Venecia Responsable. Jordi Bastart Cassè

Venecia Responsable - Jordi Bastart Cassè


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del viajero ha de afectar lo menos posible a la naturaleza), y gentes (detenerse a comprender los diferentes modos de vida de un modo respetuoso).

      El turismo responsable está relacionado con la curiosidad por descubrir y entender lo nuevo, lo diferente… y disfrutar de ello.

      Si puedes elegir: ¡elige responsable!

      Decálogo del viajero responsable

      1. Abre tu mente a nuevas culturas y tradiciones y sé tolerante ante la diversidad.

      2. Respeta los derechos humanos; cualquier forma de explotación vulnera los objetivos del viaje.

      3. Ayuda a conservar el entorno natural y procura no dejar otra huella que la de tu zapato.

      4. Respeta el patrimonio artístico, arqueológico y cultural del destino.

      5. Si compras regalos, procura que estos sean expresión de la cultura local.

      6. Cuando planifiques tu viaje, elige aquellos proveedores que se preocupan por los derechos humanos y por el medio ambiente.

      7. Utiliza los recursos naturales con moderación y procura minimizar la generación de residuos.

      8. Disfruta con las costumbres, gastronomía y tradiciones de la cultura local.

      9. Si visitas espacios sensibles, infórmate antes cómo hacerlo.

      10. Contribuye al desarrollo de un turismo responsable, justo y sostenible.

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      Venecia responsable

      Cualquier ciudad en la que no se pueda circular en coche y cuyo símbolo sea una góndola, es decir una pequeña embarcación sin motor, parte con ventaja, de entrada, en la lista de destinos turísticos responsables. Dicho esto hay que recordar que ambas condiciones dependen de la particular idiosincrasia de Venecia, o sea, del hecho de que está semi hundida en el agua y no del deseo explícito de sus gobernantes. En realidad, la ciudad es un hervidero de turistas que ha dado al traste con el comercio local y que ha provocado que los alquileres suban hasta extremos impagables para los venecianos. Restaurantes y alojamientos turísticos ocupan lo que otro tiempo fueran verdulerías, panaderías y casas particulares. La gestión de recogida de residuos, ya de por si caótica y complicada en un mini archipiélago continuamente anegado, se hace casi imposible con la afluencia masiva de visitantes. Y sin embargo... ¡Qué bella es Venecia incluso con el calor de agosto y los miles de turistas deambulando!

      Irónicamente, la amenaza de que tanta belleza acabe completamente sumergida en la laguna que rodea la ciudad puede ser, si se gestiona bien, su salvación. Y es que el proyecto Moisés, una impresionante obra de ingeniería hidráulica destinada a parar las mareas que inundan la ciudad con un complejo conjunto de compuertas, lleva aparejada una notable mejora. Es cierto que para desarrollarlo a cabo se destruirán varias hectáreas de playa, pero el plan prevé la construcción de zonas verdes, paseos y la instalación de paneles solares sobre los edificios técnicos.

      Aun así, los casi sesenta mil habitantes que tiene la ciudad poco pueden hacer contra los veintitrés millones de visitantes que pisan sus calles cada año. Medidas recientes tomadas por el ayuntamiento como la de impedir que los grandes cruceros campen a sus anchas por la laguna o que las lanchas no puedan navegar por el Gran Canal son pequeñas esperanzas para una ciudad que fácilmente podría morir de éxito.

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      Cómo es Venecia

      Sus habitantes

      Aunque a primera vista los venecianos pueden parecer fríos y distantes, es gente que resulta muy amable y hospitalaria, dispuesta a atendernos en cualquier momento. Como es lógico, en una ciudad invadida constantemente por turistas, quien no vive de esta industria da la sensación que está un poco harto de tanta gente. Otra cuestión, que también les hace parecer distantes, es el dialecto que hablan entre ellos y que resulta incomprensible para los demás. Los venecianos están encantados con su ciudad y, aunque ellos puedan ser muy críticos, no consienten que lo hagan los que la visitan.

      Aunque pueda parecer una ciudad-museo por la cantidad de monumentos históricos, Venecia actualmente cuenta con unos 60.000 habitantes en el centro histórico y unos 270.000 en todo el municipio. En los barrios más alejados del centro es donde se puede percibir que la ciudad aún está viva con sus bulliciosas plazas y bares poblados de lugareños. Pero vivir en Venecia es tarea difícil; primero por la invasión turística durante todo el año, luego por el precio de los alquileres y, por último, por la incomodidad de los desplazamientos. Por estas circunstancias, cada vez son más las personas que prefieren trasladarse a tierra firme por la comodidad que significa. Venecia va perdiendo población continuamente y hoy en día es la localidad de Italia con gente de mayor edad.

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      Cafetería en la plaza de San Marcos.

      Venecia es visitada cada año por miles de personas, la mayoría de las cuales se concentran en la plaza de San Marcos y alrededores. Si marcamos este lugar como epicentro y trazamos círculos a su alrededor, nos daremos cuenta de que cuanto más nos alejamos de él, más opciones tenemos de descubrir otra Venecia, de plazas y calles más tranquilas, donde sentarse en las terrazas de los bares resulta un verdadero placer… sin tener que pagar sumas desorbitadas.

      Sus barrios

      Venecia fue construida sobre el agua en lo que fuera el delta del río Po. Los arrastres del río y las arenas traídas por las corrientes marítimas crearon las numerosas islas que hay en la laguna de Venecia. Sobre esta tierra firme, un entramado de pilotes de madera petrificada y losas de piedra sostienen suntuosos palacios, iglesias que lucen todos los estilos, alegres plazas y apacibles rincones donde parece que se haya detenido el tiempo. Todo un conjunto arquitectónico único en el mundo cuya protección ha hecho saltar a menudo numerosas voces de alarma. Venecia, con el acqua alta, parece que pueda ser engullida por el mar, cuya erosión constante se deja notar en los cimientos de las casas. Muros de protección exterior, sistemas de drenaje y limitaciones de velocidad, para no provocar oleaje, son algunas de las medidas que se han puesto en macha para paliar el deterioro. Venecia debe sobrevivir para admiración de generaciones posteriores.

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      Campo San Giacomo dell´Orio.

      La ciudad se divide en seis barrios (sestiere): Cannaregio, Santa Croce, San Polo, Dorsoduro, San Marco y Castello. La numeración de las casas es un sistema algo complicado; incluye el nombre de la calle, del barrio donde se ubica y un número que en casi todos los sestiere llega a los cuatro guarismos.

      La ciudad de Venecia está declarada Patrimonio de La Humanidad desde el año 1987. Para hacerse una idea del interés histórico, basta con decir que hay unas 150 iglesias y más de quinientos palacios, evidentemente no todos en estado impecable. La ciudad está formada por numerosas islas e islotes unidas por unos 430 puentes que salvan la presencia de una intrincada red de aproximadamente 150 canales. Hay que saber que dentro del lenguaje urbano, campo significa plaza y fondamenta es la calzada adyacente a un canal.

      Por la influencia de determinados factores como son las bajas presiones, las fases lunares y los vientos que soplan del sur (siroco), entre octubre y marzo se produce el fenómeno bautizado como acqua alta (marea alta). El nivel del mar sube e inunda las partes más bajas de la ciudad. En la plaza de San Marcos se habilitan pasarelas de madera y las botas de agua se convierten en un elemento imprescindible para recorrer algunos rincones. Hay en marcha un proyecto experimental para mitigar los efectos de estas periódicas inundaciones, pero mientras tanto, el objetivo fotográfico puede captar imágenes curiosas como el reflejo de los edificios en las plazas inundadas.

      Venecia en la literatura

      Venecia, por sus características arquitectónicas, el clima y la amalgama


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