1013 ejercicios y juegos aplicados al balonmano. José Maria Ponz Callen
4. Fase de desarrollo de los sistemas de juego.
Para la aplicación correcta de este programa, deberíamos respetar unos criterios básicos:
Las etapas a desarrollar son de superación progresiva, por lo que, atendiendo a criterios de complejidad, no deberíamos utilizar elementos de una de las etapas, para explicar conceptos relacionados con una etapa de tratamiento anterior. Asimismo, el criterio de superación progresiva implica que cada etapa edifique su estructura básica en aspectos de la etapa inmediatamente anterior. Evidentemente, no podremos tampoco saltarnos ninguna de las etapas propuestas.
Sobre el papel, parece lógico el criterio de no obviar etapas, para conseguir un conocimiento completo de nuestro deporte. También parece coherente plantear unos elementos a desarrollar en forma de progresión, en base a unos criterios de dificultad creciente. Sin embargo, es frecuente observar, por ejemplo, cómo en un nivel de desarrollo de elementos técnico-tácticos individuales, simultáneamente se desarrollan situaciones de organización del juego en sistemas estructurados. No por triste, deja de ser usual contemplar niños en etapa de formación de sus habilidades básicas, “jugando” con un disciplinado sistema defensivo 6:0.
Desde nuestro punto de vista, ello debe ser considerado, si no erróneo, si difícil de asimilar por parte del practicante.
No podemos pretender de forma simultánea, y menos por causa de una búsqueda de resultados a corto plazo, que un jugador en formación, en fase de conocimiento de sus posibilidades individuales de actuación, (elementos técnicos y tácticos individuales), a la vez deba someterse-resignarse a ser una pieza más del engranaje de un cerrado sistema de juego. Esa incongruencia es fácilmente constatable en la dificultad de enseñar y aprender al mismo tiempo, las diferentes intenciones tácticas individuales de defensa (disuadir, interceptar, controlar...) y las trayectorias de un central en la defensa 3:2:1.
Parece un planteamiento más razonable, atendiendo al principio de progresiva especificidad, pensar que primero debemos conseguir un desarrollo de las capacidades individuales, para, en un estadio final, adaptar éstas a un sistema de juego.
Por otro lado, también pensamos que, aunque debe existir una competición, ésta siempre debe estar subordinada a la consecución de unos objetivos de aprendizaje. Competir para aprender y no aprender para competir, resumiría nuestra idea de la competición en etapa de formación.
Para ello, la organización de la competición debería venir determinada por los objetivos de la etapa de aprendizaje en la que estemos situados, y no al revés.
Jugar partidos con defensa 6:0, en basculación, poco ayuda a que el niño desarrolle sus potencialidades motrices y cognitivas, porque el sistema condiciona sus actuaciones.
Más adelante, ofreceremos nuestra particular propuesta de evolución respecto a la organización del juego, (que no sistema), acorde con la línea de progresión establecida tal, que permita desarrollar los objetivos de cada una de las etapas.
Otro de los aspectos a considerar en este programa de actuación progresivo, como hemos indicado, es la imposibilidad de obviar las etapas anteriores. La superación de una etapa no implica el desentendimiento respecto de la etapa anterior. Bien al contrario, cada etapa se fundamenta en las etapas anteriores: los sistemas de juego se estructuran en células inferiores, las combinaciones tácticas colectivas. A su vez, éstas se fundamentan en la coordinación de las acciones técnico-tácticas individuales. Ésta es la lógica aplastante de la línea de actuación en el tratamiento de los elementos constitucionales del Balonmano, bajo un planteamiento que intencionadamente trata de adscribirse a la teoría de la transferencia fenómeno-estructural. Esta teoría, defendida por autores como Claude Bayer1 y Jean Pierre Bonnet,2 resalta la necesidad de contemplar la relación entre la totalidad de los elementos de la estructura, en este caso del Balonmano, tratando progresivamente de conocer la totalidad de la misma, a partir de células básicas del aprendizaje.
Es importante hacer notar que esa interrelación permite que no sea necesario el dominio de todos los elementos y modalidades de ejecución de una etapa, según el criterio de integración de las etapas anteriores. Así pues, podríamos realizar un tratamiento más profundo de elementos tácticos colectivos complejos, una vez hayamos entrado ya en el desarrollo de los sistemas básicos de juego.
Gráfico 1
LOS PROGRAMAS POR NIVELES: LA FASE DE RELACIÓN
Esta fase coincide, desde nuestra perspectiva, con un tratamiento común de iniciación general a los deportes de equipo.
Partiendo de la plena convicción en la existencia de transferencia entre prácticas deportivas colectivas, hemos llegado al acuerdo de no introducir situaciones referentes a esta primera etapa.
La razón fundamental radica en que consideraríamos un planteamiento exclusivista, el permitirnos la licencia, en un libro de Balonmano, de hacer un tratamiento de iniciación, parcelando la temática a nuestro deporte, sin considerar para nada el resto de prácticas deportivas colectivas. Si cada deporte defendiera su propio planteamiento de iniciación, “sin intrusiones”, en beneficio de una especialización precoz, limitaríamos las posibilidades del niño. Por otro lado, la posibilidad de repetición de contenidos, de prácticas deportivas no tan diferentes como se pretende hacer creer, aumentaría considerablemente.
Nuestra defensa de la transferencia transversal, y de un planteamiento pluridisciplinar en la iniciación, pasa por olvidar el establecimiento de una línea de progresión directa al aprendizaje de los elementos específicos de cada uno de los deportes de equipo. La reiteración conceptual, asociada a la pérdida de tiempo, son criterios de peso, como para cuestionar la tesis de defender acérrimamente los egoístas valores de una iniciación precoz al Balonmano, basados en una búsqueda de rendimiento a corto plazo, que acota, limita y condiciona las potencialidades del individuo. Y no debemos olvidar que bajo el marcado influjo del deporte de alto rendimiento, o por lo menos, en base a los parámetros del deporte adulto, estas propuestas, posiblemente caen en el peligro de realizar un tratamiento de la iniciación asociada a la simple reducción de la compleja estructura del Balonmano de élite y lo que es peor, posibilitan que se tenga el derecho a decidir por el niño, no sólo qué prácticas deportivas puede o no puede realizar, sino incluso el puesto específico que ocupará en este deporte.
En definitiva, la iniciación a los deportes de equipo, debe salvaguardar, por encima de la idea de formar jugadores y equipos campeones, la responsabilidad de dotar al niño del máximo de disponibilidad motriz, no exclusiva de las habilidades específicas del Balonmano. Es por ello que hemos abandonado lo que consideramos una línea equivocada de actuación, centrada en el tratamiento de la iniciación al Balonmano. Consideramos más razonable, más global y más formador un proyecto de iniciación a los deportes de equipo. Pero éste, en todo caso, es un proyecto diferente.
LOS PROGRAMAS POR NIVELES: LA FASE DE APRENDIZAJE DE LOS ELEMENTOS BÁSICOS TÉCNICO-TÁCTICOS INDIVIDUALES
Conceptos desarrollados
LA TÉCNICA
Concepciones generales de la técnica
TÉCNICA
– Sinónimo de aprendizaje motor. Se refiere a la mejora y automatización de las destrezas deportivas como resultado de la ejecución repetitiva y consciente de las mismas (Grosser/Neumaier, 87).3
– noindentlist Sinónimo de aprendizaje motor. Coordinación de movimientos adaptados o en relación con el entorno. Automatización de movimientos que permitan un control cinestésico de la acción sin oposición (Riera, 89).4
– Modelo ideal de un movimiento (Shock, 87).5
– Consecución de una forma estándar, mediante ejercicios de asimilación en condiciones facilitadoras, para conseguir la consolidación de elementos técnicos sin oposición (Konzag, 84).6