Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza (Bicolor). Fernando Lampre Vitaller

Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza (Bicolor) - Fernando Lampre Vitaller


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Orientación nocturna con la Estrella Polar

       Orientación con la brújula

       Partes de una brújula

       4. INTERPRETACIÓN Y UTILIZACIÓN DE MAPAS

       Los mapas y las proyecciones cartográficas

       Los sistemas de proyección cartográfica

       ¿Cómo se hacen los mapas?

       Partes y elementos de un mapa

       La escala de los mapas

       Pequeña y gran escala

       Adaptación de la escala al uso y formato de los mapas

       Las curvas de nivel

       La equidistancia

       Curvas maestras y curvas auxiliares

       Cotas y vértices geodésicos

       La declinación magnética y otros nortes

       Los nortes en el mapa: norte geográfico y norte magnético

       Cálculo de la declinación magnética actual

       El norte de la red

       La cartografía en España: el Mapa Topográfico Nacional

       5. PLANIFICACIÓN DE ITINERARIOS

       Orientación del mapa con ayuda de la brújula

       Obtención de rumbos con brújula

       Rumbo y acimut

       Obtención del rumbo de un itinerario

       Salvar obstáculos de un itinerario mediante brújula

       Pendientes y perfiles topográficos

       Cálculo de pendientes

       Realización de perfiles topográficos

      Mucho antes de la invención de la escritura, el hombre expresaba sus inquietudes por medio de todo tipo de signos e ideogramas. Las necesidades vitales (recolección y caza, desplazamientos, refugio, etc.) y, por qué no, también la curiosidad posibilitaron el desarrollo de una serie de capacidades, tan antiguas como la misma presencia humana: la observación y, lógicamente, el sentido de la localización.

      Aunque al principio de una forma completamente inconsciente, la plasmación de observaciones espacio-temporales sobre todo tipo de soportes (piedra, arena, arcilla, pieles, madera, hojas, etc.) demuestra la intención de transmitir elementos de referencia, representaciones de lugares y accidentes del terreno, ubicación de recursos naturales, etc.; en definitiva, mapas. Cualquier civilización, cultura o pueblo, por primitivo que sea, posee sus propios sistemas de referencia y orientación, su propia forma de representar el espacio (e incluso el tiempo) sobre un plano.

      A lo largo de la historia, la navegación, los grandes viajes y los descubrimientos, junto con el desarrollo y la evolución de las ciencias geográficas, matemáticas y experimentales, fueron perfilando la madurez de los sistemas de referencia, perfeccionando la representación cartográfica del medio físico y humano.

      La revolución tecnológica del siglo XX (la aviación, la informática, los satélites, el Sistema de Posicionamiento Global o G.PS., etc.), así como la globalización de los medios de comunicación, han configurado un marco conceptual normalizado y universal. Obviamente, todo el camino no está recorrido. Pero, gracias al proceso descrito, la humanidad ya nunca volvió a extraviar su camino.

      Cualquier punto, objeto o fenómeno de la superficie terrestre puede ser localizado. Su localización exacta implica el conocimiento de su posición mediante un sistema de referencia, formado siempre por un punto denominado origen y unas coordenadas (puntos, ejes o planos). Las coordenadas nos permiten establecer la posición numérica del punto, objeto o fenómeno de la superficie terrestre a localizar.

      Los sistemas de referencia y las coordenadas no sólo nos facilitan la localización de los fenómenos, sino que también nos permiten cartografiar e interpretar con exactitud cualquier punto u objeto de la superficie terrestre, posibilitando con ello la transmisión del conocimiento geográfico.

      Nuestra estancia en la naturaleza es, o debería ser, un ejercicio continuo y dinámico de localización e interpretación cartográfica, por ejemplo, a la hora de seguir un itinerario. En este caso estamos ante un sistema de referencia lineal o de una única dimensión (nuestro camino o itinerario), donde es preciso conocer un punto de origen (por ejemplo, el comienzo del sendero) respecto al cual posicionaremos cualquier otro punto de interés en nuestro itinerario. Para ello mediremos la distancia de cada punto de interés (por ejemplo, una fuente donde abastecernos de agua o un refugio para pernoctar) al punto de origen: la fuente se encuentra a 3


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