100 Fichas de animaciones para personas mayores. Evelyne Allègre

100 Fichas de animaciones para personas mayores - Evelyne Allègre


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asociada a la enfermedad degenerativa, por lo que puede tratarse. Esta información es importante, porque los trastornos del comportamiento que se suman a la demencia hacen que la enfermedad resulte todavía más difícil, por no decir insoportable, para aquellos que tienen que convivir con ella.

      Así pues, la consciencia de la evolución de la enfermedad y luego del sufrimiento de las dificultades que ocasiona puede tener diferentes consecuencias para el enfermo:

      – al principio: negación y agresividad;

      – a continuación, ansiedad y depresión (que puede llevar al suicidio);

      – y por último, trastornos del comportamiento (fugas, gritos, apatía, agitación, trastornos del sueño, de conductas alimentarias, esfinterianas, sexuales, etc.).

      Estas consecuencias psicológicas y conductuales de la demencia pueden minimizarse o evitarse mediante un entorno afectivo y material seguro, y con actividades que permitan al enfermo recuperar un poco de su pasado y de su dignidad.

      El animador puede ayudar al demente otorgándole la confianza suficiente como para que se sienta capaz de recuperar recuerdos. Cuanto más confianza sienta en sí mismo y mayor sea su autoestima, mayor será su capacidad para progresar.

      FUNCIÓN DEL ANIMADOR

      La animación puede ayudar al demente a mantener una cierta calidad de vida. Para ello, el animador debe ser consciente de los elementos siguientes:

      • la demencia no es una tragedia, sino una enfermedad;

      • todo lo que dice y hace esa persona tiene un significado;

      • puede sentirse incomprendido si, a medida que pierde la memoria, dejamos de tratarlo como a un ser humano);

      • tiene la sensación de haber perdido el control de su vida;

      • el entorno le parece cada vez más extraño y amenazante.

      El comportamiento aconsejado con la persona demente para poder ayudarlo a expresarse y comunicarse mejor según el estadio de la enfermedad es:

      • tranquilizar a la persona y hacerla sentir cómoda;

      • respetarla (por ejemplo: no hablar de ella en su presencia como si no existiera o no comprendiera nada);

      • no hacerle las cosas, sino dejar que las haga ella misma, aunque le lleve su tiempo o le cueste, o hacerlas con ella cuando ya no queda otra opción;

      • evitar las sensaciones estresantes (por ejemplo: mucha gente a su alrededor);

      • no corregir los propósitos incoherentes que pudiera tener (intentar comprenderlos si fuese posible);

      • construir frases simples, claras y fáciles de comprender (¡sin caer en la infantilización!).

      Para las animaciones, se debe prever la participación de una persona allegada o ayudante familiar para que colabore en la restitución de la historia del enfermo (véanse las animaciones n.° 19, 20, 23, 24, 43 y 48).

       «El mantenimiento de las relaciones familiares, de las redes sociales y de las amistades es indispensable para la persona mayor con alguna minusvalía o dependencia.

       Es necesario reconocer la función de las personas allegadas que lo rodean en su domicilio. Debe reforzarse mediante apoyos psicológicos, materiales o financieros.

       En el seno de las instituciones, se debe promover y facilitar la asociación de los allegados con el acompañamiento de la persona y el mantenimiento de una vida social.»

      Extracto del artículo 4 de la Carta francesa de los derechos y libertades de las personas en situación de minusvalía o dependencia.

      DEFINICIÓN

      La autonomía de la persona mayor no se evalúa en función de su capacidad para hacer las cosas de forma independiente, sino de acuerdo con su forma de gestionar sus dependencias. Una persona mayor con una minusvalía física puede necesitar ayuda para las actividades del día a día, pero ser completamente autónomo a la hora de tomar decisiones relacionadas con su salud, su domicilio, etc.

      IMPORTANCIA

      El animador debe poder clasificar la autonomía de la persona mayor para, en sus animaciones, adaptar y tener en cuenta con exactitud las aptitudes y limitaciones.

      DESARROLLO

      A Las diferentes formas de autonomía

       Autonomía física

      La persona posee capacidades que le permiten controlar los actos de su día a día y es capaz de decidir por sí misma, por ejemplo:

      – andar, desplazarse;

      – asearse, vestirse, alimentarse;

      – ir al baño, descansar;

      – limpiar la casa.

       Autonomía psíquica

      La persona dispone de las capacidades cerebrales necesarias para poder controlar los actos de su vida diaria, es capaz de decidir por sí sola o distanciarse de los acontecimientos.

       Autonomía social

      La persona tiene capacidades que le permiten controlar los actos de su vida social como, por ejemplo:

      – mantener relaciones (amistosas, conyugales, etc.);

      – tener un pasatiempo;

      – ser capaz de vivir en sociedad.

       Autonomía jurídica

      La persona tiene las facultades mentales que le permiten ser responsable de sus actos, por ejemplo:

      – hacer valer sus derechos;

      – asumir sus deberes como ciudadano (votar, etc.).

      B Evaluación del grado de autonomía

      El envejecimiento provoca la disminución de ciertas capacidades y, por lo tanto, una disminución de la autonomía. Puede llegar de repente tras, por ejemplo, una enfermedad, o de forma progresiva con los años y la degradación de las funciones orgánicas. En ese momento, la necesidad de ayuda aumenta.

      Para poder respetar los objetivos de la ayuda, es necesario saber cómo, cuándo y por qué se necesita dicha ayuda. Por lo tanto, es necesario evaluar el grado de autonomía de la persona, fijar el objetivo que se desea alcanzar a través de la ayuda aportada y medir los progresos realizados.

      El sistema francés, por ejemplo, establece seis estadios de la pérdida de la autonomía, o grupos GIR.

      FUNCIÓN DEL ANIMADOR

      Los 6 estadios de la pérdida de la autonomía GIR

GIR 1 El GIR 1 corresponde a las personas confinadas en la cama o en una silla de ruedas, o cuyas funciones intelectuales están gravemente alteradas. Es indispensable la presencia constante de ayuda.
GIR 2 El GIR 2 incluye a dos grupos de personas dependientes: – las personas confinadas en una cama o en una silla de ruedas y cuyas funciones intelectuales no están totalmente alteradas; necesitan ayuda para la mayor parte de las actividades del día a día; – las personas cuyas funciones mentales están alteradas, pero que pueden desplazarse; es posible que, debido a su deficiencia mental, no puedan realizar determinados gestos, como vestirse o asearse.
GIR 3 El GIR 3 corresponde a las personas que conservan parcialmente sus capacidades motrices, pero que necesitan ayuda para
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