Insomnios del alma. Denisse Martínez
ellos están perdidamente desequilibrados.
Están atormentados por la sombra de ese amor
que se esfuma entre esta triste y mortal noche.
Pero no es necesario llamarlos,
ellos están al acecho.
Aquí los tengo, sentados a la orilla de mi cama,
recordándome que apenas empieza
mi odisea por olvidarte,
que intentarlo será agotador.
“No es que no debas intentarlo”, me dicen,
mas, me advierten, que será una larga travesía.
Noche cuatro
No tengo técnica, ni creo que haga poesía. Solo este inmenso deseo de apaciguar el desconsuelo que me perturba desde hace ya tres noches, e insiste en dominarme, y al que no sé cómo responder, porque apenas lo estoy conociendo…
Leo a Benedetti, después los 20 poemas de amor de Neruda, y entonces desespero con su canción desesperada. Y me pierdo yo en esta melancolía, que me hace sucumbir y me deja en llanto. Ellos sabían hacer poesía, lo que yo no sé, pero intento, en mi afán por sacar todo esto que siento, o seguiré muriendo tan lentamente, que mis huesos se harán cenizas mientras me lamento. Tampoco sé lo que estoy haciendo, pero necesito la pluma y el papel para liberar estas ansias de escribirte. Leo a Coelho, para que el universo conspire y me alinee las estrellas, para que ellas se adueñen de mis noches y me inspiren a convertir esta tristeza en versos. Plasmo mis desvelos en esta hoja, esperando que la tinta alcance…
Tiempo
Me he sentado junto al tiempo a verlo pasar,
porque tengo muchas horas para compartir con él.
¿Qué podría hacer en estas horas,
donde solo escucho un mudo y frío silencio?
Lo observo correr y solo veo
cómo viene a llevarse esta alocada ilusión
que me ha puesto entre la espada y la pared,
entre si me hundo o me hago velero;
si me destruyo lento o me destrozo de un solo golpe;
si peleo contra este amor imposible
o me recuesto a morir en la orilla
de este inmenso silencio…
Noche cinco
Esto va en serio. Ni una palabra has dicho. Tu indiferencia me está matando… ¿Cómo seré capaz de aguantarlo? ¿A quién le contaré mis absurdos? ¿Quién me hará estremecer los sentidos otra vez con esas palabras breves, pero intensas?
Solo quiero entender y luego, si pudiera, borrar estos sentimientos tan irrazonables, para que la mente se distancie largo tiempo del corazón. ¡Ojalá toda la vida!
Estoy en llamas, ¿cómo podré apagar mis emociones?
Dilema
¿Cómo es que el corazón se llena cuando amas,
y por qué se niega a quedarse vacío otra vez?
La confusión me invade
y quiere secuestrar mis sentimientos.
No comprende cómo pudiste adivinarme,
no una vez, sino mil veces,
y ahora desapareces,
como si fueras polvo en medio de la brisa…
A lo mejor en algún breve momento,
nuestras mentes estuvieron conectadas,
solo por casualidad.
Noche seis
Esta noche estoy insoportablemente desquiciada. He amarrado mi cordura al pie de la cama. Me lleno de ansiedades, de preguntas sin respuestas, de dudas…
Si tan solo hubiese desviado la mirada y te hubiese negado ese beso. Si tan solo no te hubiese dejado entrar en mi vida y dejado ser dueño de mis sentimientos…
Hiciste que te mirara, hiciste que te admirara, hiciste que te amara, para al final escurrirte en tu cobardía. Te di mi corazón completo, tú me lo devolviste en partes que aún no he podido juntar.
Necesito más papel, porque podría adelantar varias noches más de las que me acechan con sus insomnios. Trato de controlar mi locura, por si un día te vuelvo a encontrar, y así puedas reconocer el brillo de los ojos que te vieron como otros no supieron, aunque sea un tenue brillo, enterrado entre toda esta demencia.
Corazón desangrado
Dejé mi corazón allí,
donde te vi por última vez.
Ahí quedó abatido y desangrado,
agonizando con todo ese amor contenido.
No he podido buscarlo,
porque apenas puedo acordarme el camino,
no tengo idea
cómo hacer para regresar.
Fue ese beso,
el más corto de mi vida,
y el más letal…
En ese segundo supe que estaba perdida.
Que ya no habría salida.
No debiste hacerlo,
no debían acercarse tus labios a los míos.
Noche siete
Hoy estoy tan demente o más que ayer. Con una vehemencia que podría enmarañar toda la habitación cual heroína con súper poderes.
Estoy en mi nube de ilusiones luminosas que no saben distinguir lo posible de lo imposible. Lo que en verdad pasó de lo que no. Solo piensan en que las almas que se encuentran deben escuchar sus confesiones, seguir sus impulsos, caminar a lo singular de la vida, darse una oportunidad. Rozar los cuerpos y hablar en silencio con sus voces acalambradas de tanto extraviar las palabras. Entregarse lo que tengan, y amarse.
Confundida. No eres lo que necesito ahora. No te quiero rondando mi mente. Eras lo que necesité en otro momento, ahora… tan solo quisiera alguien que pueda devolverme la cordura.
Dueles
Cómo duele recordarte…
Cómo duele este deseo de tocarte.
Olvidarte… ¿lo quiero?
Aún no lo sé,
pero dueles en la mente, en la piel, en las ganas:
dueles en todo mi ser…
Si te olvido ya no habrá más poesía
porque habré perdido esto, lo que generas,
que me hace escribirte
aunque jamás lo leas.
Estas letras tienen la magia de llevarme
a soñar despierta con tus ojos
y olvidar cuán lejos estás.
Mi corazón late con tanta fuerza
que se quiere abrir todo mi pecho.
Pero luego viene la calma,
que