Enciclopedia del cuerpo. Lisbeth Marcher

Enciclopedia del cuerpo - Lisbeth Marcher


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códigos abiertos se conforman cuando un niño en una edad relevante se relaciona con los padres u otras personas significativas de modo que tenga una comunicación y contacto óptimos. De este modo, el niño recibe e integra el reto, el respaldo, la adecuación y la dirección que permiten que aprenda el tema. Como resultado, el niño accede a un nuevo nivel de desarrollo a partir del cual podrá seguir experimentando con el mismo contacto u otros nuevos. Es decir, los códigos abiertos construyen cimientos sólidos para establecer contactos y para los niveles superiores de desarrollo.

       Códigos cerrados

      Los códigos cerrados se forman cuando un niño en una edad relevante se relaciona con los padres (u otras personas significativas) mediante contactos poco óptimos. El niño se niega en banda a explorar el potencial de la situación y, por tanto, impide toda nueva exploración que le conduzca a un nuevo nivel de aprendizaje y desarrollo. Es decir, los códigos cerrados establecen unos cimientos débiles para establecer contactos y acceder a niveles superiores de desarrollo.

       Códigos inexplorados

      En la vida de una persona son capacidades potenciales que han permanecido latentes porque no fueron el objetivo de ninguna situación o contacto, por lo que no se aprendieron óptimamente (como sucede con los códigos abiertos) ni se interrumpieron (como con los códigos cerrados). Cualquiera de ellas podría aprenderse o negarse en el futuro, por ejemplo, aprender a pescar, convivir con animales, mantener debates filosóficos, etcétera.

       Improntas

      Configuramos una especie de sistema de codificación en el Ello y el Yo superior, aunque los códigos configurados a esos niveles implican grandes cantidades de hormonas del estrés. Para acceder a dichos códigos, necesitamos crear un marco de intensa energía similar. Como esos códigos hiperenergéticos emergen de distinta forma que los códigos de desarrollo, y como tenemos que acceder a ellos de distinta forma, los llamamos improntas para distinguirlos de los códigos de desarrollo más habituales.

       Músculos hiperreactivos

      Cuando tiramos de un músculo con los dedos en la dirección de sus fibras –como hacemos en el trazado de mapas corporales– y el músculo responde con una fuerza involuntaria de retracción más rápida y fuerte que la tracción inicial, decimos que ese músculo es hiperreactivo.

      Para la mano que palpa, un músculo hiperreactivo será como una banda elástica en tensión que reacciona con fuerza cuando se estira. La fuerza y la velocidad de la retracción serán mayores que la fuerza y velocidad aplicadas mientras se estira el músculo. En la función motriz habitual, los músculos hiperreactivos retienen el contenido psicomotor e impiden su expresión.

       Músculos hiporreactivos

      Cuando ejercemos tracción sobre un músculo con los dedos en la dirección de sus fibras –como hacemos en el trazado de los mapas corporales– y el músculo responde con una retracción voluntaria más débil y lenta que la tracción ejercida, decimos que el músculo es hiporreactivo.

      Para la mano que palpa, un músculo hiporreactivo será como una banda elástica que ha perdido su naturaleza, de modo que, cuando la estiramos, no se retrae totalmente. La fuerza, velocidad y distancia de la retracción serán menores que las que aplicó la mano al estirar el músculo. En la función motriz regular, los músculos hiporreactivos se retraen del impulso psicológico, por lo que –en efecto– su expresión se difumina y desaparece.

       Tensión

      Usamos la palabra tensión para describir un músculo que parece estar contrayéndose a pesar de que la persona no lo hace voluntariamente.

       Sistemas de tensión

      La hiper o hiporrespuesta de los músculos se aprecia en las personas en forma de sistemas de tensión, que comprenden grupos de músculos situados en distintas partes del cuerpo que se mantienen tensos aunque la persona haya relajado el cuerpo voluntariamente. 1

       Personalidad

      En el sentido original de la palabra griega, carácter es la marca que dejamos cuando arañamos o ponemos un sello a un objeto, como una moneda o una pieza de cerámica, para distinguirla de otros objetos parecidos. Se convierte en codificación de cierta estructura, y esto es exactamente de lo que estamos tratando. En tiempos más recientes se han usado las palabras carácter y personalidad para describir las peculiaridades personales, las cualidades que caracterizan a cierta persona. Igualmente, el material psicomotor queda codificado en el cerebro y arraiga en los músculos, de modo que se desarrollen patrones psicológicos de la conducta en rasgos corporales y estructuras específicos, y en patrones vitales concretos, y viceversa.

       Estructura de la personalidad

      Somos totalmente conscientes de que los términos personalidad y estructura de la personalidad se han usado en distintos sistemas psicológicos, que a menudo han implicado que la personalidad y sus estructuras son fijas e inmutables. Asumiendo el riesgo de ser comparado con otros sistemas, nos hemos atrevido a volver al sentido original de la palabra y a usarlo.

      Definimos las estructuras de la personalidad como series de códigos experimentados por las personas a edades específicas que se almacenan en el cerebro formando patrones de conducta específicos, normas y estados mentales. La codificación de la estructura de la personalidad se encarna en los músculos de un modo que nos permite observar si los códigos son cerrados o abiertos.

      El Sistema de la Dinámica Corporal considera que toda codificación e improntas pueden cambiar mediante las muy distintas situaciones que influyen en el ser humano que se ve expuesto a ellas. Cambiamos involuntariamente, a menudo sin pensar en ello. Pasa a diario y está relacionado con el respaldo y los retos a los que nos enfrentamos durante el contacto con colegas, amigos, compañeros, niños, etc. El cambio también puede ocurrir mediante otros procesos más estructurados cuyo objetivo es el desarrollo personal, como la psicoterapia.

       Función del Yo

      Este concepto abarca temas vitales que discurren verticalmente por todos los períodos de la vida. Comprende las funciones aprendidas que el Yo puede usar, codificadas mediante procesos de socialización y matizadas por las distintas estructuras de la personalidad.

      El Sistema de la Dinámica Corporal se funda en un conocimiento uniforme del desarrollo humano, la función psicomotriz y la propiocepción. Este conocimiento se aplica en la psicoterapia para adultos y también como medio para respaldar el desarrollo en la infancia.

      Creemos que los seres humanos se caracterizan por presentar una urgencia innata por desarrollarse y que el Yo se forma mediante procesos surgidos de esa urgencia, junto con un movimiento sutil constante y un equilibrio entre dos principios fundamentales que llamamos relación de reciprocidad y dignidad. Creemos que es mediante el contacto en las relaciones e interacciones con los demás como desarrollamos nuestra individualidad. También creemos que ese contacto tiene que ser de tal calidad que tanto los individuos como todos los implicados den algo de sí mismos en el contacto y adquieran algo con él. Esto queda ilustrado muy bien en estos versos:

       En realidad toda vida está relacionada.

       Todos los hombres están presos en una red ineludible

       de dependencias, vestidos con la misma prenda del destino.

       Lo que afecta a uno directamente afecta a todos indirectamente. Nunca podré ser lo que debería ser hasta que tú seas lo que deberías ser.

       Y tú no podrás ser lo que deberías ser

       hasta que yo sea lo que debería ser.

       Ésta es la estructura de


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