Consagración personal a San José. Santiago Arellano Librada

Consagración personal a San José - Santiago Arellano Librada


Скачать книгу
deseos, las necesidades, las ambiciones, las preocupaciones y en resumen de todo lo que es propio del hombre22.

      Es cierto que la riqueza humana de este oficio es grande. Además, por ser trabajo manual, le da tiempo a la contemplación a la vez que está serrando o martilleando un madero. José no vive acomplejado por ser carpintero, no olvidemos la grandeza de su antepasado que siendo rey había sido pastor.

      El Papa Francisco sigue en aquel discurso, hablando de San José, de su trabajo de carpintero:

      San José, sigue siendo el patrono de los trabajadores y es muy eficaz para encontrar trabajo y ayudarnos en los apuros si se le pide con confianza.

      Cuentan los monjes de la abadía de San José de Clairval:

      Un sacerdote, dedicado durante muchos años al ministerio de las almas en Francia, era consultado frecuentemente por la superiora de un centro social de acogida dirigido por religiosas. Este centro, contaba con más de ochocientas mujeres arrepentidas de mala vida y prostitución que se habían refugiado allí para escapar de esa vida. La superiora recibía encargos de varios grandes almacenes de París y eso era lo que le permitía mantener a tanta gente.

      «Entre nuestras ochocientas chicas, –decía ella a este sacerdote–, hay unas cuatrocientas que viven como verdaderas santas». En un momento dado, las industrias que proveían de trabajo al establecimiento cesaron los pedidos durante cierto tiempo. Se buscó en otro lado un proveedor, pero fue en vano. Ya casi todos los recursos estaban agotados, no se podía continuar más así. «Si no nos llegan auxilios, –dijo la Superiora al sacerdote director suyo–, hay que resignarse a morir de hambre, o despedir a nuestras pobres muchachas. Y si las despacho, ¿acaso no volverán a caer en el vicio y se perderán para siempre? ¿Qué tengo que hacer? El sacerdote le respondió: –Diríjase a San José, comience una novena en su honor con toda su comunidad.

      La Superiora siguió el consejo. A los pocos días, aparece una señora con mucha agitación interior y le dice: –Permítame, Padre, contarle lo que me ha sucedido esta noche y pedirle consejo. He visto aparecer a un anciano venerable que, con un gesto amenazador, me ordenó ir en auxilio de un cierto convento. Desde ese momento, no tengo descanso y estoy presa de una gran agitación. Dígame, pues, Padre, lo que debo pensar de todo esto.

      El sacerdote empezó a sonreír, sabiendo perfectamente de qué se trataba, y le contó todo lo que sabía respecto a la aflicción del establecimiento de acogida y sobre el recurso de las jóvenes a San José.

      –¿No piensa Ud., dijo al despedirse de la señora, que San José oyó la oración de esas pobres chicas y quiso elegirla a Ud. como instrumento de sus misericordias? Sería Ud. digna de lástima si no hiciera caso al santo.

      Meditemos hoy en el carpintero de Nazaret y en su modo de santificar el trabajo, y pidamos en un momento de oración y con el rezo del Santo Rosario, que se nos conceda que se termine tanto paro como hay y la virtud de la laboriosidad ofrecida por amor, además de la gracia especial que pedimos durante este mes de San José.

      San José esposo de la Virgen María, padre y custodio de la Sagrada Familia, celestial patriarca del pueblo de Dios, ruega por nosotros.

      Que Dios te bendiga querido lector, y hasta mañana si Dios quiere.

      21. Papa Francisco, Audiencia general, (Roma, 1 de mayo de 2013).

      22. Henri Caffarel, Op. cit., 21.

      23. Papa Francisco, Audiencia general, (Roma, 1 de mayo de 2013).

      24. Abadía San José de Clairval, Op. cit., 46-48.

      Día 6

       Desposorios y noviazgo de San José y María

      Muy querido lector:

      Dentro de 25 días nos consagraremos a San José. Qué alegría saber que, al unirnos a él, nos unimos de un modo especial también a la Santísima Virgen María, su esposa y junto con ellos podemos ser más perfectamente consagrados al Corazón de Cristo.

      Vamos a meditar hoy el texto del Evangelio de San Lucas 1, 26: «El ángel fue enviado a una doncella desposada, con un varón cuyo nombre era José».

      Desposada quiere decir prometida en matrimonio, pero que no cohabitan. Por eso la Virgen dirá al ángel: «no conozco varón». Es el modo de decir que no tiene relaciones sexuales con ningún varón, porque se ha comprometido con José a un matrimonio virginal. Antes de ese matrimonio hubo un noviazgo y un conocimiento mutuo. La pregunta es ¿cómo supieron José y María que estaban destinados el uno para el otro?

      El Padre Caffarel dice:

      Según todas las apariencias José y María habrían pasado su infancia y juventud en Nazareth y esta proximidad les habría permitido conocerse. María como toda joven israelita, gozaba de bastante libertad: podía cuidar los rebaños, ir a buscar agua a la fuente, hacer visitas o espigar en los campos detrás de los segadores. Nada impedía pues encontrarse con José, lo mismo que con los otros jóvenes. Sin embargo, en algún momento han pensado el uno en el otro de modo distinto, en algún momento se han enamorado.[…]

      Hemos de evitar dos tentaciones. La primera calcar los sentimientos de dos jóvenes cualesquiera que se atraen mutuamente.

      No hay que olvidar que María y José son seres extraordinarios por su santidad, entregados totalmente al Señor y cuyo amor sólo podía surgir de esta luz.

      Hay que apartar de ellos totalmente la impureza y el engaño. La otra tentación sería sustraerlos de la condición humana y negar que entre ellos hubiera podido nacer un amor auténtico.[…]

      Hélène Monguin, en su precioso libro Santos de lo ordinario, nos explica a propósito del conocimiento y noviazgo de Luis Martín y, Celia Guerin, los padres santos de Santa Teresita del Niño Jesús:

      Celia sólo tenía al mismo Espíritu Santo para aconsejarla. Fue que Celia se cruza con Luis casualmente por vez primera. No sólo le impresiona vivamente su buena presencia, sino que además una voz interior le confirma: «es éste el que he preparado para ti».


Скачать книгу