Para aprender a viajar así:. Michael D. Hill
rel="nofollow" href="#ubf898db8-d4a8-42b8-937d-203d74e504b7">4.1 Entre abogados y monjas: mundos interculturales
4.2 Carrera profesional y clase socioeconómica en la universidad
4.3 Rumbo a Pomacanchi: de/volviendo al campo y la vida de maestra rural
4.4 Formación en la pedagogía de quechua como segundo idioma
4.5 Culpable por asociación: terrorismo, extranjeros, sospechas
4.6 Regresando al Cusco: nuevas luchas
Capítulo 5. Ya cansada de llevar esa vida austera: cargos, santos, tierra y superación
5.1 Muerte, naturaleza, santos
5.2 Semana santa y las rezanas
5.5 Endeudados con la naturaleza
5.6 Coda: el Niño Manuelito del Cusco
6.1 Jubilación: nuevas conexiones, nuevas visiones
6.2 Nuevas migraciones educativas: choques culturales y la olla de papas
6.3 Prácticas de solidaridad: el proyecto con los cargadores
6.4 Un testimonio sobre testimonios: siendo testigo
Capítulo 7. Conclusión: sigo siendo profesora y me siento contenta
Trayectoria académica de los autores
Agradecimientos
De Michael:
Quisiera agradecer de manera especial a mi colega y amiga Consuelo Fernández-Salvador por su meticulosa lectura y edición del manuscrito. Compartimos una dinámica de coinvestigación y coautoría que me encanta y que ha sido muy significante y valiosa. También agradezco a los revisores anónimos por sus excelentes comentarios y sugerencias. Quiero reconocer a los profesores que me formaron en la antropología, especialmente a Kathryn Kozaitis, Robert Paul y Ivan Karp, y también a mis estudiantes que han leído partes del manuscrito.
Reconozco a Karina Flores, en particular, quien me ayudó con algunas transcripciones y tareas de edición. Mi corazón está lleno de gratitud para mi familia, en especial para mis padres, Jean y Raymond Hill, quienes me inspiraron a valorar la educación y la diversidad cultural y siempre me apoyaron en mis metas y decisiones. Gracias a mi pareja, Juan Tría, por compartir su amor y cariño constante durante el proyecto, igual a mi gran amigo César Rivadeneira por haber compartido el proyecto conmigo y con Gina. Mis agradecimientos más profundos pertenecen a mi amiga y coautora Gina Maldonado: gracias, Gina, por tu amistad, tus enseñanzas, tu sabiduría, tu paciencia, y tu actitud inspiradora de gratitud hacia la vida y a todos los seres que nos acompañan en ella.
De Gina:
Agradecimientos profundos para mis padres Visitación y Alejandro (+, +). Ellos cuidaron mi salud física, emocional y social, fortaleciendo así mi identidad. Agradezco también a mis hijas, Andrea y Carmen, por acompañar mi labor con alegría. A mis nietos Theo, Mateo Alejandro, y Egon Amaru, por ser un nuevo reto en mi vida y rejuvenecerme. «Abuelita, ¿todo bien? Entonces, ¡jugamos!». Agradezco a mis estudiantes de quechua, nacionales y extranjeros, con ellos aprendí a valorar mucho más la cultura andina. Y finalmente, agradezco con mucho cariño a Michael, por motivarme a iniciar este proyecto. Gracias por tu amistad, tu constancia y profesionalismo.
Introducción: movilidades andinas y la metodología colaborativa de la historia de vida
Este libro se basa en la metodología antropológica de historias de vida y en estudios de migración, economía política, educación, raza y etnicidad, y sexo y género en los Andes para contextualizar y analizar las experiencias de Georgina (Gina) Maldonado (nacida en 1950), educadora quechua y traductora lingüístico-cultural cusqueña. Aun cuando ya existe una tradición rica y establecida de las historias de vida en la antropología y, más específicamente, en estudios andinos, muchos de estos proyectos se han enfocado en vidas indígenas de la clase trabajadora o artesanal, o alternativamente, del liderazgo político o religioso. La historia de Gina, sin embargo, es una historia de movilidad social y geográfica de una mujer quechua profesional, intelectual, cosmopolita y transnacional, una realidad que es cada vez más común en las nuevas generaciones de mujeres quechuas y quichuas en la región. Gina nació en la aldea de Colquemarca, en la provincia de Chumbivilcas, Cusco, y fue monolingüe quechuahablante hasta que cumplió sus 12 años. A esa edad migró a la ciudad de Cusco con el propósito de seguir una buena educación, y posteriormente su vida se ha caracterizado por múltiples migraciones educativas, incluyendo un retorno al campo como maestra de escuelas primarias, un retorno a Cusco a trabajar más en el mundo académico y de las ONG como traductora y profesora de quechua, y migraciones temporales a los EE. UU., para enseñar quechua en universidades como la de Michigan y Notre Dame. Gina fue mi profesora de quechua durante mi primer periodo de trabajo de campo en el Cusco, en 1999-2000, y hemos mantenido una amistad y colaboración profesional durante dos décadas.
La vida de Gina es un estudio en movilidades sociales y culturales, en cruzar fronteras y aprender a estar ‘en casa’ en contextos interculturales. Desde los inicios campesinos de Gina, como quechuahablante monolingüe, ha llegado a dar cursos universitarios y tener un sinnúmero de otros estudiantes académicos y profesionales y colaboraciones con varios proyectos de traducción y de trabajo social y comunitario. Gina es símbolo de un sector de mujeres campesinas/indígenas profesionales, frecuentemente subrepresentadas o invisibles en los imaginarios sociales de mujeres indígenas. Gina rompe varios de los estereotipos dominantes existentes sobre las vidas de mujeres indígenas. Es una mediadora o traductora cultural-lingüística experta y una intelectual indígena, simboliza una identidad bicultural quechua-mestiza y a la vez una identidad indígena profesional y cosmopolita. En mi trabajo como docente