Desafíos para la seguridad y la defensa en el continente americano 2020-2030. John Griffiths Spielman
el Ejército estadounidense ha mantenido relaciones con países de la región a través de un programa llamado el Programa de Socios Estatales (State Partnership Program). Este programa fue creado en el contexto de los años posteriores a la Guerra Fría, en 1993, con elementos de la Guardia Nacional en diferentes estados de Estados Unidos, que han ido estableciendo relaciones con 24 países del hemisferio occidental. Los primeros vínculos se establecieron en 1996 entre Ecuador y la Guardia Nacional de Kentucky; Perú y West Virginia, y Panamá y Missouri. El más reciente ocurrió en 2019 entre Brasil y Nueva York. El enfoque de los intercambios tiende a concentrarse en asuntos de apoyo y logística, no de operaciones de combate32.
De semejante manera, las otras fuerzas se relacionan directamente con sus contrapartes, y por eso se mantienen buenas relaciones institucionales. En términos generales, estos mecanismos son adecuados para sostener relaciones institucionales aceptables, pero los presupuestos limitados restringen las oportunidades para ir más allá de la situación actual de adiestramiento ocasional a través de la región. La única excepción a esta rutina es el caso de Colombia, donde la combinación de amenazas, la voluntad política colombiana y el interés estadounidense resultaron en una relación de defensa bastante profunda. Las relaciones de defensa entre los Estados Unidos y Colombia se podrían caracterizar como aliados.
Esto no es decir que no haya buenas relaciones militares entre Estados Unidos y la región, sí las hay. Por razones coyunturales, las que existen con Brasil son las más cercanas en mucho tiempo. Las relaciones con México, por esfuerzos importantes que empezaron hace más de veinte años, también han mejorado. Si vamos país por país, las relaciones son positivas, con las excepciones esperadas: Cuba (no existentes), Venezuela (rotas, desde los 2000 por decisión de Hugo Chávez) y Nicaragua (¿reducidas? Por la influencia de Fidel Castro y Hugo Chávez sobre Daniel Ortega). A pesar de las ideologías de Michelle Bachelet y Cristina Fernández, las instituciones militares de Chile y Argentina han mantenido relaciones efectivas con sus contrapartes estadounidenses.
Por razones que tenían nada que ver con las realidades en el hemisferio occidental, en el 2011 —después de varios años operando en Irak y Afganistán— el Ejército empezó a desarrollar un concepto nuevo llamado Fuerzas Alineadas Regionales (Regionally Aligned Forces). Esto se debió, en gran parte, a las lecciones aprendidas con respecto a la importancia de asesorar y adiestrar a las fuerzas de países socios, más allá que realizar misiones de combate de manera independiente. Es decir, las Fuerzas Armadas estadounidenses tienen plena capacidad de derrotar a otras unidades, ya sean convencionales o irregulares33. El desafío en los dos casos es encontrar la ubicación del combatiente; obviamente, es mucho más difícil encontrar a los irregulares mezclados con la población. Con respaldo adecuado, las fuerzas armadas domésticas del país socio pueden ser muy exitosas en las misiones militares.
Si bien es cierto que elementos de las Fuerzas Armadas han realizado la tarea de lo que se conoce es inglés como Security Force Assistance (Asistencia a Fuerzas de Seguridad), la novedad que surge en 2011 es la idea de generar unidades más grandes que el modelo basado en el Equipo de Fuerzas Especiales A (Special Forces A Team)34. En enero de 2012, el Ejército implementa la política de Brigadas Alineadas Regionales (Regionally Aligned Brigades); el general Ray Odierno explicó la necesidad de este cambio así:
Nuestras experiencias en Irak y Afganistán claramente refuerzan que los resultados estratégicos duraderos se logran solo al influir efectivamente en las personas. El conflicto, en todas sus formas, sigue siendo un esfuerzo fundamentalmente humano… El éxito depende tanto de la comprensión del tejido social y político de los alrededores como de la capacidad de dominarlos físicamente. En un entorno definido por la mezcla de amigos, enemigos y partidos neutrales, comprender las redes sociales y culturales se vuelve tan importante como las armas que empleamos. Solo así podremos aislar enemigos, identificar centros de gravedad y lograr resultados duraderos35.
Este reconocimiento fue tremendamente importante para empezar a cambiar modelos que previamente no se enfocaban en materia de lo social y cultural.
Sin embargo, grandes cambios en las instituciones son difíciles de implementar y toman tiempo. Por ejemplo, el Ejército estima que se necesitan dos años para regenerar una unidad en actividad y hasta cinco años para regenerar una unidad de reserva. De esa manera, el Ejército ha tomado años en adoptar esta nueva doctrina y organización. Durante estos años, se formaron unidades de Brigadas Alineadas Regionales dentro del concepto de las Fuerzas Alineadas Regionales, utilizando unidades del Ejército en actividad, de la Guardia Nacional y de la Reserva. La primera Brigada Alineada Regional fue tomada de la Primera División, una unidad con elementos activos con sede en el Fuerte Riley, en Kansas, para conducir misiones de apoyo al Comando África en 201336.
No fue sorprendente que las primeras unidades fueran destinadas a Asia y el Medio Oriente. Desde entonces, el Ejército ha seguido desarrollando este concepto, con el relativamente nuevo modelo de Brigadas de Fuerzas Alineadas Regionales (Security Force Assistance Brigades, SFAB). La idea es crear seis SFAB para alinearse con los Mandos Regionales37. Es importante resaltar que la SFAB no tiene el mismo pie de fuerza que una brigada de combate tradicional, porque la tarea principal no es de combatir, sino asesorar y ayudar. La última SFAB en establecerse fue la orientada al hemisferio occidental, la 54th SFAB de la Guardia Nacional, que se activó oficialmente el 5 de marzo del 2020. La 54th SFAB es la única de las seis SFAB compuesta por unidades de la Guardia Nacional. El hecho de que la 54th SFAB esté formada por unidades de la Guardia Nacional se acopla muy bien con el Programa de Socios Estatales, el cual se basa en unidades de la Guardia Nacional.
Explico con detalle estas modificaciones del Ejército estadounidense por la importancia que los ejércitos juegan en las misiones de seguridad y defensa en el hemisferio. Si bien es cierto que hay marinas y fuerzas aéreas en la región, no cabe duda de que la fuerza más importante son los ejércitos. Dicho eso, todos los otros componentes de fuerza (Fuerzas Navales Comando Sur y la 4.ª Flota; Fuerza Aérea 12.ª; Marine Corps Forces South, y sus unidades subordinadas) también han establecido y han mantenido vínculos fuertes con sus contrapartes a través del hemisferio.
La buena noticia es que el Ejército estadounidense ha reconocido la importancia de reestructurarse para entenderse mejor con los ejércitos regionales, pero también para poder actuar con mayor efectividad en el caso de que fuese necesario conducir misiones. La no tan buena noticia es que el pensamiento convencional sigue dominando, no simplemente en parte de los generales, sino en parte de los dirigentes políticos también.
En el caso de la Fuerza Aérea estadounidense, también reconoce la necesidad de estar mejor preparada para interactuar con socios. A fines de la década de 1990 y principios de la de 2000, la Fuerza Aérea se reorganizó para ser más desplegable. Se construyó el modelo del Grupo Expedicionario para incluir aviones caza, ataques de precisión y supresión de defensas antiaéreas. Estas unidades se establecen para misiones específicas, y cuando la misión se termina se desactiva el grupo. En 2015, la Fuerza Aérea publicó su Concepto Operacional del Futuro, en el cual reconoció la tendencia emergente de “la importancia o frecuencia creciente de operaciones irregulares, urbanas, humanitarias y de inteligencia”38. Sin embargo, es evidente que el enfoque de la Fuerza Aérea estadounidense no se concentra en el hemisferio occidental. Las cinco misiones principales son superioridad aérea y espacial; ataque global; movilidad global rápida; inteligencia, vigilancia y reconocimiento, y mando y control39.
En cuanto a la Armada estadounidense, al igual que la Fuerza Aérea, sus prioridades no se encuentran en el hemisferio occidental. Si bien es cierto que en 2008 la 4.ª Flota se restableció, y con eso se constituyó un cuartel general para un componente naval del Comando Sur, esa flota tiene una sola unidad asignada: el Escuadrón 40. Sobra notar que es imposible actuar de manera efectiva en un área del tamaño del Caribe, Centro y Sudamérica con un solo escuadrón naval. El actual jefe de Operaciones Navales, el almirante Mike Gidday, emitió sus lineamientos para mantener la superioridad naval estadounidense en tres áreas: en el combate, en el guerrero y en la Armada del futuro40. Por su parte, su predecesor, el almirante John Richardson, enfatizaba la importancia de enfocarse en los dos adversarios principales, China y Rusia, lo que según el profesor James Holmes es un cambio dramático: