Pack Bianca y Deseo marzo 2021. Varias Autoras
hoy?
Durante un instante, la enfermera pareció no reconocerla. Entonces, se fijó un poco más en Lia y la miró asombrada.
–¡Lia! No te había reconocido sin el disfraz.
–Estoy segura de que Grady tampoco me va a reconocer –comentó ella mirando a Ethan.
–El señor Grady te reconocerá, vas a ver. Se va a poner muy contento de que hayas venido hoy a verlo. Tu idea de animarlo a cantar ha hecho maravillas. Está muy contento de volver a comunicarse con la gente.
–Eso es estupendo –dijo Lia encantada.
–Su familia y todo el personal nos pusimos muy contentos ayer cuando la situación pareció dar un vuelco. Ha mejorado tanto que el médico cree que se podrá ir dentro de unos pocos días.
–¡Vaya! Esa es una maravillosa noticia.
–Estamos muy contentos de que ella se presentara cuando lo hizo –afirmó Ethan–. Ha hecho un milagro.
–Por favor, parad –protestó Lia. Se sentía incómoda con tantos halagos–. El mérito debería ser para todos vosotros, que tan bien le habéis estado cuidando todo este tiempo.
–Hay un límite para lo que la medicina es capaz de hacer cuando el deseo de seguir viviendo ha desaparecido –dijo la enfermera.
–El poder de la mente. La gente no se lo cree –afirmó Ethan.
–Así es –apostilló Abigail antes de marcharse de nuevo al puesto de enfermeras.
Ethan agarró a Lia por el codo y la condujo al interior de la habitación. La primera vez que visitó a Grady, lo encontró inmóvil e inconsciente. Aquel día, estaba totalmente despierto y mirándola con atención. La mirada del anciano le recordó a la de Paul, lo que le provocó un escalofrío.
Grady movió los dedos y ella le tomó la mano. Le apretó suavemente la mano, sorprendida por el afecto que sentía por alguien a quien apenas conocía.
–Hola, Grady –le dijo Lia con la voz llena de afecto–. Soy Lia. Probablemente no me reconozcas sin mi disfraz. ¿Cómo te encuentras hoy? Tienes muy buen aspecto.
Grady apretó los dedos contra los de ella mientras la reconocía con dos palabras cantadas.
–Ava hija.
Ethan le había explicado la desesperación del anciano por reunirse con su nieta desaparecida antes del ictus, llegando incluso a especular que la enfermedad del anciano había sido ocasionada por la desesperación de no encontrarla.
–Eso es, Grady –dijo Ethan sonriendo a Lia–. La hija de Ava ha vuelto a casa por fin.
Encantada al escuchar la noticia, Lia miró a Ethan y notó el modo en el que el guapo empresario la miraba a ella, como si quisiera decirle algo. El corazón comenzó a latirle con fuerza al comprender lo que Ethan estaba tratando de decirle. Miró a Grady e hizo ademán de protestar. Sin embargo, antes de que ella pudiera decir nada, vio el amor con el que Grady la miraba. No. No a ella. A su nieta desaparecida.
Se volvió para mirar a Ethan.
–¿Qué es lo que está pasando?
–Lo que está pasando es que Grady cree que tú eres su nieta –le respondió Ethan mientras le apretaba el codo con la mano y le suplicaba con la mirada que le siguiera la corriente–. Le he explicado cómo te localizó Paul a través de una de esas empresas de análisis genéticos. Hace mucho que el sueño de Grady es volver a reunirte con tu familia. Y ahora aquí estás.
Lia se quedó sin palabras. La posición en la que Ethan la había colocado era insostenible. Sin embargo, ver la alegría en los ojos del anciano la empujó a morderse la lengua. Aquello no podía estar ocurriendo. Tenía que decir la verdad. Ella no era la hija de Ava Watts. Afirmar que lo era solo podía ocasionarle problemas.
–Tenemos que hablar sobre esto –le susurró a Ethan en voz baja. Entonces, colocó la mano sobre el hombro de Grady–. Volvemos enseguida.
Lia salió rápidamente al pasillo, seguida de Ethan.
–¿Has perdido la cabeza? ¿Cómo has podido decirle que soy su nieta? –le espetó en cuanto se aseguró de que estaban solos–. Y encima metes a Paul en todo esto. Se va a poner furioso…
–Grady ha llegado él solo a esa conclusión –le explicó Ethan–. Y la razón por la que he metido a Paul en esto es para ayudar a reparar la tensa relación que hay entre Grady y él.
–Tu hermano jamás va a seguirte la corriente en esto.
–Lo hará cuando vea el modo en el que Grady se está recuperando. De la noche a la mañana, sus posibilidades de recuperación han cambiado y solo porque cree que tú eres su nieta. Reunirse con ella era su mayor deseo y ahora tiene una razón para vivir.
–Pero yo no soy su nieta. ¿Por qué piensa que lo soy? Yo no me parezco a ningún miembro de vuestra familia –protestó, aunque sintió que se le encogía el corazón al pensar que Ethan pudiera sentirse incómodo por sus palabras.
–Podrías ser la hija de Ava –dijo Ethan levantando las manos con gesto suplicante–. Llevamos años tratando de encontrarla sin suerte alguna. Ya te dije que, después de que mi tía muriera, su hija fue adoptada y los registros fueron sellados. Creer que tú eres ella le ha dado a mi abuelo una razón para seguir adelante. ¿De verdad quieres volver a entrar ahí y romperle el corazón? Ha estado muy deprimido desde el ictus. En menos de una semana, lo ha devuelto de las puertas de la muerte.
Lia cerró los ojos y se pasó algunos segundos escuchando los latidos de su corazón. Aquello no podía estar ocurriéndole, pero así era.
–No puedo hacerlo.
Además de estar mal, aunque accediera temporalmente a hacerse pasar por la nieta de Grady Watts, estaba segura de que Paul no le permitiría hacerse pasar por la hija de Ava.
–Claro que puedes. Te dedicas a hacer que la gente se sienta mejor.
–Sí, pero no de este modo –protestó Lia–. Y no quiero mentir a tu familia.
–Lo comprendo, pero a ellos no se les da bien mantener secretos. Nunca hemos podido dar una fiesta sorpresa o algo parecido sin que alguien de la familia se enterara. Para que esto funcione, tenemos que ocultarles la verdad para no correr el riesgo de que alguien se vaya de la lengua y te delate.
–¿Y Paul? –le preguntó–. Estoy segura de que ya ha indagado sobre mí lo suficiente como para saber que yo no soy vuestra prima.
–Deja que sea yo quien se ocupe de mi hermano.
–Maldita sea, Ethan –susurró ella mientras se secaba las palmas de las manos sobre los pantalones–. No puedes engañar a tu abuelo de esta manera.
–Puedo si eso significa que Grady sigue con vida…
–Pero es mentira –insistió Lia, pero sintió que su determinación perdía peso bajo el entusiasmo de Ethan–. Es una mentira muy grande y muy peligrosa. Además, ya sabes que yo no pensaba quedarme mucho más tiempo en Charleston. Misty está arreglada y casi he ahorrado lo suficiente como para reparar mi furgoneta –añadió. Aunque era cierto, Lia no tenía lo suficiente para comprar un vehículo fiable–. Ya va siendo hora de que me marche de aquí.
–Tan solo tienes que quedarte un par de semanas hasta que Grady esté completamente recuperado. Entonces, podremos decirle que los del laboratorio de ADN cometieron un terrible error… lo he pensado todo mucho y sé que todo saldrá bien.
Si Lia no le hubiera tomado mucho aprecio a Ethan desde que empezó a darle masajes hacía seis meses, jamás le habría ayudado y mucho menos hubiera considerado un plan tan descabellado, pero el dolor que Ethan sentía por la enfermedad de su abuelo le había llegado al corazón. Además, Ethan conseguía que todo sonara tan razonable… Un par de semanas y luego podría marcharse de allí. ¿Qué