Soporte vital básico. SANT0208. Ana Belén Carmona Romera
uso del torniquete está desaconsejado a no ser que nos encontremos ante un desangro. En caso de utilizarlo, poner hora de realización y revaluar cada 15 minutos la presencia de pulsos distales. Si el torniquete permanece más tiempo del que el miembro puede soportar, puede desencadenar en gangrena y en afectación nerviosa de la periferia del miembro afectado.
Realización de un torniquete
Realización del torniquete mediante un paño y un palo. Realizando un nudo con el paño alrededor del palo (cuchara u otro elemento alargado) como podemos ver en la siguiente ilustración y posteriormente se gira el palo hasta con la presión ejercida consigamos cortar la hemorragia.
Realización de un torniquete con el uso de un manguito de toma de tensión. Para ello, se coloca el manguito por encima del lugar donde se va a poner el torniquete y se eleva por encima de la tensión arterial del individuo para así cortar la hemorragia.
Importante
Esta técnica es de elección en caso de disponer de un manguito, ya que en caso de urgencia es más fácil retirar el manguito que el paño anudado.
4.4 Protocolo y técnica de desfibrilación externa semiautomática
En las guías de recomendación de actuación frente a la parada cardiorrespiratoria elaboradas por el European Resuscitation Council en el año 2010, se establece como punto fundamental en la cadena de supervivencia de un individuo la obtención de un desfibrilador para poder normalizar la situación. Para garantizar la supervivencia del individuo dicha desfibrilación debe de darse en menos de 3-5 minutos tras la instauración de la parada.
Debido al corto espacio de tiempo disponible para los equipos sanitarios de llegar a la víctima en ese periodo de tiempo y debido a la eficacia y facilidad de uso de los desfibriladores automáticos y semiautomáticos, actualmente cada vez son más los lugares públicos en los que estos desfibriladores favorecen la supervivencia de las víctimas de las paradas cardiorrespiratorias.
Desfibrilador de uso externo realizando el análisis de un ritmo cardíaco
Sabía que...
En España, un 30% de los individuos que sufre un infarto de miocardio muere antes de poder llegar a un centro hospitalario.
La principal causa inicial de una parada cardiorrespiratoria es la fibrilación ventricular. Esta se da en el 85% de los casos. Si una fibrilación ventricular se trata en el primer minuto de evolución, la supervivencia del individuo asciende hasta un 90%. El tratamiento inicial consiste en la aplicación de un choque con desfibrilador a fin de revertir la situación caótica del miocardio durante la fibrilación. A partir de este minuto, las posibilidades de supervivencia descienden entre un 7 y un 10% cada minuto.
Definición
Fibrilación ventricular
Es una alteración del ritmo normal del corazón que cursa con un aumento de los latidos ventriculares por minuto, con irregularidad y que origina una situación caótica en el miocardio. Este, debido a esta situación, no bombea sangre al resto de los tejidos y en un corto espacio de tiempo el individuo entrará en parada cardiorrespiratoria.
Existen dos tipos de desfibriladores:
Desfibrilador semiautomático (DESA): se considera más seguro ya que es el rescatador el que tiene la última decisión de aplicar el choque indicado por el desfibrilador.
Desfibrilador automático (DEA): Simplemente es necesario encender y conectar los electrodos en el individuo. El desfibrilador analiza el ritmo y si este es desfibrilable da el choque sin necesidad de confirmación por parte del reanimador.
Indicaciones del uso del DEA
Uso apto para adulto.
Uso apto para niño con más de 8 años.
Uso apto para niños entre 1 y 8 años con parches pediátricos que atenúen la descarga o con modo pediátrico si el DEA dispone de él. En caso de no tener ninguna de estas opciones disponibles, se usará el DEA tal cual.
No apto su uso en menores de un año.
Precauciones para el uso del DEA
Retirar, en caso de que la víctima lleve puesto algún parche transdérmico farmacológico.
Evitar el contacto de los electrodos con dispositivos médicos (por ejemplo, marcapasos) que pueda llevar la víctima implantados.
En caso de que la víctima esté mojada, secar antes de su aplicación.
En caso de presentar mucho vello en la zona de aplicación de los electrodos, rasurar previa colocación.
Actuación para el uso de un desfibrilador
Hasta la obtención del DESA o DEA, como ya hemos descrito, se continúa con las maniobras de RCP básica.
Una vez obtengamos el DESA O DEA, es necesario encenderlo y colocar los electrodos que trae sobre la víctima. Se colocarán como se puede observar en la siguiente ilustración. Uno se coloca debajo de la clavícula derecha y el izquierdo, en la línea axilar media a la altura del 5º o 6º espacio intercostal.
Tras su colocación, se realizará el análisis del ritmo cardiaco. En caso de fibrilación ventricular y también en algunas taquicardias ventriculares, el desfibrilador marcará visual y acústicamente que está aconsejada la descarga.
En caso de estar indicado el choque:No tocar al individuo.En caso de que el desfibrilador se automático (DEA), no es necesario realizar nada ya que el propio desfibrilador dará el choque aconsejado.En caso de ser un modelo semiautomático (DESA), el reanimador debe pulsar el botón para corroborar la decisión del desfibrilador de dar el choque.Seguir las instrucciones tras el choque.
Si el choque no está indicado por tratarse de un ritmo no desfibrilable, continuar con las maniobras de RCP básico hasta que se recupere el individuo o hasta que sea posible iniciar la RCP avanzada.
5. Resumen
Una actuación precoz, adecuada y ordenada frente a la parada cardiorrespiratoria es vital para garantizar la supervivencia de las víctimas. Por eso, la difusión y enseñanza de conocimientos de RCP básica en ámbitos no sanitarios, así como el uso de desfibriladores externos automáticos y semiautomáticos, son una buena alternativa que favorecerá el mantenimiento de la vida de individuos en parada hasta la llegada de equipos sanitarios e inicio de RCP avanzada.
Todo el personal sanitario debe conocer las técnicas y manejar los materiales, así como intentar anticiparse (en la medida de lo posible) a las diferentes situaciones anteriormente descritas a fin de controlar la situación sufrida por la víctima y evitar complicaciones.