Heidegger y su obra. Leticia Basso Monteverde

Heidegger y su obra - Leticia Basso Monteverde


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diferente de su comprensión habitual, ya que considera que es la estructura que, de hecho, abarca y comprende la configuración de su pensar. A propósito, se entiende que la Kehre encarna la transformación del método fenomenológico, llevada a cabo por Heidegger en más de una ocasión. Pues bien, en ella se plasma y reestructura la constitución de todo el complejo temático.

      Teniendo esto en cuenta, esta compilación se aventura en una posible comprensión de la Kehre como el fenómeno que visibiliza las notas peculiares de dicha manifestación. Esta cuestión sumamente intrincada es el punto nodular de este texto. Para trabajarla fue condición obligada practicar una lectura de la obra heideggeriana atendiendo a las pistas que dejó von Herrmann, por la razón de que él inicia la línea de interpretación del pensar de Heidegger que abre una comprensión del todo unitario de la obra y considera lamentable el estudio exclusivo de alguna de las etapas del autor alemán. A su vez, encamina la mirada hacia una explicación de la transformación del pensar que detecta los focos argumentativos para defender y reposicionar el objeto y el tratamiento heideggeriano en un campo de análisis concreto.

      Ahora bien, estimamos que este volumen podrá contribuir a repensar los factores por considerar si efectivamente se quiere defender la existencia de una unidad en la propuesta de la obra heideggeriana. Esto se debe a que la perspectiva de la continuidad no se explicitó en todo su entramado significativo, ya que solo se descubrieron rasgos internos de la continuidad que tienen que ver, más bien, con el seguimiento de algún concepto a lo largo de la obra. Por esta razón, se sostiene que el sentido específico de la continuidad permanece oscuro y que la idea de una autointerpretación no fue ampliamente desarrollada. Esto genera que los períodos de la obra heideggeriana se mantengan disociados y la meta fundamental del filósofo quede desatendida. Entonces, destacamos la necesidad de indagar en esta cuestión para responder: ¿por qué puede hablarse de una continuidad en la obra de Heidegger?, ¿qué aporta dicha continuidad al desarrollo de la obra? Y ¿cómo se mantiene o transforma la obra para sostener su unidad?

      En suma, esta publicación parte de la discusión acerca de si existe o no una continuidad en la obra heideggeriana con la intención de presentar y argumentar elementos que permitirían defender su unidad. Con esta finalidad, se tendrán por referencia las reflexiones que el propio Heidegger oportunamente realizó en algunos ensayos y en el diálogo con su recepción. Para concretar este cometido los escritos de la compilación se concentran en una lectura metateórica de la obra heideggeriana y una revisión de conceptos internos a su teoría que dan cuenta de la consistencia e integridad de su pensar. Por ejemplo: la idea de una autointerpretación de su camino filosófico; la función y el estatuto ontológico de la Kehre; la transformación formal, sistemática o estilística de la obra; la interreferencia de sus partes; las rupturas y/o continuidades entre los dos períodos marcados; el aporte de alguna noción para articular el proceder de la obra; la comparación de nociones representativas de cada período; la desubjetivación de su objeto de estudio; la destrascendentalización del programa o la posible transformación de las coordenadas que constituyen el fenómeno en cuestión. De este modo, aquí se presentan seis artículos que atienden a alguno o varios de estos tópicos con el objetivo que aquí detallamos.

      Adrián Bertorello reflexiona sobre una pregunta metodológica general: ¿cómo leer a Heidegger? Su propuesta presenta dos modos posibles de leer esa obra. La reflexión toma como punto de partida un pasaje del apéndice de Der Ursprung des Kunstwerkes donde Heidegger establece dos estrategias interpretativas opuestas respecto de su tratado. A partir del análisis de ese texto introduce las nociones de lectura en inmanencia y trascendencia. La determinación y precisión de estos conceptos será el tema del segundo momento de la argumentación. Por último, ejemplifica estas dos estrategias de lecturas tomando como objeto de análisis el apéndice de Der Urspung des Kunsterkes. Si bien el comentario se ciñe a un texto en particular, intenta sacar conclusiones que puedan extrapolarse a la totalidad el corpus heideggeriano. El objetivo de Bertorello es precisar el sentido de la estrategia interpretativa de un lector que siempre se sitúa en una posición externa a la obra de Heidegger y la confrontación de esta estrategia con las pretensiones interpretativas que el propio autor establece para su texto.

      François Jaran en su texto propone una interpretación original de la inexistencia de la tercera sección de Ser y tiempo, basada en la publicación reciente de los Cuadernos negros. Después de una breve presentación de la historia de la publicación de la obra de 1927, analiza las entradas de los primeros Cuadernos negros en las cuales Heidegger habla del inacabamiento de su magnum opus. En su “diario filosófico”, Heidegger se expresa más abiertamente sobre su relación con sus contemporáneos y explica las razones por las cuales ha preferido guardar silencio en vez de entregar la tercera sección de Ser y tiempo.

      Luciano Mascaró en su ensayo intenta mostrar que “la pregunta por la técnica” no se interroga la tecnicidad de los artefactos; por ello, una filosofía de la tecnología que se interese por la estructura de los objetos técnicos no obtendrá mucho al detenerse en la consideración de la conferencia homónima. Por el contrario, los aportes verdaderamente fructíferos a la filosofía de la tecnología en tanto pregunta por la estructura ontológica de los entes del mundo del trabajo se encuentran en las obras del primer período del pensar de Heidegger. Para esto, en primer lugar, Mascaró delinea resumidamente los aportes de Ser y tiempo a esta temática; y, en segundo lugar, muestra que la ausencia de la pregunta por los artefactos en la conferencia de 1953 lleva a Heidegger a una interpretación sesgada de la técnica moderna. Por último, propone una manera de interpretación de la máquina que ve en ella una posibilidad de escape al modo solicitante y provocador de la relación del ser humano con el mundo y los entes.

      Alejandro Vigo realiza una interpretación que traza una curva evolutiva de la confrontación productiva que Heidegger mantiene con Kant. Dicha curva evolutiva presenta claramente dos puntos de inflexión que marcan los momentos decisivos en los cuales tal confrontación productiva adquiere, en cada caso, un impulso nuevo, que le imprime su dirección característica. Sobre esta base, Vigo presenta el redescubrimiento de Kant de 1925 y su incorporación en la concepción que adquiere su expresión sistemática más elaborada en Ser y tiempo, y que prolonga su desarrollo hasta alcanzar el límite de sus posibilidades en los escritos que van desde 1927 hasta comienzos de la década de 1930. A continuación introduce la evidencia textual y las razones que avalan la tesis de la existencia de un segundo punto de inflexión que da lugar a una nueva manera de interpretar a Kant, que resulta solidaria con la orientación que adquiere el pensamiento de Heidegger a mediados de los años 30, y que encuentra expresión, por primera vez, de modo nítido en la lección de 1935-1936, la cual hasta el presente no ha recibido en la investigación la atención que merece en razón de su importancia. Vigo afirma que esta nueva manera de interpretar el pensamiento kantiano trae consigo un claro distanciamiento crítico respecto de la interpretación llevada a cabo anteriormente, en los escritos de la época de Ser y tiempo. Finalmente, ofrece una visión de algunos de los aspectos más relevantes de la interpretación de Kant que Heidegger elabora en la lección de 1935-1936 y concluye con unas observaciones generales sobre el alcance y las consecuencias de la interpretación desarrollada por Heidegger.

      Roberto J. Walton sostiene en su escrito que son tres las figuras que revisten la correlación entre un polo experienciante y un polo experienciado como momento de unidad en los análisis de Heidegger. En los cursos tempranos aparece en la forma de una “notable relación recíproca” entre el cómo de la manifestación del mundo de la vida y el mundo del sí-mismo. En la época de Ser y tiempo, la correlación se muestra en el análisis del “estar fuera de sí” mediante el enraizamiento del Dasein en una temporeidad que fundamenta la unidad de la estructura del estar-en-el mundo. Luego del viraje, el ser del ente interpretado como venir a la presencia de lo presente requiere un correlativo despliegue del pensar en el modo del “dejar-estar-delante y tomar-en-consideración” y una correlativa modalización del ánimo. En esta etapa, a pesar de la primacía otorgada al polo experienciado, el término medio en torno del cual oscilan los polos de la correlación mantiene su papel fundamental.

      Ángel Xolocotzi Yáñez explica en su artículo que a partir de la publicación de los Cuadernos negros se han aclarado una


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