El aikido. José Santos Nalda
“En el Aikido la razón es la fuerza. Sólo le pide a Ud. que cumpla su misión en la vida. No es necesario que piense en sobrepasar ni imponerse a nadie...”
KOICHI TOHEI
“El Aikido es el símbolo del movimiento universal. Busca inculcar a sus adeptos el amor y la belleza que existen en toda la vida humana y desea la paz permanente en el mundo...”
MUTSURO NAKAZONO
“El Aikido es el camino de la reconciliación.”
KISSHOMARU UESHIBA
El Aikido se practica con un KEIKOGI o chaqueta y pantalón de tela de color blanco, y un cinturón que sirve para sujetar la chaqueta e indicar el grado o categoría del aikidoka.
Las solapas de la chaqueta se cruzan montando la izquierda sobre la derecha en los hombres, y a la inversa en las mujeres, y se sujetan pasando el cinturón –OBI– dos vueltas por la cintura, o un fajín blanco de unos tres metros de largo por siete centímetros de ancho.
Figura 5
Los grados o categorías en Aikido siguen una progresión similar a los de judo o karate, es decir, existen 6 niveles de Kyus (blanco, amarillo, naranja, verde, azul y marrón) y 10 categorías Dan.
Los cinturones de las mujeres llevan una línea o tira blanca en el centro que abarca toda la longitud de los mismos.
Existen varias formas de anudarse o atarse el cinturón. El alumno con el tiempo y la experiencia decide cuál es la que le va mejor, procurando siempre evitar que los nudos queden en la espalda en contacto con las vértebras para no lesionarse en las caídas.
Figura 6
LA HAKAMA
Es una falda pantalón de varios colores (negro, azul, blanco, etc.), de formas muy amplias para permitir todo tipo de movimientos, con unas cintas en los extremos de la parte superior delantera y trasera notablemente largas, para atarla firmemente a la cintura.
Figura 7
En la parte delantera lleva cinco líneas o pliegues de arriba abajo –tres hacia el costado izquierdo y dos hacia el derecho– que al parecer simbolizan los cinco elementos de la Naturaleza. En la parte trasera y en el centro lleva dos pliegues convergentes de abajo arriba.
En la época feudal japonesa sólo podían vestir la hakama los nobles de la corte y los samuráis de alto rango. Posteriormente, en el ámbito de las artes marciales, vestir la hakama significaba recibir la transmisión del espíritu del Maestro o del Arte y el compromiso serio de seguir el estudio de la Vía.
La hakama ha llegado hasta nosotros como una parte de la vestimenta que utilizan los aikidokas y los kendokas, aunque no con carácter exclusivo, pues también los maestros de otras disciplinas marciales la usan en la realización de algún kata y en las exhibiciones o demostraciones célebres o solemnes.
Cuando el aikidoka alcanza el cinto azul (aproximadamente dos años de práctica) puede decidir equiparse con esta prenda tan característica. Y aunque en la actualidad cada alumno suele ponérsela el primer día que empieza la práctica del Aikido si le apetece, es un signo de cortesía solicitar la opinión del profesor al respecto.
La hakama bien atada a la cintura ayuda al aikidoka a fijar una ligera tensión en el abdomen y a mantenerse centrado en el seika tandem, con todas las ventajas que ello comporta, además de sujetar de manera mucho más segura todo el conjunto de la vestimenta. Si se sueltan las cintas de la hakama durante el entrenamiento indicará que el practicante tiene poca experiencia y no es merecedor aún de vestirla.
Llevar la hakama comporta la obligación de saber plegarla correctamente después de cada clase. Veamos cómo:
1. | Se coge con la mano izquierda la parte delantera superior y con la derecha la parte trasera superior. |
2. | Se alinean ambas partes y se dobla hacia el interior la parte rígida trapecial de la espalda (que ayuda a mantener la columna bien derecha). |
3. | Se deja en el suelo con la parte trasera hacia arriba y se centran y superponen los dos pliegues. |
4. | Se coge la hakama como se indica para darle la vuelta sin desplegar la parte trasera. |
5. | La parte delantera queda a la vista. |
6. | Se alinean los cinco pliegues empezando por el centro y siguiendo ese orden. |
7. | Se dobla hacia el interior el costado izquierdo y después el derecho (8). |
9. | Se comienza a plegar de la parte inferior hacia la superior. |
10. | Se pliega sobre sí misma en tres partes o dobles iguales (10). |
11. | Se doblan las cintas de la parte delantera (las más largas) en tres pliegues y se cruzan en diagonal sobre la hakama. |
12. | Para plegar las cintas basta con seguir fielmente los dibujos. |
Figura 8
Figura 9
LAS ARMAS
Las técnicas de Aikido contemplan también los ataques con armas, como por ejemplo:
– El cuchillo (Tanto)
– El sable (Boken)
– El palo o lanza (Jo)
por lo que el equipo se completa con la adquisición de las mismas, simuladas en madera, y cuya forma y dimensiones aproximadas son las que se aprecian en este dibujo.
Figura 10
LOS ZOORIS
También son necesarias –ante todo por higiene– unas zapatillas tipo playeras para ir del vestuario al tatami, o del vestuario a la ducha, y evitar siempre andar descalzos en el vestuario, en el pasillo, en las duchas, etc.
Al entrar en la sala –dojo– la etiqueta exige que se dejen bien alineadas y dispuestas para salir con cierta rapidez y comodidad, calzándolas sin ayuda de las manos y no entorpecer el paso de los que vienen detrás.
Se cuenta que los samuráis, al entrar en una casa o sala de reuniones, dejaban sus zooris bien alineados y dispuestos para calzarlos incluso si había que salir corriendo por un ataque sorpresa o cualquier otra circunstancia de peligro, en cuyo momento no habría tiempo para entretenerse buscando cada uno sus zapatillas y menos calzárselas con las manos.
Encontrarse en la calle descalzo ante los demás o habiendo perdido una zapatilla en la huida era para los samuráis una afrenta y una muestra de cobardía y falta de previsión o zashin y, por lo tanto, un deshonor del que se avergonzaban largamente.
REI SHIKI
Es el conjunto de normas de cortesía y comportamiento (etiqueta y ceremonial) que es preciso observar en el Dojo y que abarca todos los aspectos de las relaciones entre profesor y alumnos.
REI HO
Es la forma específica de saludar en cada circunstancia. El saludo es algo personal, va dirigido siempre a alguien en particular y, por lo tanto, es hacia esa persona