Black Sabbath. César Muela
tengo el nuevo nombre». Hizo una pausa dramática y disparó: «Black Sabbath». Se hizo el silencio y Jim Simpson, que también estaba allí, dice que los chicos tardaron dos segundos en gritar «¡sí!» a la propuesta del bajista. «El nombre sonaba misterioso, le daba a la gente algo en que pensar, y nos dio una dirección que seguir», confiesa Tony. Era como una declaración de principios. Mientras los Beatles cantaban optimistas «yeah, yeah, yeah», Ozzy gritaba «no, no, por favor, no».
Por supuesto, el contexto histórico y cultural hacía mucho. Era verano de 1969 cuando decidieron convertirse en Black Sabbath y, como ya repasamos en anteriores páginas, había un ambiente de crispación y agitación en todo el mundo, con la Guerra Fría por un lado y el movimiento hippie por otro.
Semánticamente, Black Sabbath, que se traduce en español como «Sabbat Negro», hace referencia al día sagrado de la semana para los judíos rabínicos y mesíanicos. Se celebra cada semana desde la tarde del viernes hasta la noche del sábado, y los judíos que lo practican deben seguir una serie de preceptos, como evitar cualquier tipo de trabajo. Esto va desde cocinar, lavar la ropa hasta incluso tocar un instrumento musical. Es el equivalente al domingo, el «Día del Señor» y del descanso en el cristianismo. De hecho, hasta la Revolución francesa (1789-1799), los países cristianos tenían por costumbre prohibir también el trabajo, salvo tareas urgentes, y en la actualidad suele ser considerado día no laborable en gran parte de la sociedad civil occidental.
¿Por qué usar un término religioso y ponerle el adjetivo «negro»? Aquí hay que remontarse a la inspiración que le sirvió a Geezer para proponer el nombre. El bajista cuenta que su hermano había visto a principios de los años sesenta la película de terror Black Sabbath, dirigida por Mario Bava, y que no dejaba de hablar de ella. Fue una cinta de bajo presupuesto que no funcionó demasiado bien cuando se estrenó en los cines entre 1963 y 1965, pero con los años se fue convirtiendo en una película de culto y es habitual verla en los listados de «mejores películas de terror de la historia». Sea como sea, Geezer afirma que siempre le había parecido un buen nombre para un grupo. Vale, ¿pero y lo del color negro de dónde viene? El título original de la película es I tre volti della paura, o Las tres caras del miedo en español, por lo que parece que aquí no hay ninguna referencia de la que tirar. Sin embargo, para el mercado inglés se tradujo como Black Sabbath como guiño a la película justo anterior de Bava, que se llamaba Black Sunday, y que fue su debut como director y un éxito de crítica y público. Una vez más, el título original era diferente, La maschera del demonio, La máscara del demonio en español, y aquí ya nos vamos aproximando al quid de la cuestión. Era una película gore muy explícita y fue censurada por ello durante un tiempo en Reino Unido, pero la clave está en esa mención al demonio en el título y a la brujería en su argumento, pues la protagonista es una bruja condenada a muerte que vuelve a la vida 200 años después para vengarse.
Siguiendo la pista del mismísimo Belcebú, encontramos el ritual sacrílego conocido como Misa negra, relacionado con el satanismo. Sus seguidores explican que consiste en invertir una misa católica convencional y burlarse de ella y de la crucifixión de Jesucristo, motivo por el que históricamente se han basado en ritos sexuales o de sangre, incluyendo a menudo sacrificios. Suele estar aceptado que la ceremonia concluye con la llegada del propio diablo, frecuentemente representado con forma humana y cabeza de chivo. Si seguimos buceando en el culto a Satán, nos toparemos con la Biblia Satánica de Anton LaVey, que es normal encontrarse con el apellido «negra» al final y también que sea el color de su portada. Tampoco podemos obviar la «magia negra», asociada a brujas, esoterismo y maldad. Por lo tanto, utilizar «Sabatt Negro» puede ser, como con todos los ejemplos que hemos comentado, una especie de símbolo para hacer todo lo contrario de lo que dice el Sabatt convencional. ¿No se pueden tocar instrumentos? Pues vamos a hacer un grupo de música y subir el volumen todo lo que podamos. Tiene una connotación de rebeldía, además de esoterismo y oscuridad.
Y este es el estandarte que irguieron Tony, Ozzy, Geezer y Bill a partir de entonces. Lejos de quedarse en una mera anécdota, el nombre sirvió para cimentar los pilares de toda la música de Black Sabbath.
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(1) Tony Iommi, T.J. Lammers, Iron Man: My Journey Through Heaven and Hell with Black Sabbath, Simon & Schuster Ltd, 2011
(2) Ozzy Osbourne, Chris Ayres, I Am Ozzy, Sphere, 2010
(3) https://youtu.be/AuV0GVVGlCw
(4) Hay varias versiones sobre esto: una, que el cartel lo puso antes de entrar en The Rare Breed y que fue así como conoció a Geezer; otra, la que establece que el cartel lo puso después de The Rare Breed. Opto por seguir esta última porque es la que parece tener más sentido según lo que cuentan sus protagonistas.
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