Heidegger y su obra. Leticia Basso Monteverde
HEIDEGGER Y SU OBRA
Este libro surge de la preocupación compartida por avanzar en la comprensión de la estructura argumentativa de la obra de Martin Heidegger. En virtud de esta cuestión, se requiere acordar una manera para acceder al nudo problemático de su pensar y avistar formas de emprender un recorrido por su obra. Una obra que parece bifurcarse en diversos caminos y modos de filosofar, pero que entraña un motivo vital y una pregunta permanente.
De este modo, Heidegger y su obra. Ensayos en torno a la unidad de su pensar responde a la necesidad de despejar ciertas regiones de la selva heideggeriana para vislumbrar algunos puntos panorámicos de su entramado. El volumen contribuye con una reflexión acerca de los factores a considerar, si se quiere defender la idea de la unidad de la propuesta del filósofo. Aquí se sostiene que el sentido específico de la continuidad de su pensar permanece oscuro y que la idea de una autointerpretación no fue ampliamente desarrollada. Por lo tanto, se destaca la necesidad de indagar en este tema para responder: ¿por qué puede hablarse de una continuidad en la obra de Heidegger? ¿Qué aporta dicha continuidad al desarrollo de la obra? Y ¿cómo se mantiene o transforma la obra para sostener su unidad?
Leticia Basso Monteverde es doctora en Filosofía por la Universidad de Buenos Aires e investigadora adjunta del Conicet. Docente de Filosofía en la Facultad de Psicología y directora del Proyecto de Investigación en Fenomenología y Hermenéutica (PIFyH) en la Facultad de Humanidades, Universidad Nacional de Mar del Plata (Argentina). Es investigadora responsable de un PICT (2016-2754) en la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, dedicado a la argumentación de la unidad de la obra de Heidegger. Miembro de la Sociedad Iberoamericana de Estudios Heideggerianos (SIEH) y la Asociación Argentina de Investigaciones Éticas (AAdIE). Autora de La unidad de la diferencia: acerca del acontecer en la obra de Heidegger (2017), coeditora del volumen VII de Studia Heideggeriana “Tiempo y Espacio” (2018) y de varias obras colectivas dedicadas al pensamiento de Heidegger, la fenomenología y la hermenéutica.
LETICIA BASSO MONTEVERDE
(Editora)
HEIDEGGER Y SU OBRA
Ensayos en torno a la unidad de su pensar
Hoy, en marzo de 1932, estoy con toda claridad ahí desde donde se me ha vuelto extraña toda esa producción anterior de escritos […] Extraña como un camino que ha quedado fuera de servicio y que se ha ido desdibujando llenándose de hierbas y matorrales; un camino que, sin embargo, conserva para sí el hecho de que conduce hasta el “ser ahí” como temporalidad.
Martin Heidegger, Cuadernos negros 1931-1938
INTRODUCCIÓN
Una vía de acceso a la selva heideggeriana: sobre la articulación de su obra y la unidad de su pensar
Leticia Basso Monteverde
En este apartado se realiza una breve presentación del asunto central al cual este texto se dedica. La propuesta inicial que dio pie a este volumen surgió de la preocupación compartida por avanzar, desde algún punto específico, en la comprensión de la estructura argumentativa de la obra de Martin Heidegger. La magnitud de este ejercicio no es para nada menor, ya que comprende una labor que difícilmente pueda ser ultimada. Por esto mismo, debe aclararse que aquí no se pretende ofrecer una suerte de manual, que por completo defina la obra de Heidegger. Por el contrario, con este texto se procura descubrir o, por qué no, acordar una manera para acceder al nudo problemático de su pensar y avistar formas de emprender un recorrido por su obra.
De otro modo, estaría en falta la misión que el propio filósofo nos legó y que, a su vez, él mismo precedió con el interés de dar a entender sus pretensiones y modos de abordar los aspectos fundamentales de su pensar. Pues bien, fue Heidegger quien nos encomendó el monumental esfuerzo de reconstruir el sentido y la finalidad de su obra. Esa parece bifurcarse en diversos caminos y modos de filosofar, contradictorios a simple vista, pero que entraña un motivo vital y una pregunta permanente que soporta el peso entero de su historia. Por esta razón, aquí se plasman las colaboraciones de varios estudiosos de la obra de Heidegger que, en conjunto, emprenden la tarea de una revisión temática y metodológica de ella. Las expectativas responden a la necesidad de despejar ciertas regiones de la selva heideggeriana,1 que esperamos permitan vislumbrar algunos puntos panorámicos de su entramado.
En principio, sostenemos que para poner de relieve el problema de la unidad de la obra de Heidegger es conveniente retomar las advertencias que el filósofo hace en 1962 en una carta al padre William Richardson, publicada en el libro Heidegger: Through Phenomenology to Thought (2003). Allí Heidegger comenta que la maduración del complejo temático (Sachverhalt) estudiado produjo la Kehre (viraje, inflexión, vuelta) en su pensar. A pesar de que la noción aparece de manera pública en Carta sobre el humanismo de 1947, ella mueve su pensamiento desde una década atrás. De hecho, la Kehre no implica una modificación del punto de vista del Dasein al Seyn, sino que comporta la inversión de todo el complejo temático: de Ser y tiempo (de 1927) a Tiempo y ser (de 1962).
Algunos intérpretes de la obra heideggeriana consideran que la Kehre significa un cambio en el modo de encarar los temas fundamentales que le preocupaban a Heidegger, aunque este cambio deja entrever la fuerte continuidad de su pensar. Por el contrario, otros investigadores intuyen que la Kehre genera un corte abrupto en el trabajo del filósofo, tanto en los modos como en los temas elegidos. Lo cierto es que la gran variedad de problemáticas que se despliegan con el debate contemporáneo en torno a la obra de Heidegger parte de las tensiones inherentes a la discusión entre la continuidad o la discontinuidad de su pensar.
Algo de esto reflotó con el conocimiento de algunos comentarios del filósofo en el primer tomo editado en 2014 de los Cuadernos negros (1931-1938). Hay varios pasajes de este “diario filosófico” que insisten en la falta de comprensión y crítica fundada de su trabajo; Heidegger llega a sostener que no se ha logrado rechazarlo. Pues, “para eso habría sido necesario entender el «objetivo», o diciéndolo más precisamente, el espacio (el «ahí») al que el camino pretendía conducir y trasladar” (Heidegger, 2015: 24). Cualquier reflexión acerca de este tema, sea a favor o en contra de la unidad de su obra o de la continuidad de su programa, deberá primero establecer un punto de partida. Esto es así debido a que dicho punto modelará el tipo de investigación que se lleve a cabo. Así pues, la posición se verá determinada por ciertos factores que se derivan de una lectura fragmentaria o una visión integradora de la obra del pensador de la Selva Negra.
Usualmente se evalúa la obra del filósofo y se traza una línea entre el trabajo del primer Heidegger y el segundo, como si los períodos fueran inconciliables. La lectura tradicional de la Kehre acostumbra a focalizarse en la distinción de su pensar en períodos, etapas o fases. Del mismo modo es común, entre los comentaristas de la filosofía de Heidegger, basarse primordialmente en la escritura del segundo período y además insistir en su separación de la obra temprana, al punto de entender esta etapa como un producto fallido y abandonado que se encuentra bajo la influencia cartesiana y kantiana. Por otro lado, también existe una vertiente de análisis que opta por focalizarse en los trabajos del joven Heidegger. Dicha vertiente prefiere el estilo analítico, sistemático, lógico y proposicional de esa etapa por sobre el talante poético, asistemático y críptico del segundo pensar.
Sin embargo, Heidegger aclara en la carta a Richardson que tal distinción solo puede plantearse a condición de que para entender a Heidegger II es preciso acceder a lo pensado en Heidegger I y que Heidegger I solo es posible si está contenido en Heidegger II. En este sentido, vemos que el propio filósofo visualiza una correspondencia interna entre las dos partes de su obra. Es decir, hay una suerte de esquema funcional al sentido de su itinerario, que hace a la obra en sí misma y a la interreferencia (Wechselbezug) de sus partes. Esta forma de correspondencia puede estudiarse haciendo foco en aspectos precisos de su teoría o examinando el entramado en su conexión general; es de esta manera como puede atenderse al problema de