Enamorado de la vida. Osho
limosnas y déjalos que mendiguen por eso!”.
Su consejo es muy significativo y está basado en profundas verdades psicológicas. Sólo dales limosnas. No les des mucho. Dales lo suficiente para que empiecen a pedir más. Entonces siempre estarán moviendo su cola a tu derredor. Dales sólo cuando mendiguen, y estarán contentos contigo porque no los has reducido a mendigos. Ellos mismos te han mendigado; no es tu culpa, no pueden estar enojados contigo.
Pero un hombre como Zaratustra no podía hacer eso.
“No”, contestó Zaratustra, “Yo no doy limosnas, no soy suficientemente pobre para eso”.
Una gran declaración: “¡No soy suficientemente pobre para eso!”. Para reducir alguien a limosnero, y darle en cantidades tan pequeñas que le creen el deseo por más muestra mi pobreza. “¡No soy suficientemente pobre para eso!”.
Tengo abundancia: Abundancia de amor, abundancia de paz, abundancia de verdad, abundancia de sabiduría, abundancia de libertad; y esto no se puede dar en partes. Sólo es posible darlo como un todo. No puedes cortar la verdad en pedazos, no puedes cortar el amor en fragmentos. O das o no das. Pero si das, tienes que hacerlo con todo el corazón, con totalidad. No importa aun si te crucifican; no importa que se enojen y te fastidien.
El santo se rio de Zaratustra y dijo: “¡Fíjate que acepten tus tesoros!”.
Debido a que siempre los han rechazado, en lo profundo siempre han deseado los tesoros, pero cuando alguien llega a dárselos, los rechazan. Hay un gozo en rechazar, ¿por qué has rechazado a Buda o a Mahavira o a Jesús? Al rechazarlos, les has mostrado: “Podrían tener los tesoros, pero no somos tan pobres para aceptarlos. Tú podrías ser rico al tenerlos. Nosotros somos ricos, más ricos que tú al rechazarlos”.
El consejo del viejo está basado en una gran sabiduría.
“¡Fíjate que acepten tus tesoros! Tienen desconfianza de los ermitaños, y no creen que vengamos a dar”.“Nuestros pasos suenan muy solitarios entre las calles. Y por la noche oyen en sus camas a un hombre que va mucho antes de que salga el sol, y probablemente se pregunten: ¿adónde va el ladrón? ¡No vayas al hombre, quédate en el bosque!”.
He amado este consejo del viejo santo porque los animales son inocentes: no te rechazarán, no estarán molestos contigo y no te crucificarán.
Sólo quisiera agregar a esto: ve a los animales, ve a los árboles, son más sensibles. El hombre se ha vuelto casi insensible, y entre mayor sea el valor, mayor insensibilidad. Sólo entiende el lenguaje del dinero, del poder y del prestigio. Ha olvidado el del amor, el del gozo, el del baile.
“¿Por qué no serías como soy yo, un oso entre los osos, un pájaro entre los pájaros?”.“¿Y qué es lo hace el santo en el bosque?”, preguntó Zaratustra. El santo contestó: “Hago canciones y las canto, y cuando las hago, me rio, lloro y murmuro: entonces adoro al Dios que es mi Dios. Pero ¿qué es lo que nos traes como regalo?”Cuando Zaratustra escuchó estas palabras, saludó al santo y dijo:“¡Qué es lo que tengo para darte!”.“Pero ¡déjame ir rápido, porque podría tomar algo de ti!”. Y luego se separaron uno del otro, riendo como se ríen dos muchachos.
Zaratustra dijo:“¡Qué es lo que tendría para darte!”. Tú cantas, creas canciones, estás alegre. En tu aislamiento eres absolutamente feliz, ¿qué puedo darte? Déjame ir, temo que podría llevarme algo de ti, y ya estoy muy cargado con canciones, con alborozo. Los dos estamos cargados. Tú has escogido vivir con los osos como oso, vivir con los pájaros como pájaro, vivir con los árboles como árbol. Yo he escogido regresar al hombre y vivir como un hombre. No tengo nada que darte. Ya lo tienes. Ambos se entendieron, y el viejo y Zaratustra se separaron riéndose como dos muchachos.
Pero cuando Zaratustra estuvo solo, le habló a su corazón: “¿Puede ser esto posible? Este viejo santo en el bosque no ha escuchado que ¡Dios está muerto!”
Esto es algo que debe entenderlo cualquiera que esté en búsqueda de la verdad, en busca de la religiosidad, en busca del crecimiento espiritual: que Dios es sólo una hipótesis. Dicho esto su muerte Dios está muerto es sólo una manera de decir que Dios nunca estuvo vivo. Sólo es para satisfacer la curiosidad del hombre, que las mentes astutas han inventado la idea de Dios. No es una revelación, es sólo imaginación, forzada por condicionamiento de siglos.
Pero en su corazón dijo: “¿Será posible que un viejo hermoso que hace canciones y canta, que vive con los pájaros y los árboles y los animales, en su bosque no haya escuchado que Dios está muerto? ¿Que aún esté hablando de amar a Dios?”.
Estoy totalmente de acuerdo con Zaratustra y con Nietzsche, sólo que mi expresión es diferente. Quiero decir que Dios nunca ha estado vivo, nunca ha habido ningún Dios. Dios es un invento que sale del miedo, de la codicia o de la frustración en la vida. Dios es una invención de aquellos que no han sido capaces de aprender el arte de la vida.
Y porque no han podido bailar, empiezan a condenar el baile. De hecho, ellos mismos están lisiados porque no pudieron vivir. La vida requiere estar alerta, inteligencia, paciencia y tolerancia. Debido a que no pudieron desarrollar estas cualidades en ellos mismos crearon la idea de que algo está mal en la vida: algo para renunciar. Pero no puedes renunciar a algo mientras no encuentres algo más grande que ganes con la renuncia. Así que Dios es la más grande proyección de la avaricia: renuncia al mundo y obtendrás a Dios. Renuncia al mundo y puedes obtener el paraíso.
Éstos son inventos del escapista, del lisiado, del retardado, de aquellos que no han podido aprender el arte del amor, el arte de vivir, que no saben cómo cantar, que no saben cómo bailar. Naturalmente el que no sabe cantar condenará el canto. Ésta es una medida defensiva para esconder el propio retardo, la propia ignorancia.
Dios es la creación del que no es sabio, no del sabio. Es la creación del esclavo, no de aquellos que aman la libertad.
Zaratustra está inmensamente enamorado de la vida y de todo lo que la vida provee. Es el único místico con una inmensa afirmación de la vida. No hay lugar para renunciar a nada, la vida es un regalo de la existencia. Aprende a gozarla, disfruta de ella. Baila con los árboles y baila con las estrellas. Ama sin celos. Ama sin competencia. Acepta a todos sin juicio. Y entonces no habrá necesidad de ningún Dios. Tampoco habrá necesidad de ningún paraíso. Podemos transformar la Tierra en una existencia divina. La propia vida puede ser una expresión de lo divino.
Estoy completamente por lo divino, porque lo divino es una cualidad que puedes aprender, hacer crecer. Dios es sólo una idea.
Entre más pronto se suelte es mejor, porque resulta una pérdida de tiempo innecesaria.
Millones de personas en el mundo están rezando, sin saber que no hay nadie que escuche sus plegarias. Millones están adorando estatuas de piedra. Si no pueden amar a los seres vivos, ¿cómo les es posible amar estatuas de piedra? Pero algunas estatuas son confortables. No crean problemas. Puedes hacer lo que quieras: derramar agua sobre ellas, s ofrecerles cocos podridos; no se van a oponer. Puedes decirle a la estatua lo que sea en cualquier idioma, bueno o malo, no importa.
El amor necesita del otro para estar vivo. Pero entonces requieres aprender el arte de vivir. Ésta es una de las estupideces, que ninguna universidad enseña a la gente el arte de vivir, el arte de amar, el arte de la meditación. Pienso que todo lo demás está muy por debajo del amor, la vida, la meditación, la risa. Puedes ser un gran cirujano, puedes ser un gran ingeniero, puedes ser un gran científico, pero aun así necesitas el sentido del humor, el arte del amor, el arte de vivir, necesitas estos grandes valores en tu vida.
Pero te sorprenderás. Yo sólo enseño estas cosas: amor, vida, risa, y como antecedentes de esto, meditación, pero el Gobierno de la India no está dispuesto a aceptar esta escuela como una institución de educación. La aceptarían como una institución de educación si estuviera enseñando Geografía, Historia, Química, Física; es decir,