Vivencias cortas vividas de la vida. Miria Véliz Hernández

Vivencias cortas vividas de la vida - Miria Véliz Hernández


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para expresarte mi amor y gratitud.

      Cada amanecer, atardecer, anochecer estás junto a mí. Hoy, en la adultez, mi compañera, mi amiga.

      En mis noches de desvelo, siempre tu fiel figura está junto a mí, esos desvelos que son para ti también.

      Mis penas y alegrías son tuyas también.

      Tu cabello ya cano expresa sabiduría por este difícil sendero llamado vida.

      Hoy agradezco al hacedor por la bendición de tenerte.

      Por caminar juntas estas etapas de la vida.

      Mis soles son los tus soles, mis lunas igual.

      DIOS TE BENDIGA POR SIEMPRE

      MI GRATITUD POR SIEMPRE

       Amor

      He conocido el amor en todo su esplendor, los días son noches hermosas e interminables. El sol y la luna se han fusionado y rendidos ante esta historia de amor, con una pasión roja como la sangre encabritada que recorre mi cuerpo, pura y blanca como la nieve, como mis pensamientos y sentimientos.

      Fresca como el viento, que hoy roza nuestros cuerpos inertes, en el valle de la muerte, en una tumba de duro mármol, junto a la verde hierba.

      Desde el infinito con letras celestiales se sigue escribiendo nuestra historia de amor, como tantos Romeos y Julieta, este amor es sublime y ha traspasado lo terrenal.

       Caperucita

      Después del suceso acaecido en el bosque, Caperucita se fue a estudiar a un internado.

      Transcurrieron los años, se graduó de Ingeniera Comercial y regresó convertida en una exitosa empresaria.

      Llegó a trabajar como gerente en una famosa empresa. Cierto día llegó a su oficina un señor de apellido Lobos en busca de trabajo. Aquel apellido, le trajo a la memoria lo sucedido años atrás, pero luego se olvidó completamente de eso, ya que el aspirante era un joven muy apuesto.

      Comenzó a trabajar y no tardó en nacer entre ellos el amor, por parte de ella era genuino, mas no por parte de él, ya que era un plan que tenía el abuelo del joven para vengarse.

      Pero cada vez le costaba más continuar con el plan, ya que este se fue enamorando de Caperucita y era muy distinto a su abuelo, y había crecido con la historia tergiversada a favor de su abuelo, con su alma alimentada de resentimiento y venganza, pero cuando conoció la sensibilidad y gentileza de Caperucita sus sentimientos cambiaron radicalmente. Fue tanto el cambio que triunfó el amor y contra todo pronóstico el joven se casó con Caperucita, fueron socios en la compañía, casa y amor.

      Había triunfado el amor y construían su felicidad y todos los buenos deseos eran los moradores del hogar.

      Ante tal panorama, el lobo se marchó muy lejos maldiciendo su suerte y nunca más se supo de él.

       Conciencia

      La noche me despierta

       con tu voz suave que me llama,

       voz lejana, de un sueño profundo.

       En la noche el silencio

       al despertar lo despierto.

       Una voz que clama, que llama

       las cosas por su nombre.

       Despierto, sueño, soy eterno,

       digo con tu voz y mi voz las

       voces sin nombre.

       Conciencia es mi nombre

       consciente te sigo.

       Despedida

      Se siente el aroma a despedida

       se siente tu lejanía, incluso indiferencia

       ya casi no se oye tu voz, está como en agonía.

       Tu sangre ya casi no me reclama, todo indica

       que es hora de decir hasta pronto o tal vez adiós.

       Lo que sea, fue agradable, sincero y con el alma,

       que es lo más genuino que hay.

       Mi gratitud eterna por los segundos, minutos, días,

       que pude compartir junto a ti.

       Las cosas siempre pasan por algo,

       no son meras casualidades.

       Dios o el destino se encargan de ponerlas en nuestras vidas.

       Hasta cuando él o la vida quieran, nos volveremos a reunir.

       El espejo de Dora

      Cuando llegaba la época de vacaciones, nuestro rumbo seguro era la casa de Dora, nuestra abuela. Allí pasábamos nuestras vacaciones, en nuestra tierna edad, la infancia.

      Siempre me llamó la atención un hermoso espejo que estaba en su tocador, lo cuidaba como hueso santo, como el más valioso tesoro.

      Una madrugada, entraron a robar a su casa y se lo llevaron junto con otras cosas, pero mi abuela solo lloraba por su espejo.

      En aquel espejo, ella se transportaba en el tiempo, y viajaba a través de él, viajaba a su época de juventud en donde conoció al abuelo y se juraron amor eterno.

      Vivía momentos de dicha y felicidad y luego cansada, pero feliz volvía a su realidad, donde sus rubios cabellos, hoy pintaban canas y su esbelta figura hoy se encorvaba, y la soledad era su constante compañera. Por ello se transportaba a tiempos y momentos agradables en su vida.

      Con el robo de aquel espejo, fue perdiendo la alegría de vivir, solo se sentaba en un sillón a mirar la vida pasar.

      Así fueron transcurriendo los días y se fue consumiendo, hasta que una madrugada decidió partir.

      Ella cerró sus ojos y, por encanto, apareció aquel hermoso espejo.

      ¿Dónde se habrá ido? ¿Por qué apareció el espejo?

       El mensaje

      Ya anochecía, el último respiro del día comenzaba a hacerse notar a través de la rendija de mi ventana, cuando se siente el tocar de la puerta, pensando que sería una vecina, voy presurosa, cual sería mi sorpresa, estaba ante mí el guerrillero Manuel Rodríguez, el cual estaba en búsqueda del último sobreviviente de la batalla de Topáter, este estaba alojado en mi humilde hogar, puesto que estaba herido.

      Entró, se dirigió al dormitorio donde yacía este.

      Manuel le traía un mensaje, que consistía que en las afueras de Calama había una mina de litio, cobre y salitre, que haría poderosa a Calama. Pasó la noche junto a nosotros, cuando los rayos del sol, comenzaban a herir nuestras pupilas, se levantó, se despidió, montó en su corcel y se marchó.

      El soldado con orgullo obedeció.

      Hoy, Calama es una gran provincia. Tal como lo dijo Manuel aquella noche.

       Al silencio de la soledad

      Para vivir he nacido

       en las sombras de la libertad

       en los torcidos pensamientos

       de la negra soledad.

       Cual asombro es lo infinito

       que lleva a volar sin volar,

       que provee lo pecaminoso

       en un laberinto de muerte o solaz,

       oscuro en lo recóndito

       provee, muere, nace ¿qué más da?

       Son solo aberraciones absurdas de canto,


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