100 Fichas de animaciones para personas mayores. Evelyne Allègre

100 Fichas de animaciones para personas mayores - Evelyne Allègre


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FICHA Nº 87 Las vacaciones

       FICHA Nº 88 Las excursiones

       FICHA Nº 89 Las compras

       FICHA Nº 90 El periódico de la institución

       FICHA Nº 91 La cafetería

       FICHA Nº 92 La terapia con perros

      OTRAS IDEAS

       Introducción

      En gerontología, la animación se ha considerado durante mucho tiempo una actividad opcional, más una cuestión de simple diversión que de competencia profesional. En la actualidad, la formación y los títulos han devuelto a la animación su sentido etimológico original: insuflar vida.

      Animar a las personas mayores es ofrecer una respuesta a una necesidad; es apegarse al individuo más allá del anciano o el enfermo; es adaptarse a las capacidades restantes, a lo humano, más allá del olvido y la discapacidad. Animar a las personas mayores es, ante todo, cuestionarse el placer y el sentido en el ámbito de la tercera edad.

      En la institución, la animación impulsa una dinámica, genera un ambiente, provoca el movimiento en un período de la vida en el que tenemos miedo de que todo se pare.

      La animación crea los contextos y los pretextos de una relación con los demás. Es el terreno abonado para la convivencia. Facilita el intercambio, el diálogo, porque sin el otro es difícil sentirse vivo.

      A nivel personal, la animación permite al individuo hacer y crear, sea cual sea el resultado. Mediante la acción o la participación, la persona vuelve a ser actor y puede descubrir nuevas capacidades. A través del proyecto, se concede un futuro y se construye una identidad que se ha visto dañada por las pérdidas asociadas a la edad.

      Este no es un libro de recetas, porque la experiencia de una actividad no es extrapolable. Se trata de un buzón de sugerencias para ayudar a los profesionales a encontrar nuevas respuestas a los deseos de las personas. Cada idea debe trabajarse y adaptarse en función de la institución o del contexto (a domicilio) y, sobre todo, de acuerdo con las expectativas de las personas. El objetivo de esta obra también es sintetizar la gran riqueza de actividades y todas las posibilidades de comprender a la persona mayor a través de medios tan variados como el ejercicio físico, los tratamientos estéticos, un taller de mímica o de arcilla, la decoración, las excursiones y los encuentros entre residencias o intergeneracionales.

      parte 1

      DEFINICIÓN

      La vida es una sucesión de pérdidas: pérdida de la infancia, pérdida de la juventud, muerte de un pariente, etc. A medida que vamos cumpliendo años, las pérdidas se van acumulando: pérdida del trabajo (jubilación), pérdida de la función familiar, pérdida de la autonomía, pérdida de la propia imagen, pérdida de los ideales no realizados, etc. Al enfrentarse a estas dificultades, la persona mayor puede llegar a sustituir estas pérdidas por nuevos centros de interés, pero si no lo consigue, corre el riesgo de aislarse progresivamente y replegarse en sí misma.

      IMPORTANCIA

      Es importante que el animador llegue a conocer realmente a la persona mayor, que conozca su historia, sus vivencias, con el fin de:

      – comprenderla mejor para poder ayudarla;

      – elaborar su proyecto de vida (véase Noción 16, p. 41).

      DESARROLLO

      A La jubilación

      Es el cese de la actividad profesional, pero para muchos también es la pérdida de la función social. Su llegada es abordada con una serenidad variable en función de la inversión del sujeto en su imagen social y según la plenitud que le procurara su profesión. La modificación del ritmo de vida y la disminución de los aportes relacionales pueden provocar, entre otros, el aburrimiento, el sentimiento de inutilidad, la desidia o la necesidad intensa de contacto exterior. Son muchas las personas que sustituyen su profesión por otro rol social (asociaciones, voluntariados, etc.).

      B La pérdida del rol familiar

      Los hijos ya son mayores y se han ido de casa. La función de los padres se compone de acciones e intenciones constructivas, que contribuyen más o menos al sentido de la existencia y a la construcción de la identidad. Cuando los hijos se van, se puede vivir con mayor o menor dolor en función del esfuerzo realizado. Puede sustituirse por la entrega a los nietos o los sobrinos.

      C La pérdida de la autonomía

      La pérdida de la autonomía es el resultado de la pérdida más o menos progresiva de las capacidades mentales y físicas. Tarde o temprano, la vejez se convierte en un estado de dependencia que aparece de forma más o menos progresiva (degradación muy lenta en caso de enfermedad degenerativa). La dependencia implica necesitar a otro, lo que puede vivirse como una sumisión y suele resultar muy difícil de vivir.

      D La pérdida de la propia imagen corporal

      El cuerpo se modifica y se vuelve más frágil. La persona mayor debe aceptar (o no) que ya no es dueño de su cuerpo viejo y tal vez enfermo. También tiene que gestionar la imagen de su cuerpo, que puede provocar vergüenza o desazón y generar grandes trastornos de la identidad (sobre todo en lo referente a la autoestima), pero que también puede asumirse con orgullo.

      La degradación morfológica y estética de la persona se traduce progresivamente en la aparición de canas, arrugas, degradación dental, aplastamiento de la columna vertebral, etc. Aunque la persona no tenga la sensación de estar envejeciendo, se ve vieja en la mirada de los demás.

      E Pérdida de referencias en caso de ingreso en una institución

       Los motivos

      Son muchas las razones por las que una persona mayor puede acabar en una institución especializada (residencias de ancianos, servicios de geriatría, establecimientos de acogida para personas mayores dependientes, establecimientos de larga estancia, etc.). Las principales son la seguridad y la salubridad. Las personas mayores ya no se consideran «aptas» para asumir las funciones esenciales de su propia supervivencia (por ejemplo: persona que sufre caídas frecuentes, enferma, que ya no puede vivir sola, etc.).

      Por desgracia, el ingreso en una institución rara vez es voluntario, y aunque sea el fruto de un análisis objetivo de la situación por parte de la familia o de los servicios sociales o sanitarios, sigue siendo impuesto y doloroso.

      Para el animador es importante conocer las razones del internamiento porque condicionarán el comportamiento del residente.

       «Todas las personas mayores con alguna discapacidad o dependencia deben poder escoger dónde quieren vivir, ya sea en su domicilio personal o en un domicilio colectivo, adaptado a sus expectativas y necesidades.»

      Artículo 2 de la Carta francesa de los derechos y libertades de las personas en situación de minusvalía o dependencia.

       Las consecuencias

      La ruptura con el medio conocido, geográfico, familiar o social supone una ruptura con la propia historia del sujeto. También puede ir acompañada de la pérdida de la autonomía financiera (pérdida definitiva del rol social). Las repercusiones son múltiples, y los trastornos del comportamiento pueden aparecer deprisa.

      FUNCIÓN DEL ANIMADOR

      Ser


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