Anatomía funcional del Yoga. David Keill
de los pies
Estando de pie, quítate los zapatos y los calcetines, y simplemente levanta los dedos. Sin duda ya has hecho esto en algún momento de tus clases de yoga, pero esta vez busca los tres puntos que delinean los tres arcos: la base del dedo gordo, la base del meñique y el talón. ¿Apoyas de forma homogénea estos puntos? ¿Percibes un lado interior y exterior evidente en el talón? Presta atención a cuánto peso sientes en los dedos y en el talón. ¿Te apoyas principalmente en el extremo interior o exterior del pie? Incluso puedes balancearte de adelante atrás y de lado a lado para intentar ver por dónde pasa con mayor comodidad el peso en el pie.
Echa un vistazo
Mírate en un espejo o pide a un amigo, compañero, a tus estudiantes o, incluso, a tus compañeros de clase que se coloquen en fila sin calcetines y con los pantalones por encima de las rodillas. ¿Puedes ver una relación entre sus pies, sus arcos (independientemente de lo altos o bajos que puedan estar o de lo diferentes que sean en un lado u otro) y sus rodillas? ¿Cómo influyen los unos sobre los otros? ¿Los arcos y los pies influyen en tu postura hasta la cadera? ¿Más?
Figura 2.19: Observa cómo mi rodilla y mi pie no están apuntantdo en la misma dirección.
Siente el efecto
Siente la diferencia entre estirar los músculos de la pantorrilla con las piernas rectas y con las rodillas dobladas. Con la pierna recta, es probable que sientas el estiramiento más superficialmente en la pantorrilla. Si te agachas, quizá no sientas gran cosa en la pantorrilla, pero el músculo sóleo impedirá que bajes más y que estires. Es posible que solo sientas algo en el tendón de Aquiles.
Juega con la calidad de la postura
Haz el guerrero I. Ahora levanta los dedos de los pies y deja que caigan repetidas veces mientras te fijas en qué cambios se producen por encima de ellos (si lo prefieres puedes cerrar los ojos). ¿Parece que la estructura completa se derrumba y vuelve a subir acompañando a los dedos?
Juega con los arcos
Observa las cualidades que los arcos pueden aportar a la postura. Usa una asana simple como el guerrero I. Haz la postura y deja que el arco del pie delantero caiga. Examina el efecto sobre la rodilla y, luego, sobre la cadera, en esa pierna. Es probable que descubras que la rodilla se mete hacia dentro un poco. Con la rodilla hacia dentro, levanta los dedos de los pies. ¿Puedes sentir o ver cómo la rodilla intenta moverse lateralmente? Quizá compruebes que levantar los dedos de los pies afecta a los arcos, pero también recoloca la rodilla y hace que la articulación de la cadera se mueva.
PROBLEMAS CON LOS PIES
Dado que cumplen una función tan importante en el sostenimiento de nuestro cuerpo, no es de extrañar que los problemas en los pies nos llamen tanto la atención. Veremos cuatro problemas podales habituales: fascitis plantar, pies planos, juanetes y dolor de tobillo. Hay muchas formas de aliviar un poco la incomodidad provocada por cada uno de ellos.
Fascitis plantar
La fascitis plantar suele provocar un dolor intenso en la planta del pie después de un tiempo sin usarla, por lo general después de dormir. Por ejemplo, el primer paso fuera de la cama después de dormir toda la noche suele ser tremendamente doloroso. La sensación es como si te cortaran la planta del pie con un cuchillo afilado. El dolor suele aparecer cerca de la parte profunda del arco o cerca de la parte delantera del calcáneo y lo habitual es que desaparezca con el movimiento, a medida que los tejidos de la planta del pie se calientan y suavizan.
El intenso dolor de la fascitis plantar después de un tiempo sin uso es consecuencia del tejido cicatricial que el cuerpo ha generado durante la noche. Literalmente, el organismo genera tejido cicatricial mientras duermes. Parte de la enfermedad en sí misma se debe a un deshilachado de la fascia plantar, que el cuerpo intenta sanar de forma natural. Por este motivo, suele entablillarse para mantener la fascia plantar estirada durante la noche mientras se crea el tejido cicatricial y así, a la mañana siguiente, no se volverá a desgarrar.
Figura 2.20: Fascitis plantar.
¿Por qué sucede?
Son varios los factores que pueden provocar la fascitis plantar. Para empezar tenemos que averiguar qué puede estar causando la tensión en la fascia plantar. Un componente muy habitual es la tensión en los músculos de la pantorrilla, que conectan con la fascia plantar a través del tejido conectivo del calcáneo. Por este motivo, la fascitis plantar es bastante común entre corredores, ciclistas y entusiastas del spinning. Otros factores pueden crear o agravar el problema, como los pies planos, una mala alineación de los pies, un exceso de pronación o supinación en los pies y la obesidad.3
¿Qué hacer?
Para empezar, si crees que la padeces, ve al podólogo. También existe una amplia variedad de herramientas disponibles en Internet que pueden ayudarte, como plantillas, refuerzos y ejercicios. Dado que los músculos de la pantorrilla suelen estar detrás de esta tensión que provoca la fascitis plantar, se suele recomendar que estires el gastrocnemio y el sóleo.
Si ya haces yoga, céntrate en las posturas que reequilibran la tensión en torno al tobillo. Una secuencia estupenda es Surya Namaskar. Usa posturas como el perro boca abajo, Utkatasana, y las flexiones hacia delante para así mantener la longitud de isquiotibiales, pantorrillas y plantas de los pies. Nota: Los espolones calcáneos suelen asociarse a la fascitis plantar; sin embargo, las últimas investigaciones revelan que el espolón calcáneo en sí mismo no es la causa del dolor, sino un subproducto del tejido conectivo que se despega del calcáneo como resultado de la tensión en una fascia plantar muy tensa.
Pies planos
El nombre técnico de esta enfermedad es pes planus, que literalmente significa «pies planos». El arco que más obviamente se echa en falta es el arco medial del pie, pero también faltan los otros dos. Esta enfermedad puede ser hereditaria y se transmite de generación en generación. Puede deberse a que la forma del hueso no sea la ideal, pero también puede ser consecuencia de que los ligamentos que sujetan el pie estén demasiado flojos como para mantener la integridad de la forma.4 Sea cual sea el caso, el pie pierde su elasticidad para andar. Dicho de otra forma, el pie no se aplana cuando tiene que soportar peso ni vuelve a su posición arqueada cuando no. Las complicaciones que pueden surgir como consecuencia de los pies planos son muchas.
Figura 2.21: Pies planos (pes planus).
Imagina que los pies tienen que absorber la fuerza de todo el peso corporal sin poder contar con esa capacidad para absorber las sacudidas que tienen los pies sanos. Básicamente, la sacudida se envía de vuelta al cuerpo y sube por las rodillas, las caderas y la columna vertebral. Los pies planos se han relacionado con una serie de problemas ubicados a bastante distancia de los pies, como las cefaleas.
Cuando alguien tiene arcos pero luego los pierde, suele ser por causa de un traumatismo en el pie. Si hay un desequilibrio en los tejidos que rodean el pie y el tobillo y que ayudan a mantener la integridad de los arcos, el resultado puede ser una pérdida de dichos arcos. En estos casos, es posible recuperarlos con ayuda de terapias físicas. De hecho, muchas personas mejoran la salud de sus pies a través de la práctica del yoga.
Personalmente, para mantener la salud de los