El verdadero sexo seguro. Michelson Borges

El verdadero sexo seguro - Michelson Borges


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¿y el orgasmo femenino?

      Después de algunas líneas más, el autor del artículo vuelve al tema: “Se han propuesto varias hipótesis adaptacionistas para explicar el orgasmo femenino. El zoólogo inglés Desmond Morris, en el libro clásico The Monkey Naked (1967), argumenta que la evolución de la postura erguida en humanos habría dificultado la fertilización, ya que en las mujeres humanas actuales el orificio externo del cuello uterino, a través del cual los espermatozoides deben penetrar, se encuentra en la posición superior de la vagina. Según esta hipótesis, la relajación muscular resultante del orgasmo induciría a la mujer a permanecer acostada después del acto sexual, lo que aumentaría sus posibilidades de fecundación. Sin embargo, la aparición del orgasmo en varios animales cuadrúpedos sugiere que esta hipótesis no es correcta. Otra hipótesis adaptacionista se basa en el hecho de que, dado que el bebé humano nace más indefenso que las crías de la mayoría de los animales, su supervivencia solo está asegurada por el cuidado de la madre y del padre. Según esta propuesta, los orgasmos, tanto masculinos como femeninos, serían un incentivo placentero para sellar la alianza de la pareja y fomentar la supervivencia de sus hijos. El problema con esta hipótesis es que el orgasmo, así como puede ayudar a crear un vínculo a largo plazo en una pareja, también puede ser un estímulo para que una pareja “salte la valla” y tenga relaciones sexuales extramaritales.

      Como puedes ver, estos supuestos son insuficientes. No explican, solo complican. Y el autor vuelve a rodear Jericó: después de hablar sobre diferentes comportamientos sexuales en diferentes especies, escribe: “La hipótesis adaptacionista más intrigante sobre la evolución del orgasmo femenino [finalmente, ¿la revelación del secreto?] fue propuesta en 1970 por el inglés Cyril A. Fox y sus colaboradores, del Hospital St. Bartholomew de Londres, después de un estudio de presión intravaginal e intrauterina durante el coito. El estudio mostró que las contracciones de los músculos genitales femeninos durante el orgasmo crean una diferencia de presión que absorbe y transfiere parte de los espermatozoides desde la vagina hasta el canal cervical, lo que aumenta la posibilidad de fertilización. Es la llamada ‘hipótesis de succión’, que obtuvo un fuerte respaldo científico en 1993 cuando los biólogos Robin Baker y Mark Bellis, de la Universidad de Manchester (Inglaterra), estudiaron la transferencia de esperma en 35 parejas inglesas y entrevistaron a miles de mujeres sobre sus experiencias sexuales. Por lo tanto, el orgasmo femenino sería un mecanismo sofisticado que permite a las mujeres elegir, consciente o inconscientemente, cuándo quedar embarazadas. Es decir, un mecanismo típico de elección darwiniana para la mujer”.

      El artículo también establece que “los orgasmos múltiples que ocurren después de la eyaculación serían un mecanismo femenino para asegurar el éxito reproductivo del acto sexual”. Conclusión: el orgasmo favorece la reproducción. Ok, eso no se discute. Pero el secreto anunciado permanece sin ser revelado: ¿Cómo surgió este “mecanismo sofisticado” de placer? No se puede ignorar el hecho de que, para que el orgasmo se “active”, se necesitan varios elementos interconectados: nervios, músculos, hormonas específicas, señales electroquímicas, etc., etc. Traduciendo: complejidad irreductible.

      Desde el punto de vista darwiniano, el secreto del orgasmo femenino sigue siendo eso: un secreto. Desde un punto de vista creacionista, además de un regalo extra del Creador (ya que va más allá del mandato de reproducción), el orgasmo revela una gran cantidad de diseño inteligente. Pero también implica la concepción de una nueva vida: otro milagro planeado por el Creador.

      Después de la eyaculación, los espermatozoides viajan hacia el óvulo a una velocidad de 11 centímetros por hora, ¡lo que equivale a un atleta que nada 10 metros por segundo! El viaje al sitio de fertilización dura 50 minutos. El óvulo es la célula humana más grande, mientras que el esperma es la más pequeña. Alrededor de 300 millones de espermatozoides son expulsados en cada eyaculación. En la vagina, su misión no es fácil, ya que tienen que sobrevivir a las duras condiciones ácidas del medio ambiente. Millones de espermatozoides son destruidos allí. Los más fuertes que sobreviven y alcanzan el cuello uterino se benefician por las contracciones musculares leves. Solo unos pocos millones se acercan al óvulo y un solo espermatozoide lo fertiliza: el más preparado y saludable. Un verdadero control de calidad.

      En el exterior, el embarazo es inicialmente imperceptible. En 40 semanas, una sola célula se especializa en diferentes tipos de células, tejidos, órganos... y se convierte en un bebé. A través de una membrana, la madre pasa los nutrientes al niño. Gana más de 850 gramos en 10 semanas. El útero se agranda para poder alojar al feto. El cuerpo materno tiene que reorganizarse para poder albergar al bebé en crecimiento. Los órganos se reorganizan: están apretados en la espalda o presionados contra el pecho. También tienen que trabajar el doble, como los pulmones o el corazón.

      Los músculos de la espalda se relajan y se doblan. El estómago gira y queda “aplastado”. La madre puede comer poco por vez, incluso si el bebé le exige muchos más nutrientes que antes.

      Después de nueve meses (en promedio), un bebé de más de tres kilos será expulsado. Los músculos pélvicos se relajan y el cuerpo del bebé gira para pasar a través de los huesos de la pelvis de la madre, especialmente diseñados para esta función.

      Por lo tanto, la concepción, la gestación y el nacimiento de una nueva vida dependen de una serie de factores que deberían funcionar correctamente desde el principio o, de lo contrario, el primer bebé nunca habría llegado al mundo. Es un proceso que debía diseñarse de manera inteligente para funcionar correctamente la primera vez. Este pensamiento llevó a Ken Taylor a escribir, en su libro Believe To See [Creer para ver]: “Parece ser mucho más fácil creer en un Dios que creó al hombre y a la mujer que en una mutación simultánea que [hubiera producido] un macho y una hembra en una misma generación en un mismo lugar”.

      De hecho, el sexo es una de las mayores evidencias del diseño inteligente en la Creación. Desde un punto de vista evolutivo, la existencia de la reproducción sexual es realmente una gran paradoja, como admite el biólogo evolutivo Richard Dawkins en El relojero ciego. A pesar de algunas sugerencias ingeniosas de los darwinistas ortodoxos, no hay una explicación darwiniana convincente para la “aparición” de la reproducción sexual.

      En la reproducción asexual, todos los descendientes son clones de un pariente, distintos de él solo en detalles provenientes de la mutación. Por otro lado, la reproducción sexual genera diversidad y ayuda a eliminar mutaciones dañinas.

      Realmente parece que la mejor explicación para el origen del sexo radica en un diseño inteligente: el libro del Génesis afirma que Dios creó el sexo como un regalo para la primera pareja, para ser disfrutado dentro del matrimonio, en una relación de amor y compromiso (volveremos a este tema en el capítulo 10). El sexo, según la Biblia, sirve tanto para proporcionar placer y satisfacción en la relación (y simplemente basta con leer Cantares para averiguarlo, ya que no se habla de hijos), como para permitir la reproducción de la especie (recuerda que los seres humanos no dependen del celo y pueden disfrutar del sexo en cualquier momento).

      Y, si el sexo tiene que ver con un diseño inteligente, la actitud humana más inteligente sería disfrutarlo de acuerdo con las pautas del Diseñador, tanto científicas como bíblicas. De esto se trata este libro.

      * Todas las citas bíblicas de este libro han sido extraídas de La Biblia, Nueva Versión Internacional.

      Capítulo 1

      Sexo fácil, consecuencias complicadas

      Hace algún tiempo, cuando escribí un artículo científico sobre cómo las actitudes desarrolladas en la etapa del noviazgo afectan la calidad y la satisfacción del futuro matrimonio, me hallé con la inmensa dificultad de encontrar publicaciones científicas acerca del noviazgo entre adolescentes y jóvenes. Me pareció extraño. Después de todo, el noviazgo entre adolescentes y jóvenes ¿no es una realidad totalmente difundida, incluso a una edad temprana? ¿Por qué no hay casi nada sobre esto? Entonces, se me ocurrió que tal vez podría ser un buen comienzo la idea de buscar algo sobre ficar, término portugués que se refiere a las relaciones informales y fugaces, a menudo de solo una noche. ¡Y me sorprendió cuando encontré mucho material


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