace dos días. Tiene pinta de reunir todas las cualidades que yo busco, es grande, está en una zona céntrica y sé que lo puedo reformar, así que creo que llamaré para ver qué tal está por dentro.
Otra vez mi móvil. Es Carol, qué pesada, paso de cogérselo, luego la llamaré, voy a darme una ducha y voy a salir a pasear a Roquet, que es