Saltillo de mis sabores. Jesús Salas Cortés

Saltillo de mis sabores - Jesús Salas Cortés


Скачать книгу
rel="nofollow" href="#u7e8f7cef-e96c-52ae-b9a1-620f93465860">Chicharrón prensado

       Capirotada

       Pay de calabaza

      Prólogo a la edición electrónica

      Los antropólogos llevamos ya muchas décadas demostrando e intentando convencer a quien nos quiera escuchar que la alimentación es un hecho cultural; quizás el primero de ellos, ya que justamente la especie humana empieza a diferenciarse del resto de animales en el momento en que, con ayuda del fuego, empieza a transformar los alimentos, a cocinarlos, haciéndolos más digestibles y más agradables al paladar.

      La cocina, el hecho de “comer”, es para todo el mundo un hecho valorado y significativo, que nos define, nos identifica e incluso levanta pasiones y opiniones encontradas a su alrededor. En este sentido, no es difícil llegar a la conclusión de que la alimentación y, por ende, la cocina, no debería faltar en cualquier inventario patrimonial, ya que forma parte de aquello que somos. Sin embargo, hasta el momento actual, este hecho no ha sido, ni mucho menos, tan evidente. Como ejemplo, tenemos que en el mes de noviembre de 2010, la UNESCO declaró la cocina tradicional mexicana, conjuntamente con la dieta mediterránea y la gastronomía francesa como patrimonio cultural inmaterial de la humanidad. Con esta declaratoria, y por vez primera, candidaturas basadas en la alimentación y en las cocinas quedaban inscritas oficialmente como Patrimonio (en mayúsculas). Pero, atención: estamos hablando de hace menos de diez años.

      Hay que especificar, de todos modos, que cuando hablamos de cocinas, e incluso de platillos, no nos referimos únicamente a las recetas o a los productos terminados que disfrutamos en nuestras mesas. Hablamos de una serie de sistemas productivos, de productos alimenticios, de recetas, de procedimientos y técnicas culinarios, de presentaciones o de maneras de comer que hacen de nuestra alimentación una forma tan viva como propia de relacionarnos con nuestro territorio y con nuestra sociedad y nuestra cultura. Y es que la principal característica de un sistema culinario es que está vivo; que sigue construyéndose a diario incorporando o sustituyendo elementos y alimentos; que sigue “creando”, siempre sobre una base de conocimientos adquiridos, de saberes transmitidos. Que se transforma del mismo modo que nosotros mismos, como sociedad, nos transformamos.

      Toda esta introducción hablando de alimentación, cocinas, platillos y patrimonio es, en mi opinión, necesaria a la hora de prologar este libro, en el cual Jesús Salas Cortés nos lleva de la mano por los espacios gastronómicos y por los sabores más significativos de su ciudad natal. Una ciudad que conoce, que ama y que vive intensamente. Lo sé, porque me ha guiado por ella, y me ha hecho disfrutarla, amarla y saborearla.

      Que Saltillo, capital de Coahuila, es sinónimo del pan del pulque es algo bien sabido. Sin embargo, el catálogo de especialidades saltillenses menos conocidas (cabrito, rollos de nuez, chicharrones, tejocotes, obleas, cocadas…), es tan amplio como sabroso.

      Jesús Salas nos guía por la hermosa capital norteña buscando, como el mismo título del libro indica, sus “sabores”, pero no se queda ahí solamente. Nos muestra también la historia, el territorio, los productos, los procedimientos, las gentes, las familias, las tradiciones… Y todo ello en un continuum vivo que nos sitúa también, tanto en la evolución de los contextos y de los platillos, como en la valorización de un patrimonio que es considerado como importante, como parte de la identidad saltillense y que es tan significativo que debe de ser puesto en valor, conservado y transmitido a las generaciones venideras.

      Jesús Salas entrevista a las y los protagonistas gastronómicos de “su” Saltillo. Nos habla de sus creaciones y de sus sabores, pero también de ellas y de ellos mismos, de sus historias y de su pasado, pero también de su futuro. Y, lo mejor de todo: aunque veamos todo este trabajo recogido y publicado –e incluso reimpreso, como es el caso de esta nueva edición que nos muestra el éxito y lo necesaria que era esta obra en la ciudad y en el Estado- en este libro, todavía queda mucho por hacer: gente por entrevistar, espacios por visitar y “sabores” por descubrir.

      Dr. F. Xavier Medina

      Catedrático de antropología social (antropología de la alimentación) en la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), y director de la Cátedra UNESCO de Alimentación, Cultura y Desarrollo.

      Barcelona (España), octubre de 2019.

      Prólogo a la primera edición

      El título del libro de Jesús Salas Cortés nos evoca a dos de sus grandes pasiones: su ciudad natal y la gastronomía. Es defensor aguerrido de ambas, y ha logrado derribar espacios para darlas a conocer gracias a su tenacidad y compromiso. Jesús está convencido que la riqueza gastronómica de su tierra es extensa y siente necesidad de preservarla y difundirla.

      Cuando me contó del presente proyecto me emocioné junto con él, me contagié de su entusiasmo y quería tener en mis manos a su nuevo bebé de papel. Confieso que quedé complacida al terminar de leer, pues es un excelente ejercicio que nos permite conocer los elementos gastronómicos más representativos de nuestra capital.

      Saltillo de mis sabores nos lleva de la mano para conocer la historia a través de sus más destacadas panaderías, o por lo menos las que más le llenaron el ojo y el estómago a nuestro autor. Jesús no pudo resistir hacer alusión a la opinión de algunos cronistas del virreinato que consideraban al semidesierto como un sitio yermo y pobre. Él hace una defensa a nuestra tierra, misma que hemos abanderado en muchas ocasiones. Se refiere al mezquite y al nopal, a las flores de palma, a las biznagas y por supuesto, a nuestros queridos cabuches, todos maravillosos productos que nuestra tierra nos ofrece de manera espléndida, en un acto de filantropía pura.

      Jesús, con su gran corazón aliado de su sonrisa, logró entrevistar a nueve importantes restauranteros de Saltillo. No sólo le contaron su historia personal relacionada con su establecimiento, sino que le dieron la receta de su platillo más emblemático. Ahora tendremos en este volumen la manera de preparar el arroz huérfano de La Canasta; la fritada y el cabrito de El Principal; las palomas de ternera del Café Viena y los tamales norteños de Las Delicias de Mi General.

      El autor, cuyo amor por la cocina nace literalmente desde el vientre materno, cuando su madre trabajaba entre los fogones del IMSS, hace una aguerrida defensa por lo nuestro, demostrando que hay muchos otros como nosotros, a los que nos gusta gritar la riqueza de nuestro semidesierto, sus bondades y los platillos que se llevan a las mesas de Saltillo y del resto del estado.

      Disfrutamos con su obra de una deliciosa trenza entre historia, familia y gastronomía. Nos comparte cómo estos elementos dieron identidad a la capital, cuál fue la aportación de los tlaxcaltecas, y cómo se generaron los asentamientos de San Esteban de la Nueva Tlaxcala y de la Villa de Santiago.

      La chispa e inquietud de Salas Cortés lo llevaron a compartirnos su libro Saltillo de mis sabores como un preludio de muchos otros elementos que atestiguarán nuestras riquezas culinarias. Él lo sabe perfectamente: muchos famosos recuerdan a Saltillo por las delicias que han probado aquí, se llevan un pedazo del alma de sus cocineros y presumen en otros estados y países que Coahuila es mucho más que carne asada. Su riqueza está en el pan, en diferentes platillos, en sus bebidas artesanales y en sus productos tradicionales.

      Historias de trabajo y de disciplina, de constancia y de amor forman parte de este compendio, y, gracias a ello, ahora es más fácil tener una idea de lo que se genera en el área gastronómica de Saltillo. Agradezco este esfuerzo, porque el ejercicio de saltar de la historia oral a la escrita nos permite conocer el pasado que dio origen a nuestro presente. Sabemos que las palabras son veloces, pero Jesús se encargó de custodiarlas entre estas páginas. Ahora que Saltillo de mis sabores es parte de nuestra historia, sus letras correrán hacia cualquier estado y continente.

      Arcelia Ayup Silveti

      Dedicatoria


Скачать книгу