Las No Personas. Dorian Derek
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Si quieres saber algo de alguien, le preguntas por ello directamente a la cara y si se cubre el rostro con la mano, parte de él o se da media vuelta con gran probabilidad oculta algo. Estos actos que hacemos con las manos se llaman "manipuladores" y se usan para que no te centres en buscar una verdad en la cara, para no ser delatados por su rostro, se usan inconscientemente para despistar. No hay ninguna apariencia más complicada de fingir que la neutralidad cuando por dentro de uno ocurre todo lo contrario. Los manipuladores son movimientos donde alguna parte del cuerpo se masajea, se frota, se rasca, se estruja, se acomoda, etc., funcionan para ocultar un sentimiento real, desde una mentira hasta el aburrimiento en una conversación. La mano es la manipuladora de referencia, a veces se pueden usar objetos para controlarla, podemos dar vueltas a un lápiz, coger un cigarro o cualquier cosa que tengamos a la vista. Estos manipuladores puedes durar muy poco o varios minutos, los más breves suelen ser: ponerse bien el pelo, sacarse un tapón del oído, rascarse la nariz o alguna parte del cuerpo. Los más largos suelen ser: enrollar y desenrollarse el pelo, mover la pierna o frotarse las manos. Todo lo que hacemos tiene un sentido, todo tiene un porqué, aunque no seamos capaces de explicarlo o identificarlo. No mueves la pierna compulsivamente para arriba y para abajo si te están dando un masaje relajante, cuando estás bajo el agua o cuando estás tumbado en la playa ¿por qué? Si el movimiento de pierna se hace sin sentido podrías moverla en cualquier lugar y momento del día, pero no es así, se hace cuando se está nervioso por algo. Cuando alguien se muerde los labios suele ser porque se acaba de despertar su deseo sexual, suele pasar cuando ves a alguien que te gusta o cuando tienes ganas de sexo. Si ves a alguien haciendo girar su anillo de boda probablemente sentirá un gran arrepentimiento, problemas de pareja o tendrá muchas dudas. Pero para hablar de gestos y como detectar mentiras con ellos tenemos que empezar desde el origen. Gran parte de los gestos básicos de comunicación son los mismos para todo el mundo, cuando alguien está feliz sonríe, cuando se enfadada frunce el ceño, asentir significa universalmente "si" (además lo efectúan de manera innata los invidentes de nacimiento), mover la cabeza de un lado al otro es "no"..., el origen está en nuestro primitivo pasado animal. Cuando mostramos los dientes en un estado de ira y los apretamos como dispuestos para un ataque inminente, mostramos los restos de un gesto que utilizan con asiduidad muchos animales, aunque no tengamos intención alguna de atacar con ellos. Los gestos se hacen sociales y culturales, los hacemos sin conocer su origen. Todo el mundo conocerá estos gestos:
El gesto del OK nació en Estados Unidos cuando en los periódicos se popularizó usar iniciales para hacer frases hechas, su significado es "oll korrect" (all correct o todo correcto). Es un gesto que usamos para indicar que está todo bien, que está todo perfecto y también dice lo mismo el gesto del pulgar hacia arriba. Al igual que las emociones pueden significar muchas cosas dependiendo el contexto, no es lo mismo hacerle un pulgar arriba a un amigo en clase después de copiar su examen que poner un pulgar arriba en la autopista, depende del contexto siempre. El signo de la V sin embargo se interpreta como "arriba", es la V de "victoria", representa al ganador, es curioso que este gesto que hacen las personas al lado del Empire State sacando la lengua o en una playa de agua cristalina poniendo morritos fue popularizada por Winston Churchill como señal de victoria en la Segunda Guerra Mundial. Si estas cosas tan simples dicen tanto, ¿qué no nos dirá el conjunto de los gestos en sincronía? Para sacar unas buenas conclusiones tenemos que mirarlo molarmente. Cada gesto del cuerpo es como una sola palabra y como sabemos una palabra puede tener varios significados, solamente cuando la palabra forma parte de una frase se puede conocer su significado real.
Si un niño pequeño dice una mentira enseguida se pondrá las manos en la boca, esto indica a sus padres que la niña acaba de mentir y este gesto va variando a lo largo de la vida. Cuando eres adolescente y dices una mentira también te llevarás las manos a la boca como la niña pequeña, no lo harás tan bruscamente porque habrás adaptado que es demasiado obvio, por ponértelas en la boca de golpe te pillaron de pequeña, sin embargo es algo automático. Conforme pasa el tiempo el gesto de taparse la boca se vuelve más refinado, cuando un adulto miente su cerebro enseguida ordena a la mano que tape la boca para bloquear la salida de lo que sabe que no es verdad y el resultado puede ser tocarse la nariz. Es algo conocido que la mayoría de los políticos tienen un equipo detrás controlando estos gestos, los entrenan durante años para que se muevan tal y como les dicen que deben moverse. Les dicen que deben juntar sus dedos pulgares con los dedos índices para dar confianza, mantener las palmas para abajo en movimiento mientras hablan para expresar seguridad y para arriba para mostrar confianza. En política el lenguaje corporal lo es todo, tienen que hacerte creer que es verdad lo que dicen y cuando un político logra esto se dice que tiene carisma. Por desgracia son personas y mienten.Ponerse los dedos en la boca o un objeto en su lugar es algo muy usado por mentirosos, su cerebro les da la orden de que deben quedarse calladitos. Gestos como los siguientes nos dicen dos cosas, por un lado tenemos unas ganas feroces de hablar y por otro tenemos mucho por lo que callar, sus propias manos les frenan.
Lo peor a lo que se puede enfrentar la humanidad es a una pandemia, una emergencia sanitaria donde te indican explícitamente que evites tocarte la cara. Es completamente imposible no tocarse la cara y cuanto más mentiroso más se la tocará todavía. Muchos de los microgestos se producen en una fracción de segundo y solamente pueden detectarlos los profesionales, los comerciales entrenados y aquellas personas que tienen un don perceptivo. La cara y el cuerpo se puede leer, el siglo XXI nos otorga el poder de esconder la cara detrás de una pantalla y no tener que exponerlo a la vista. Por ello en un interrogatorio policial se sitúa al individuo en el centro con una luz que le enfoque con fuerza a ella. En los interrogatorios es muy importante la zona personal de alguien, todos hemos escuchado o dicho alguna vez "que corra el aire" cuando alguien se acerca demasiado a ti. Todos somos territoriales individualmente, socialmente tenemos fronteras, países, comunidades, pueblos... en definitiva, diferentes zonas. Las personas tenemos una distancia programada e invisible llamado "espacio privado" y va desde donde nace tu cuerpo hasta 50 centímetros más allá, luego está el "espacio público" que va desde esos 50 centímetros hasta los 150 centímetros. El espacio privado es el más importante y aquel que las personas cuidan como su propiedad, estén donde estén, únicamente se permite la entrada en ese espacio a las personas que más apego emocional tienen. El espacio público lo comparten en reuniones, con conocidos, en el trabajo y más allá de esos 150 centímetros está el "espacio social", es el resto del mundo que camina por la calle. Estos espacios invisibles hacen que nos sintamos incómodos cuando alguien los intenta violar, por ejemplo, en el clásico subir al ascensor con alguien que no conocemos nos hace sentir así, cuando no hay forma de respetar ese espacio. Cuando subes a un autobús siempre buscas un lugar vacío para no sentarte con ningún desconocido y hacemos ese lugar como nuestro y evitamos que otro se siente al lado. Somos territoriales en todos los escenarios de la vida, nos encanta hacer las cosas nuestras, de nuestra propiedad, cuando las cosas que hacemos nuestras de manera posesiva son personas tenemos serios problemas mentales. Haz un autoexperimento y ves un día solo al cine, fíjate en el comportamiento de la gente desde que llegan a la butaca hasta que se sientan, comenzarán como robots a obedecer las reglas no escritas del territorio, pondrán sus cosas en la butaca vacía de al lado para evitar que alguien se siente, si alguien la tiene asignada lo tendrán que sacar cuando se presenten, aunque estén viendo que unos desconocidos están buscando su butaca justo al lado de ellos, en esa butaca están sus chaquetas o su bolso, harán como que no los ven hasta que estos les digan "esta butaca es mía", entonces pedirán perdón y dirán que no se han dado cuenta. Son las reglas del territorio, cuanto más acaparemos mejor. Te darás cuenta de comportamientos como ese y también del por qué los que van al cine