Improntas. Sandra Castrillón Castrillón
a grandes pasos, sin ese cigarrillo entre los dedos, más bien las manos parecen sueltas a su voluntad en ese casi correr en que nos grita y nos persigue, nos hace señales, corre a trompicones, su altura roza las ramas de los gobernadores.
Vocifera en un imperfecto español que hace que por fin nos detengamos en plena calle. Se detiene junto a nosotros. Descansa y recupera la lobreguez de su pose. Agarrado a sus manos vacías, hace la pregunta que le concierne:
—¿Y podríamos conocernos?
Asombrados los ojos que lo recorren, casi húmedas las pestañas por la emoción, le contesta:
—Podríamos conocernos.
El alemán, olvidando por completo su cigarrillo, mete las manos en los bolsillos y camina junto a nosotros en esas calles blancas y estrechas tan pegadas al cielo. Sigue siendo esa hora inhóspita en que distinguimos sus gestos fuera de la complexión de siempre, en una humanizada pose de hombre que acaba de pedirle algo a una mujer en una calle estrecha de un pequeño pueblo del suroeste antioqueño.
Конец ознакомительного фрагмента.
Текст предоставлен ООО «ЛитРес».
Прочитайте эту книгу целиком, купив полную легальную версию на ЛитРес.
Безопасно оплатить книгу можно банковской картой Visa, MasterCard, Maestro, со счета мобильного телефона, с платежного терминала, в салоне МТС или Связной, через PayPal, WebMoney, Яндекс.Деньги, QIWI Кошелек, бонусными картами или другим удобным Вам способом.