Lo que vendrá. Josefina Ludmer
a partir de diferentes operaciones y textos, por críticos tan disímiles como Diamela Eltit, Roberto González Echevarría, Diego Peller y Nicolás Rosa.
2 Jorge Panesi subraya el rechazo a la inmovilidad y añade que el núcleo constitutivo de la producción de Ludmer es “el deseo de lo nuevo, la necesidad de lo otro, el ansia por lo que todavía no se perfila en el horizonte”, en “Verse como otra: Josefina Ludmer”, La seducción de los relatos. Crítica literaria y política en la Argentina, Buenos Aires, Eterna Cadencia, 2018, p. 267.
3 E incluye la propia obra: en Lo que vendrá aparecen observaciones y comentarios que resumen, corrigen, reescriben los libros de Ludmer. Desde el “Prólogo” a la segunda edición de Cien años de soledad. Una interpretación hasta “Literaturas postautónomas: otro estado de la escritura”, pasando por “Figuras del género policial en Onetti” (1982), “El género gauchesco” (1996) y “Una lectura de Santa” (2001), las intervenciones de este volumen intentan evitar la fijeza de la palabra escrita.
4 El nombre femenino como acontecimiento utópico: “Los nombres femeninos: asiento del trabajo ideológico” es el primer texto firmado por “Josefina Ludmer” (ya no más, nunca más, “Iris Josefina Ludmer”).
5 En 1969, en “Miguel Barnet: el montaje de las palabras”, Ludmer ya había sentado posición sobre el testimonio. El artículo atiende a los procesos de construcción de la voz antes que a las reivindicaciones que “darle la voz al otro” pudiera traer. Así, los libros de Barnet serían interesantes tanto por su relación con la historia de las voces literarias como por la relación con la voz popular. Esa posición, que evita de antemano el pietismo de los estudios culturales, será una constante en las aproximaciones de los textos de Ludmer a las culturas populares.
6 La asociación entre criminalidad y figuración de lo femenino persiste hasta los últimos textos: Santa es una mujer que mata, así como en “Ficciones cubanas de los últimos años: el problema de la literatura política” se reitera el relato de los que vuelven y “dejan a las mujeres fuera de la ley”.
7 Para Raúl Antelo, la postautonomía está inscripta en el modo en que Ludmer lee las tradiciones nacionales. En “Lectura ideal y lectura pasional” señala que en los ensayos de Ludmer “el quid se encuentra en la intersección de una serie de historia culturales nacionales que la autonomía modernista llevaría a su misma culminación. Esas historias estarían ligadas entre sí, en serie, y la literatura escribiría ese lugar, un lugar entre dos muertes, o, como diría Silviano Santiago, un entrelugar” (Crítica acéfala, Buenos Aires, Grumo, 2009, p. 194).
8 Lo que vendrá no hubiera sido posible sin el cuidado, la generosidad y la inteligencia de Leonora Djament y el equipo editorial de Eterna Cadencia. Valeria Añón, Lucía Dussaut, Loreley El Jaber, Max Gurian, Mónica Kirchheimer, Celina Manzoni y Diego Peller acercaron textos, comentaron ideas y apoyaron este libro en diferentes instancias. A todos ellos les agradezco el compromiso y el interés en este proyecto.
NOTA EDITORIAL
Lo que vendrá. Una antología (1963-2013) recopila trabajos de Josefina Ludmer no incluidos en los libros de su exclusiva autoría. Se incluyen, por el contrario, artículos relacionados, pero publicados después de la primera aparición de esos volúmenes, por entenderse que muestran (en la reflexión y el recorte, en la repetición y la aclaración) el desarrollo de una escritura que no concluye en la publicación de un libro.
Los trabajos se presentan en orden cronológico según la última publicación a la que se pudo acceder. Se han corregido erratas evidentes, no se han modernizado la ortografía ni la sintaxis.
ERNESTO SÁBATO Y UN TESTIMONIO DEL FRACASO
La última novela de Sábato se postula como un testimonio sobre nuestra realidad, como una gran creación imaginaria y una indagación filosófica sobre problemas esenciales. Pretende ser amplia y profunda, estilísticamente trabajada, original, impactante. Juega con el tiempo y la historia, con el bien y el mal, con la psicología y la metafísica; se refiere a lo cotidiano y a la condición humana, a la vida y a la muerte, a la enfermedad, a la locura y a la pureza. Los dos universos de Sobre héroes y tumbas, nos sentimos inclinados a decir: un sector oscuro y vago, lleno de misterio, ensoñaciones y símbolos; una línea dinámica, clara, concreta y de intención realista. Un mundo romántico de amor y muerte, y un mundo testimoniante de una realidad determinada en una época clave del país. Una parte muy pensada, estirada en reflexiones y profundizada en psicología, cuyo ritmo narrativo se demora en vaivenes temporales y en cambios de perspectiva, y otra lisa, hablada, bulliciosa, popular. Testimonio y obsesiones son las dos intenciones explícitas del autor: la novela como catarsis y la novela como mostración y toma de conciencia de la realidad, el “mundo oscuro” de lo inconciente que se libera y el mundo claro de la conciencia y la historia. ¿Pero es que hay dos mundos en Sobre héroes y tumbas? ¿Hay catarsis y testimonio configurando dos estilos expresivos, o nuestra afirmación era falsa? No podemos afirmar que Sábato logró liberarse de ciertos mecanismos inconcientes: su historia personal, sus obras posteriores lo revelarán; nos interesa el testimonio en tanto remite a un mundo que nos engloba a nosotros mismos.
Examinaremos hasta qué punto y de qué manera la novela de Sábato logra testimoniar una realidad, de qué modo y por qué la intención del autor se revierte contra sí mismo, se desvía y concurre a dar testimonio y razón de una ideología, la de Sábato mismo. Sábato testimonia a Sábato; su pretensión de mostrar lo que sucede o sucedió resulta en la realidad solo mostración de lo que le sucede, mostración de su concepción del mundo. Asimismo veremos de qué modo es coherente la frustración de su testimonio con la ficción novelística misma; la ideología de Sábato, que no le permite dar cuenta de una realidad total, que se la encubre y oscurece, lo lleva a crear una ficción cerrada, sin historia, en base a esquemas psicológicos y a “maldiciones” sexuales, donde la soledad y el misterio son cárceles herméticas que definen la condición humana.
EL TESTIMONIANTE BRUNO-SÁBATO Y LA DIVISIÓN DEL TRABAJO
Bruno es, en Sobre héroes, el personaje-que piensa-y-reflexiona: la novela, a pesar de su amplio proyecto y de algunas fuentes ilustres que pareciera querer trasplantar, es simple, esquemática, ingenua y primitiva en estructura y psicología; los personajes son portadores de cualidades o formas de ser únicas, “sustancias”, “esencias” inmutables que evolucionan en un mundo concreto, niegan la existencia en tanto libertad y se congelan en el “ser”; mónadas cerradas a la historia, el tiempo pasa por esos caracteres confirmando su inmovilidad, ratificándola. Sábato afirma en sus personajes un fatalismo especial: el fatalismo psicológico. Los únicos resortes que mueven a los protagonistas de su novela son los mecanismos psicológicos, los hechos primarios; Martín, Alejandra, Bruno y Fernando no se eligen a partir de sus neurosis, los traumas se apoderan de ellos y los manejan compulsivamente, les señalan el camino de la muerte y del fracaso. Es lícito afirmar, con el riesgo del esquema, que los personajes de Sobre héroes y tumbas son títeres cuyos hilos penden del complejo de Edipo. Con estaticidad de alegoría, esos seres asumen una forma sobresaliente y se fijan en ella; todos los actos concurren a redondear el sello que, de entrada, les puso el autor: son el misterio y las culpas del amor (Alejandra), la pureza y la angustia adolescente (Martín), las obsesiones (Fernando), la reflexión (Bruno). Nos interesa Bruno porque es el personaje que usa Sábato para pensar, el portavoz de sus reflexiones, el que, por el carácter mágico que implícitamente el autor asigna al pensamiento, actúa por el solo pensar, se halla más allá y por encima de los demás, conserva la distancia –real y simbólica– que se requiere para tomar conciencia, para tener en su poder todos los elementos; Bruno no tiene las manos sucias, no muere, no huye, solo está allí, pensando y hablando, intemporal y eterno, contemplando la vida.
Sobre héroes es una novela seminovela, una novela ensayo: Sábato expone su ideología, sus más menudas opiniones y sus reflexiones más profundas, relatándolas en abstracto, desvinculadas