La cuestión de las Islas Malvinas, Georgias y Sándwich del Sur. Gustavo Enrique Barbarán
Bretaña sostiene para su pretendida soberanía en las islas, citando su inclusión como territorio de ultramar en el Tratado de Lisboa, protestada oportunamente por la Argentina. Ante el posible Brexit, se pregunta si mantener el reconocimiento que el Tratado de Lisboa hizo de nuestro archipiélago seguirá contribuyendo a la posición británica. Concluye afirmando que todas estas cuestiones debilitan la actual política, tanto interna como internacional, que Gran Bretaña realiza desde 2018 en adelante.
Con respecto a la Seguridad y Defensa en el Atlántico Sur, a pesar de la vigencia del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), EE. UU. no se involucró debido a su condición de miembro de la OTAN, por estar ligado con Gran Bretaña, ambos miembros de ese pacto defensivo. Así, la «seguridad colectiva», que preconiza el TIAR, «recibió un golpe fatal al comprobarse su ineficacia» en esta causa tan querida por los argentinos.
Benavidez destaca con precisión cómo nuestro país, teniendo un amplio litoral marítimo, ha aumentado considerablemente su superficie después de entregar a la Comisión Nacional del Límite Exterior de la Plataforma Continental COPLA (2017) de Naciones Unidas el informe técnico-jurídico, estableciendo la distancia del borde exterior de nuestra plataforma continental y los recursos con que contamos en ese espacio marítimo.
Aboga para que la Argentina diseñe una política de Estado para fortalecer su presencia en el Atlántico Sur, de manera pacífica, con un mecanismo de cooperación multilateral y con el envío de misiones de paz que servirán para fortalecer nuestro reconocimiento en el mundo.
El capítulo III, a cargo del Mag. Gustavo L. Beguet, se denomina «El poder miliar del Reino Unido y la Fortaleza Malvinas». En este describe el potencial bélico que posee Gran Bretaña con el fin de comprender su comportamiento en la toma de decisiones, mediante un derecho basado en la tradición (costumbre) y la ley. Con un régimen monárquico que perdura en el tiempo y un Parlamento fuerte, el Reino Unido dirige los destinos de excolonias del mundo occidental. No obstante, perdió su condición de gran potencia en lo referente a poderío militar, a pesar de los despliegues bélicos que realiza en zona o lugares que Gran Bretaña entiende prioritarios (Chipre, Irak, Brunei, Afganistán, etc.).
El autor cita lugares (antiguas colonias, protectorados o dominios británicos) donde las fuerzas armadas británicas han instalado bases militares o apostaderos navales para prevención (según declaraciones inglesas) del terrorismo transnacional, de la piratería marítima y otros delitos internacionales, con equipamiento aéreo y naval de última tecnología, algunos de los cuales se encuentran hoy asentados en las Malvinas.
Concluye su análisis sosteniendo que el conflicto bélico de 1982 «hizo tomar conciencia a Gran Bretaña y al mundo acerca del valor estratégico de Malvinas», lo ilustra con mapas que servirán al lector para ubicar con mayor precisión las distancias y su valor geoestratégico para este mundo en el siglo XXI.
El capítulo IV, a cargo del Lic. Martín A. Rodríguez, se denomina «Incidencias del Brexit en la cuestión Malvinas». Analiza el impacto económico en pesca, petróleo, carne, turismo, que pudiera llegar a tener la cuestión de la soberanía en las Malvinas ante la salida del Reino Unido de la Unión Europea (Brexit), y cómo quedará su relación con este organismo supranacional. Diferencia, con buen criterio, el significado de los conceptos «interés» (sostenido por la Argentina) y «deseos» (sostenido por Gran Bretaña), principios que sostienen ambos países a la luz de la Resolución N.º 2065 (AG XX) por la cuestión de las Malvinas.
Analiza e ilustra los impactos que el Brexit pudiera tener para los ingleses que habitan en las Malvinas, como también para la Corona Británica. La pesca de calamares, merluzas negras, etc., sufriría una pérdida para los isleños. La lana, segundo producto más exportado, junto con carne de oveja y de cabra, también sufrirá una merma si se aplica el denominado Brexit «duro». Rodríguez sostiene que al no ser rentables el petróleo, el turismo, la ciencia y la defensa, dejan de ser temas atractivos para la Unión Europea, sobre todo si se aplica una salida dura.
También señala casos como el del archipiélago de Chagos, del que Gran Bretaña se apoderó ilegítimamente, y trae al debate la opinión consultativa emitida en mayo de 2019 por la Corte Internacional de Justicia, la cual dictaminó que Gran Bretaña «debía poner fin a la administración en la isla», exhortando a todos los Estados a cooperar con las Naciones Unidas en ese proceso descolonizador. Cita resoluciones del máximo órgano judicial en apoyo de esta tesis, caso muy similar al sucedido en las Malvinas.
Concluye su trabajo (actualizado hasta las elecciones primarias del pasado 11 de agosto de 2019) reflexionando que la salida del Brexit para Gran Bretaña será más dura por no contar con el apoyo de la Unión Europea, y que la nueva administración deberá redoblar los reclamos ante los organismos internacionales y la Unión Europea, y con la sugerencia de que las Naciones Unidas lleve a la Corte Internacional de Justicia una opinión consultiva sobre el tema.
El capítulo V, a cargo del Dr. Carlos Biangardi Delgado, miembro de la AADI, defensor incansable de las causas del Atlántico Sur, abordó el tema «El comunicado conjunto de septiembre de 2016 y sus implicancias en el contexto del gobierno del Ing. Mauricio Macri». El autor, con gran solvencia y mirada política, el desarrollo que la cuestión de las Malvinas tuvo hasta llegar la presidencia de Macri.
Con un evidente malestar, que comparte esta prologuista, cita publicaciones y declaraciones —ante las que ya ha protestado la Argentina— que afectarían nuestro derecho sobre las islas, muchas de ellas obligan al gobierno nacional a rectificar, cambiar o sacar de circulación notas periodísticas y mapas que atañen nuestros derechos soberanos, hasta billetes nuevos que en ese momento acuñaría el Banco Central de la República Argentina. Por ello sostiene, apoyándose en una cita de Félix Peña, que, bajo la presidencia de Macri, funcionarios de rango añoraban la época de 1830-1930, denominada «dependencia compartida», a pesar de que el autor de este trabajo afirma que las condiciones para el Reino Unido han cambiado y son irrepetibles.
Con una mirada aguda y crítica, analiza los rasgos que han caracterizado la política exterior argentina en el aspecto económico, particularmente en el gobierno del expresidente Macri, con el «macroendeudamiento, sin capacidad de pago, el doble déficit fiscal, para sostener nuestra balanza de pagos cada vez más debilitada».
En este análisis complejo entre la Argentina y Gran Bretaña por la soberanía de nuestras islas, trae a colación los comunicados conjuntos y el Decreto N.° 29/2017 del Poder Ejecutivo Nacional, donde nuestro «país renunciaba a su inmunidad soberana, y se sometía a los Tribunales de Londres y Nueva York con relación a los acuerdos que se suscriben en el futuro con relación a la deuda pública».
Desarrolla una crítica constructiva de nuestra diplomacia argentina sosteniendo que no podemos tener una relación privilegiada con el Reino Unido a causa de la ocupación ilegítima de nuestras islas y el usufructo ilegal, que a diario realizan, de nuestros recursos vivos y no vivos en el Atlántico Sur.
Sus citas y la relación con el derecho internacional público, las relaciones internacionales y el derecho nacional, nos muestran un estudioso y gran conocedor de estos temas y con una actualización constante que enriquece el conocimiento y cubre lagunas del saber en esta problemática tan compleja.
Con agudeza de buen internacionalista, enumera el apoyo que la Argentina tuvo en los foros internacionales, así como el reconocimiento que Gabriela Michetti (2017) hiciera en las Naciones Unidas, alineada al Grupo de los 77. Sin embargo, el ingreso a la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), según opinión de estudiosos del tema, crearía una incompatibilidad, la cual, resalta este autor, tiene un argumento infundado, por citar países que pertenecen a ambas organizaciones internacionales.
Analiza parte del «Comunicado Conjunto» y la información dada a conocer en la prensa de nuestro país sobre pesca (comisión que hace más de diez años no se reunía) e hidrocarburos, cuya proyección ilegítima habría comenzado en el 2010, lo que benefició solamente a Gran Bretaña y empresas extranjeras.
Concluye afirmando que la «hoja de ruta» nos coloca nuevamente en una situación de debilidad y en riesgo ante los foros internacionales por la prospección ilegal de los hidrocarburos