Defienda su matrimonio. Tim Muelhoff

Defienda su matrimonio - Tim Muelhoff


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veces nos molestan demasiado; nos cuesta perdonar, pero en general lo logramos. Sin embargo, después de escuchar a las parejas (y en base a mi propia experiencia) existen momentos en que sucede algo más. Momentos del matrimonio en los cuales los pensamientos negativos o el enojo simplemente no se van. Al igual que la mujer al comienzo del capítulo, nos estancamos en un círculo sin fin.

      Si esa es la experiencia que usted está teniendo, ¿cuál es el siguiente paso?

      Los escritores del Nuevo Testamento defienden que el primer paso no tiene que ver con aprender un conjunto de técnicas de guerra espiritual, sino de reunir información. El apóstol Pablo les advierte a los jóvenes creyentes de Corinto que para evitar ser engañados por Satanás es fundamental que seamos conscientes de “sus maquinaciones” (2 Co 2:11). Los líderes de la iglesia primitiva comprendieron que seguir a Jesús implicaba la necesidad de prestarle atención a lo demoníaco. El autor cristiano Kenneth Boa afirmó que “cerca del veinticinco porciento del ministerio de Jesús, de la forma en que lo registran los evangelios, incluyó la liberación de aflicciones demoníacas.” Entonces llegó a una conclusión estremecedora: “Las fuerzas del maligno no desaparecieron cuando Jesús dejó la tierra.”4 Si Jesús dedicó tanto tiempo al reino demoníaco y todavía existe en la actualidad, entonces, ¿por qué existen segmentos significativos de la iglesia moderna que son tan reacios a abordarlo?

      Lejos de aprender acerca de la oposición que enfrentamos, muchos dentro de la iglesia occidental simplemente ignoran la realidad de Satanás. Esta aversión a la oposición espiritual no es compartida por nuestros hermanos y hermanas dentro de la comunidad global. Cuando dediqué un verano de servicio en Nairobi, Kenya, para asistir en las iglesias locales, me sorprendió la forma en que los líderes locales oraban por nosotros. Antes de marcharnos, un líder oraba para que Dios nos protegiera contra las fuerzas malignas empecinadas en arruinar nuestros esfuerzos.5 ¿Por qué hay tantas personas dentro de la iglesia occidental tan cautelosas a la hora de hacer lo mismo?

      IGNORAR A SATANÁS

      Hoy en día, muchos dudan de enfocarse en Satanás por varias razones. Primero, uno de los estereotipos más persistentes (y frustrantes) de los cristianos occidentales es que somos anti intelectuales. El temor de muchos cristianos hoy en día es que el hecho de tomar en serio a Satanás solo expondrá la realidad de que estamos pausando nuestra mente para aceptar lo demoníaco. Considere los siguientes comentarios de algunos escritores religiosos liberales. “Es imposible utilizar la energía eléctrica y la red inalámbrica, servirnos de los descubrimientos médicos y quirúrgicos modernos, y al mismo tiempo creer en el mundo de los espíritus y milagros del Nuevo Testamento.”6 Creer en un Satanás y en los demonios de forma literal está “pasado de moda” y “tira por la borda toda credibilidad en la teología.”7 “Si creemos en los demonios, también podríamos aferrarnos a la idea de una tierra plana.”8 Aquellos que estamos en el mundo académico somos particularmente sensibles a esta salvedad. ¿Qué pensarán los profesores y los eruditos no cristianos cuando descubran que me tomo muy en serio el asunto de la guerra espiritual? Ya puedo imaginarme los comentarios sarcásticos y las conversaciones incómodas. De manera similar, ¿qué reacciones obtendría de sus vecinos y sus colegas de trabajo si usted les compartiera lo que sabe acerca de Satanás?

      En segundo lugar, en nuestro deseo de ser relevantes, evitamos proclamar que creemos en los demonios. Cuando casualmente le mencioné a un amigo cristiano que estaba escribiendo un libro acerca de la batalla espiritual para compartir en conferencias matrimoniales, su rostro mostró una expresión repleta de preocupación. “Pensé que nuestro objetivo era que las personas asistieran a las conferencias cristianas, no alejarlas de ellas. Incluir a Satanás en el plan hará que las personas se sientan incómodas. No estoy seguro de que sea una buena idea.” Al final, cuando nuestro deseo es hacer que las conferencias y las iglesias se transformen en ambientes “agradables para todos” retenemos información bíblica vital que podría proteger a las personas de una forma muy significativa.

      En tercer lugar, en una cultura en la cual las personas generalmente evitan las responsabilidades, resistimos la urgencia de caer en la mentalidad que declara “el diablo me hizo hacerlo.” Si aceptamos la posibilidad de que las fuerzas espirituales están exacerbando nuestras luchas espirituales, ¿le estoy otorgando a mi cónyuge una excusa perpetua? “Lo siento, cariño, ¡mi arrebato de ira fue debido a que Satanás sacó lo peor de mí! ¡No es del todo mi culpa!” Es mejor aceptar toda la responsabilidad de nuestras acciones en lugar de darnos el permiso mutuo para utilizar el “pase libre demoníaco para librarnos de la cárcel.” Esta actitud se vio reflejada en un asistente de una conferencia sobre el matrimonio donde apenas sugerí la posible participación de Satanás en las luchas matrimoniales. Este asistente escribió en su evaluación: “¡Creo que se realizó demasiado énfasis en el poder de Satanás! ¡Él no puede estar en todas partes!”

      Si somos honestos, la razón principal por la que rechazamos adoptar la posibilidad de lo demoníaco es la vergüenza. Cuando pensamos acerca de la influencia demoníaca nos imaginamos cabezas que giran, levitación, voces guturales que hablan en latín, fanáticos religiosos que practican exorcismos, y nos sentimos tontos al darle crédito a algo de eso. Sin embargo, ¿podemos continuar ignorando este asunto?

      Luego de haber vivenciado los horrores del dominio nazi en Europa durante la Segunda Guerra Mundial, el teólogo alemán Helmut Thielicke se sintió obligado a predicar reiterados sermones acerca de la batalla espiritual. “Año tras año hemos visto una atmósfera cada vez más tóxica que se asentaba en el mundo y percibimos cuán reales y casi tangibles son los espíritus malignos en el aire”, así comenzó sus famosas series. “El poder abrumador de estas experiencias es tan fuerte que simplemente quiebra con todo el aislamiento intelectual que estamos tan dispuestos a interponer para mantener alejados estos poderes malignos.”9

      Si bien sería erróneo comparar el estado actual del mundo con las secuelas de la Segunda Guerra Mundial, ¿usted no tiene la sensación de que actualmente se respira una atmósfera cada vez más tóxica? Cuando miramos las noticias, ¿no nos preocupamos cada vez más de que nuestro mundo, nuestros vecinos y nuestros seres amados sean una especie de blanco, y que los desafíos que enfrentamos no están todos ligados a interacciones humanas? Cuando vemos que otro matrimonio se termina o que una familia se destruye, ¿estamos finalmente dispuestos a admitir que está ocurriendo algo más? De acuerdo con el ejemplo de Thielicke, quizás sea tiempo de romper con nuestro aislamiento cultural e intelectual. ¿Cómo sería si tomáramos el tema de la batalla espiritual con la misma seriedad que tomamos a Jesús y a las Escrituras? Para comenzar, consideremos a Satanás desde el punto de vista de las Escrituras, y no de la cultura popular.

      image INVESTIGUEMOS CON MAYOR PROFUNDIDAD

      La forma en que Satanás ha sido representado a través de los siglos ha dado un giro interesante. Las primeras imágenes de Satanás de la década de 1500 lo proyectaban como un personaje monstruoso, con cuernos y pezuñas. Lentamente, Satanás comenzó a adquirir cualidades humanas, tal como en una pintura de 1978, El Diablo como sastre, en la cual se lo representa como un hombre ordinario que realiza costuras de uniformes de la SS alemana durante la Segunda Guerra Mundial. En la serie de televisión de 2015, Lucifer, le otorga un cambio de imagen completo haciéndolo ver como un hombre de negocios bien vestido y apuesto de Los Ángeles, que posee una sorprendente debilidad por ayudar a los demás. ¿Dicha transición de una bestia con cuernos a un hombre de negocios compasivo ha contribuido a una reducción gradual de nuestras defensas con respecto a su amenaza demoníaca?

      UN PUNTO DE VISTA BÍBLICO DE SATANÁS

      La razón por la cual tomamos seriamente la guerra espiritual no es debido a que hemos tenido experiencias personales con demonios, porque conozcamos amigos que hayan experimentado historias escalofriantes o porque hayamos visto videos de exorcismos aparentemente creíbles a través de YouTube. “El principal testigo de la realidad y de la existencia de Satanás no es la experiencia o alguna


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