La construcción social del patrimonio a través de los espacios urbanos en Zacoalco de Torres, Jalisco. Lorena Anaya Ortega

La construcción social del patrimonio a través de los espacios urbanos en Zacoalco de Torres, Jalisco - Lorena Anaya Ortega


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las señas de identidad de un pueblo se manifiestan a través de la palabra. Las leyendas zacoalquenses narradas a los visitantes se enriquecerían al mostrarse voces de literatos con sabor regional.

      Entre los escritores que han aportado una visión para el arte y la historia de Zacoalco de Torres se encuentran Luis Sandoval Godoy, Salvador Encarnación y José Ramírez Flores, cuyo trabajo puede leerse en Pueblos, Ver y contar por el sur de Jalisco, y Matrimonio, indígenas de Zacoalco, respectivamente.

      1 Silvia Quezada es profesora e investigadora de la Universidad de Guadalajara. Pertenece al Sistema Nacional de Investigadores, es vicepresidenta del Seminario de Cultura Mexicana Guadalajara y miembro de la Benemérita Sociedad de Geografía y Estadística.

      CAPÍTULO I.

      LA CONSTRUCCIÓN SOCIAL

       DEL PATRIMONIO CULTURAL

      La construcción social del patrimonio cultural a partir del turismo cuestiona diversas problemáticas en su proceso de integración y consolidación; a partir de su valoración y las formas de apropiación de los espacios rurales y urbanos para la transformación en espacios patrimoniales, así como de consumo de bienes culturales, se puede apreciar cómo altera la conformación socioespacial urbana cuando no es articulada para el beneficio de los locales y sus visitantes.

      El patrimonio cultural, entendido como una construcción social, comprende las manifestaciones tangibles e intangibles, producto de la herencia y de la producción cotidiana de nuestra cultura y, según manifiesta en la Carta de Toledo (1986), se halla «permeada, por el pluralismo, diversidad que conforma la memoria colectiva».

      Daniela Marsall (2012, p. 212) argumenta que la construcción social del espacio urbano por el patrimonio se integra por un sistema simbólico que describe, explica y valida un orden cultural determinado según un contexto específico. Esta definición es utilizada para enmarcar el desarrollo de nuestro tema: La construcción social del patrimonio, y su relación con el turismo cultural, ya que es a partir de imágenes y símbolos en los espacios urbanos que se promociona el turismo, por lo cual se medió la construcción social del patrimonio a través de ellos, como materias primas que dan vida al desarrollo del turismo cultural y en la obtención de una experiencia vivida.

      En la construcción social del patrimonio cultural (Nivón y Rosas, 2010) mencionan que el vínculo del patrimonio con el turismo propone una mejor planificación urbana y de enriquecimiento local a partir de una debida explotación de sus recursos culturales y naturales. Se tomó como base de la relación entre la construcción social del patrimonio y el turismo cultural el exitoso caso de la patrimonialización de la Alfarería Gallega, que describe Freire (Freire en Del Mármol et al., 2010, pp. 253-271), representado, reconocido y revalorado en Galicia, España, hasta en épocas recientes, por desarrollar políticas culturales que favorecen a la tradición, costumbres y la identidad del lugar.

      Este tipo de práctica cultural y los servicios derivados por ella a la industria turística han reforzado las identidades locales y han promovido el desarrollo local al mismo tiempo, lo que puede ser un factor que pueda favorecer al municipio de Zacoalco de Torres para su desarrollo sostenible.

      EL PATRIMONIO CULTURAL Y LA IMAGEN EN ZACOALCO

      La dimensión física del espacio no es tan importante, hablando del patrimonio, como la dimensión espacio-temporal. Boullón (2003, p.60) hace una clasificación del espacio partiendo de las dimensiones y de las escalas de la física, para llegar a una cuarta dimensión, en la que el observador es parte del lugar, en donde el espacio se convierte en una imagen en la mente del observador, en el momento en que el hombre interviene como observador, y esta es totalmente subjetiva; es la parte que se estudió en la presente investigación.

      Los espacios urbanos percibidos son diferentes para cada uno de nosotros. Una parte de esta realidad es compartida por un grupo de la población, el que integra características sociales y culturales comunes. Se construye de esta forma, una imagen pública, donde los núcleos urbanos representan el conjunto de calidad de símbolos y caracteres asociados a una ciudad que son compartidos por una mayoría de sus habitantes (Boira, 1992 en Lois 2012, p.287). La investigación toma en cuenta la planificación del uso de sus atractivos turísticos, a partir de un estudio minucioso de la calidad espacial de cada lugar, en el cual se trazan los recorridos ideales para medir los tiempos máximos y mínimos de cada visita.

      Como parte de la investigación representativa a partir de la imagen, se estudió el método de la obra de Kevin Lynch (presente en La imagen de la ciudad de 1960), la «fotopalabra», que sirvió para delimitar aquellas imágenes de espacios que tienen los turistas, locales y prestadores de servicios, y para identificar la del patrimonio cultural, a partir de las sendas, los mojones y los bordes, y que se convierten al territorio, concepto geográfico, en espacio, concepto social, y posteriormente a un paisaje, que para el estudio de este documento se tomará como espacio cultural. Este autor menciona la «fotopalabra» para delimitar aquellas imágenes de espacios que tienen los turistas, locales y prestadores de servicios, así como para identificar la construcción social del patrimonio cultural. Para su estudio se describe la imagen del municipio de Zacoalco de Torres, donde se mencionan a continuación los siguientes elementos para el desarrollo a partir de Kevin Lynch (2013, p.60).

      1. Las sendas: como las vías por las cuales se establecen recorridos y secuencias espaciales de observación y reconocimiento, pueden estar representadas por calles, senderos, líneas de tránsito, canales o vías férreas.

      2. Los bordes, barreras o pantallas, actúan como límites, elementos que bloquean total o parcialmente la percepción son los límites entre dos fases, rupturas lineales de la continuidad, constituyen barreras laterales y no ejes coordinados, son fronterizos y actúan como rasgos organizadores.

      3. Los nodos o hitos constituyen los puntos singulares de referencia y de reconocimiento, constituyen los focos intensivos de los que parte o a los que se encamina. Pueden ser una ruptura en el transporte, un cruce o una convergencia de sendas, momentos de paso de una estructura a otra. También pueden ser concentraciones cuya importancia se debe a que son la condensación de determinando uso o carácter físico, como una plaza donde ser reúne la gente o una plaza cercada. Algunos de estos nodos constituyen el foco principal del barrio sobre el que irradian su influencia y del que se distinguen como símbolo. Se les puede dar el nombre de núcleos. El concepto de nodo está vinculado con el concepto de senda, ya que las influencias son típicamente la convergencia de sendas, acontecimientos en el recorrido.

      4. Los barrios o distritos son las secciones de la ciudad cuyas dimensiones oscilan entre medianas y grandes, concebidas como de un alcance bidimensional, en el que el observador en «su seno» mentalmente y son reconocibles como si tuvieran un carácter común que los identifica. Siempre identificables desde el interior, también se les usa para referenciar exterior en caso de ser visibles desde afuera.

      5. Mojones: son otro tipo de punto de referencia, pero en este caso, el observador no entra en ellos, sino que le son exteriores. Por lo común se trata de un objeto físico, definido con bastante sencillez, por ejemplo, un edificio, una señal, una tienda o una montaña. Su uso implica la selección de un elemento entre una multitud de posibilidades. Algunos mojones están distantes y es característico que se les vea desde muchos ángulos y distancias, por arriba de la cúspide de elementos más pequeños, y que se les utilice como referencias radiales. Pueden estar dentro de la ciudad o a tal distancia que para todo fin práctico simbolicen una dirección constante.

      De este tipo de mojones son las torres aisladas, las cúpulas doradas y las grandes colinas. Otros mojones son fundamentalmente locales, siendo visibles únicamente en localidades restringidas y desde determinados accesos. Entre ellos figuran los innumerables letreros, frentes de tiendas, árboles, tiradores de puertas y otros detalles urbanos que caben en la mayoría de los observadores. Esto es, de claves de identidad e incluso de estructura usada frecuentemente y parece que se confía en ellas a medida que el trayecto se hace más familiar (Lynch, 2013, pp. 62-64). Estas marcas no son fronteras administrativas,


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