Guillermo Buitrago: Precursor de la música vallenata. Édgar Caballero Elías
clavaste tu mirada mansa y buena
y desde ese instante de ti, yo me prendé.
Un día te apartaste de mi vía
nunca supe qué destino tomarías
solo sé que de ti quedé prendado
y por ti, mi muñeca estoy soñando.
Qué martirio amar sin ser amado
qué tragedia querer a un ser de piedra
qué indiferencia, altiva y presumida
pasó por mi camino un bello día.
Yo le pido a la Virgen Milagrosa
que de mí se compadezca y me consuele
que tu regreses y vuelvas a mirarme
que si me miras tranquilo moriré.
“Anhelos”, “Falsas caricias” y “Linda Nena” fueron piezas de Guillermo Buitrago que no corrieron la suerte de otras interpretadas por él. Infortunadamente muchas de sus composiciones desaparecieron, incluso algunas puestas en acetatos, pero que no fueron prensadas por sello alguno.
Teresa Mercedes
Los paseos “Teresa Mercedes”, dedicado a su madre, y “Mala noche”, cuya figura principal era Sócrates Villero (el negrito Figurín), hacen parte de esa larga lista de discos perdidos y apetecidos por los coleccionistas de música.
Teresa Mercedes
una mujer singular
que tenía la mano lista
para siempre regalar.
Daba lo que tenía
y se quedaba sin nada
gozaba haciendo favores
así era Teresa Mercedes
siempre Teresa Mercedes
Tenía algo que regalar
y daba lo que tenía
y se quedaba sin nada.
Oye Teresa Mercedes
que dice Juana Canal
que le prestes cinco pesos
y le des un poquito de sal.
Muy contenta y alegre
viene Teresa Mercedes
ya regaló hasta su casa
y ahora sí que está feliz.
Mala noche
Lo cantaba en la emisora de Víctor Roberto Pereira, al presentar al negrito Figurín, su ahijado, que salía a bailar, disfrazado de rumbero, en la pista del radioteatro.
Decía así:
El negrito Figurín
es un rey para bailar
canta bien los paseos
y es un as en la cumbiambas.
Sócrates Antonio Villero
en mala noche te veía,
tus ojos como luceros
tenían fuego y calor
y yo te ofrecía un trago
de media botella de ron.
Qué mala noche pasamos
al pie de un negro cajón
el muerto se hacía el pesado
Y sin media botella de ron.
El negrito Figurín
es un rey para cantar
y al escuchar un paseo
abandonó aquel velorio
para ponerse a bailar.
Entre otros acetatos perdidos, con piezas de su autoría, se encuentran “La rosca”, dedicado a los reinados del carnaval cuando estos eran dirigidos por “un monopolio de una estirpe que imponía autoridad y mando en la jurisdicción social carnestoléndica”; así como “Los choferes”, que dedicó a los taxistas de la ciudad, especialmente a su cuñado Francisco Feoli Dilioni, Chicho Feoli, dueño de una flota de carros de plaza y de un bus que recorría la ruta Ciénaga-Santa Marta-Ciénaga, que él mismo manejaba. En la canción mencionaba, en forma jocosa, a todos los choferes de la época.
Linda nena
Sin embargo, es en ritmo de vals que hace uno de sus más bellas páginas musicales, inspirado por la hermosura de una dama cienaguera, que era todo un primor de dulzura y belleza. La conoció una noche del mes de diciembre, en un cumpleaños de Dubys, en casa de la familia Pipán. Ella jamás supo del flechazo, ni de la devoción de Buitrago, cautivado por su rostro angelical.
Linda nena tus ojos me hacen soñar
Linda nena tu mirada es consuelo sin par
no comprendes que te amo con loca pasión
no comprendes que mi alma te llora,
te canta y te implora le entregues su amor.
Tus sonrisas la noche del baile
extasiaron mi fiel corazón,
en tus ojos yo leí la esperanza
que anhelaba sediento de amor.
Hoy tu imagen indeleble en mi mente
me deja inconsciente por tu fiel mirar.
Linda Nena no puedo olvidarte
no puedo arrancarte de mi corazón.
La pieza fue grabada en pasta de acetato en los estudios de Juancho Armenta Vázquez, en Ciénaga. Posteriormente sería reeditada para el sello Atlantic, K-5565, lado B.
Las mujeres a mí no me quieren
Para algunos amigos entendidos resulta incomprensible que Guillermo haya compuesto este tema. Sin ser un mujeriego incorregible, casi nunca fue rechazado en sus pretensiones. El merengue, más allá de su contenido real, de los motivos del músico para componerlo, se constituyó muy pronto en un éxito, al que contribuyeron la picardía de la letra y la cancha de Buitrago al interpretarlo.
Las mujeres a mí no me quieren
porque es que yo no tengo plata
las mujeres se van con los ricos
siempre le resultan lata.
Y este verso no es pa´ mi
desde lejos lo conocí
Las mujeres en el amor
se parecen al acordeón
ay si se afloja la boca
se le aprieta el diapasón
Y este verso no es pa´ mi
desde lejos lo conocí
La araña pelúa
La cartagenera Argénida fue uno de los amoríos del músico. “Era una mujer simpatiquísima, y entre las cosas que llamaba la atención era que tenía muchos vellos, y ese distintivo preocupaba mucho a Buitrago”, comentaba Darío Torregroza, conocedor de intimidades de su protegido. Una tarde discutieron