Enciclopedia del cuerpo. Lisbeth Marcher
interés. Por eso quería contribuir a la reunión de los elementos esenciales de un libro. Lisbeth Marcher y yo hemos trabajado juntas en la escritura de otros manuales educativos. Nuestra colaboración profesional siempre ha sido una gran inspiración para mí, y nos complementamos con nuestros distintos estudios y conocimientos. La escritura ha sido un proceso continuo durante varios años, y ha sido todo un reto intervenir en el proceso de formulación y puesta al día del material. Al mismo tiempo he aprendido muchas cosas a nivel profesional y personal, por lo cual estoy muy agradecida. Hemos tenido éxito en este proyecto con gran placer y contento.
Hemos expresado nuestro agradecimiento a varias personas en el prefacio de Lisbeth Marcher. Estoy muy agradecida a todas esas personas. Personalmente me gustaría dar las gracias a mi buena amiga y colega Ellen Ollars, por haber estado a mi lado, por servirme de inspiración y respaldo durante todos estos años, y por su deseo de ser mi compañera dialéctica durante todo el proceso, dialéctica que aprecio mucho. A Helle Waehrens, por su perseverancia y cooperación en el proceso de traducción del danés al inglés y viceversa. A mi familia y círculo de amistades, por su interés, cariño y apoyo. A mi hijo Mogens Fich, por su paciente ayuda al ordenador, y por estar disponible cuando lo necesitaba. A mi marido Niels Thorball, que murió en marzo de 2004, por el apoyo que prestó a mi interés por los temas de la Dinámica Corporal. A mi gran amigo y colega Lennart Ollars, que murió en setiembre de 2004, por su compromiso y respaldo en el nacimiento de este libro. A mi colega Eric Jarlnaes, por su interés y apoyo para terminar el libro.
Sonja Fich
Definiciones usadas en el Sistema de la Dinámica Corporal
Nos gustaría explicar por qué hemos elegido conceptos específicos y cómo los definimos.
Relación de reciprocidad
Definimos relación de reciprocidad como la estrechísima conexión entre dos o más personas; esto también requiere que cada persona mantenga su individualidad en esa relación. En una vinculación basada en la relación de reciprocidad, los compañeros aportan verbal y/o no verbalmente sus experiencias y emociones; son conscientes de sus diferencias y las aceptan, y llegan juntos a un nuevo nivel en el que cada persona adquiere nuevos conocimientos sobre sí misma y sobre el otro. Además de moldear un nuevo aprendizaje para todas las personas implicadas, la relación de reciprocidad se expande como ondas concéntricas en el agua a medida que las personas implicadas revelan su nuevo conocimiento a otras en nuevos contactos, etc.
La relación de reciprocidad también existe a un nivel más global: hay conocimientos profundos innatos sobre cómo la vida en la tierra es un proceso de interacción con todos, y a pesar de las diferencias, como las que existen entre un mosquito y un elefante, todas las formas de vida dependen de esa coexistencia, que ofrece una experiencia de la interacción global con todos.
La parte espiritual de la relación de reciprocidad se acerca a esta descripción, pero también implica la interacción con el inconsciente colectivo y con lo que llamamos energía espiritual-energía vital o Yo Superior.
Dignidad
Usamos el término dignidad para describir las sensaciones y sentimientos internos de una persona respecto a sus propios valores y ética, cuando los respeta y vive de acuerdo con ellos. La dignidad también implica la sincera aceptación de ciertos compromisos, acciones y derechos.
En el diccionario de la lengua danesa se describe dignidad con una cita de Immanuel Kant (1724-1804): «No es lo que pensamos sino lo que somos en nuestro fuero interno lo que nos concede verdadera dignidad humana» (Krarup, 1996, 9). La dignidad implica autenticidad de la persona y suele conducir al desarrollo de uno mismo. La dignidad nos urge a reconocernos y desarrollarnos, lo cual se produce en nuestras relaciones e interacciones con otras personas.
El Yo
A pesar de nuestra conectividad con la escuela cultural-histórica de la teoría de la psicología del desarrollo, fundada por los psicólogos soviéticos, hemos optado por usar la palabra Ego, voz griega que significa «Yo» y, por tanto, no exclusiva de Freud, Jung o cualquier otro. No hemos optado por la palabra Uno mismo, porque, por experiencia propia, a menudo se utiliza de forma muy vaga y no establece un límite claro respecto al Yo superior, y tal vez resulte confuso con el concepto de núcleo interno de alma-energía. Al dar clases en inglés en Estados Unidos, hemos experimentado que el efecto de la palabra Ego es tan poderosa en los sistemas de codificación como Jeg («Yo») en Escandinavia.
El Yo es una combinación de la estructura de la personalidad y las funciones del Yo.
El Ello
El Ello es la parte de la persona que se activa en situaciones de supervivencia, donde las acciones tienen que sucederse con más rapidez de lo que el Yo es capaz con el fin de que uno sobreviva, para que la especie sobreviva, o para que la persona sepa afrontar una gran intensidad de energía. Las acciones del Ello dependen del instinto, de los sistemas reflejos, de las destrezas y conocimientos automáticos, además del código genético, así como de combinaciones de dos o más destrezas automáticas que no implican pensamiento alguno. Esto significa que puedes crear nuevas destrezas sin pensar (ver también M. H. Brantbjerg et al., 2006).
Una definición según el retardo de medio segundo de Libet
Benjamín Libet fue el primero en examinar y describir el retardo de 0,55 segundos que se produce entre un impulso generador de una acción y la acción consciente que resulta del impulso. Libet afirma que la «Conciencia no puede iniciar una acción, pero puede decidir que no se lleve a efecto», ya que la «percepción de la voluntad consciente para realizar el acto se manifiesta sólo 0,15-0,2 segundos antes del acto» (Norretranders, 1999, 231-250).
James Clark Maxwell examina la teoría de Libet en el mismo libro (Norretranders 1999, 251-278). Maxwell cree que hay una instancia superior, que nuestro organismo activa cuando hay que tomar decisiones y ejecutarlas tan rápidamente que no hay tiempo para usar el Yo con sus retardos, y cree que el Ello se encuentra más allá del Yo.
En el Sistema de la Dinámica Corporal creemos en esta teoría y hemos documentado cómo una persona, sobre todo en situaciones de shock, estrés o experiencias extremas, actúa con tanta rapidez y competencia que a menudo oímos a nuestros clientes decir «no sabía que pudiera hacer esto».
Sabemos que en situaciones de shock, estrés o experiencias extremas los procesos de pensamiento «normales» del Yo son anulados por funciones y factores neurológicos, y más adelante por otras sustancias, tal como una producción excesiva de hormonas del estrés, y posiblemente por otros factores. También sabemos por nuestro trabajo práctico que es dificilísimo que el Yo acepte que hay una instancia superior al mismo Yo.
El Yo Superior
El Yo Superior es la parte de la persona que asume la responsabilidad cuando el Ello no puede asumirla ni actuar. Algunos autores han descrito ese proceso como «disociación», mientras que otros afirman que la persona «sale del cuerpo». Lo importante es que este estado del ser ofrece nueva información del inconsciente colectivo y de otros niveles de conciencia más espirituales.
Este estado del ser concede al Ello un breve reposo –una isla de tranquilidad en medio de un estrés intenso– y, por tanto, ofrece un nuevo conocimiento y un nuevo poder, transformando la experiencia general en algo que solemos llamar «espiritual». La espiritualidad está profundamente conectada con el cuerpo mientras estamos vivos.
Códigos y codificación
En el Sistema de la Dinámica Corporal hablamos de códigos abiertos, códigos cerrados y códigos inexplorados. Estos códigos se establecen en la infancia. Los sistemas de codificación se configuran por interacciones y relaciones entre los niños y los adultos, y entre