Métodos de investigación cualitativa. Fundamentos y aplicaciones. Dagoberto Páramo Reales

Métodos de investigación cualitativa. Fundamentos y aplicaciones - Dagoberto Páramo Reales


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y los modelos existentes y, desde ahí, tratan de encontrarle sentido estadístico a las realidades sociales en estudio. Al apoyarse en la teoría sobre la cual formulan sus hipótesis de investigación, es difícil dimensionar la realidad social en estudio si esta no ha sido considerada previamente desde algún marco teórico. Solo se podrá abordar lo que está teóricamente construido en otras realidades y, desde esta perspectiva, la “investigación cuantitativa no estudia la realidad social, sino que busca en qué realidad social encaja la teoría existente” (Páramo y Ramírez, 2017).

      En total oposición están los investigadores relativistas, quienes se apoyan en múltiples métodos inductivos a fin de poder estudiar las realidades sociales desde sus propias complejidades. En lugar de apoyarse en teorías existentes y desde ahí deducir las realidades sociales, el relativismo busca que la teoría sea construida desde las prácticas cotidianas de los investigados. Al no partir de teorías preestablecidas, es posible extraer las denominadas “teorías implícitas” que, al sistematizarse, permiten formular nuevos planteamientos teóricos que dan cuenta de la cotidianidad de los investigados.

      Rol del investigador

      Buscando ser objetivos e imparciales, a los investigadores positivistas se les exige alejarse del objeto de estudio a fin de evitar sesgos, tanto en el planteamiento del problema de investigación como en su desarrollo. Al alejarse, se supone que los investigadores no podrán incidir en los hallazgos y, por ello, se les prohíbe que tomen parte activa en la recopilación de la información con la que resolverán el problema de investigación planteado. Asimismo, se les instruye a quienes recolectan la información con una serie de prácticas concebidas para evitar que aspectos como el tono de voz, los gestos y la ayuda a los investigados influyan en las respuestas proporcionadas por los participantes en la investigación.

      Dado que el investigador relativista debe ver la realidad social desde la perspectiva de los investigados, está obligado a sumergirse en tales circunstancias de tiempo y de lugar. Para ello, debe aprender a desprenderse de sus preconcepciones y saberse un instrumento de recopilación de información y no, simplemente, un conductor de la misma. Su visión deberá ser separada de lo que observa, de lo que indaga, de lo que analiza y, sobre todo, de lo que interpreta. Este proceso de inmersión le permitirá ir acumulando la información necesaria para resolver el problema de investigación.

      Criterio de investigación

      Teniendo en cuenta que el positivismo busca poner a prueba las teorías existentes a través de la formulación de hipótesis de investigación, exige que sus datos tengan una reveladora conexión entre las variables de causa y efecto, así como que posean la cabida de representar sus resultados con discutible valor de confianza (Páramo, 2000). Dicha información se valida recurriendo a sofisticadas técnicas estadísticas bastante desarrolladas para demostrar que cada constructo tiene su significación estadística mínima. Existe al respecto una inmensa batería de indicadores con los cuales se busca asegurar que lo que se está midiendo es lo que se quiere medir y que los resultados pueden ser extrapolados a la población a la que pertenecen los investigados.

      Por su parte, los métodos relativistas se esfuerzan de manera significativa para que lo que se afirma como “lo descubierto” (como resultado del proceso de investigación) corresponda lo más fielmente posible con la realidad estudiada. Esta “fidedignidad” se demuestra mediante el aporte de evidencias textuales, sonoras, gráficas, pictóricas o fílmicas, tomadas directamente de la realidad social en estudio. De esta manera, se pretende que cada afirmación tenga un respaldo innegable de lo tomado por los investigadores en el momento de recopilar la información y que, además, pueda ser contrastada con otros miembros del grupo social o por expertos estudiosos del fenómeno en cuestión. Dicho esto, la información les proporciona a las investigaciones un creíble grado de verosimilitud con el que se sustentan los hallazgos.

      Relación con la teoría

      Las investigaciones positivistas parten de la teoría existente, sistematizada en modelos cuyo propósito fundamental es validarla, ponerla a prueba en el marco de determinado contexto. Por ello, todas estas investigaciones están precedidas de profundos y rigurosos marcos teóricos que sirven no solo para establecer las hipótesis y los instrumentos de recopilación de los datos, sino —y sobre todo— para interpretar los resultados obtenidos. Los hallazgos son discutidos con los autores sobre los que se ha basado la investigación.

      En contraste, la investigación relativista pretende formular teorías a partir de las realidades sociales estudiadas. Para lograrlo, los investigadores aprenden a extraer de la vida cotidiana de los investigados los modelos en los que ellos se apoyan de forma implícita para llevar a cabo sus propias prácticas. Esta característica no significa que la investigación relativista sea “ateórica”, (sin teoría previa), sino que el uso que hace de la teoría es diferente. La teoría existente sirve para contrastar los hallazgos que vayan surgiendo y no para ser validada. Esto evita que se declare el descubrimiento de una nueva teoría sin que ello sea así.

      Empleo de conceptos

      Los conceptos a utilizar en una investigación positivista deben ser medibles porque todo aquello que no se puede medir no existe (Hirschman, 1990; 1992). Como se busca validar las teorías existentes, todo constructo tiene que ser medible e, indefectiblemente, ligado a la teoría en cuestión. Así, se han construido escalas de medición con las cuales se han venido estudiando complejos conceptos que han terminado siendo irreales, dado que existen un sinnúmero de aspectos humanos difíciles y bastante complejos como para visualizarlos desde una escala numérica o semántica. Si bien es cierto que ello ha facilitado la medición y el procesamiento matemático de las características demográficas o emocionales de una población, los resultados no siempre expresan con contundencia la realidad vivida al interior de determinado grupo social. Se ha recurrido a múltiples escalas de diferente complejidad —desde las univariadas a las multivariadas—, con las que, a través de diferentes medidas (chi cuadrado, pruebas z, pruebas t) (McDaniels y Gates, 1999), se busca asegurar que las hipótesis gozan de toda la credibilidad una vez recopilados los datos. Análisis discriminantes, análisis factoriales, análisis de varianzas, análisis de covarianzas, regresiones múltiples, modelos de ecuaciones estructurales, son algunas de las técnicas puestas al servicio de las investigaciones cuantitativas.

      Por el contrario, desde el relativismo se busca captar los significados que los miembros de un grupo social le asignan a determinado fenómeno en estudio. Los conceptos que se plantean como hallazgos se estructuran a partir de lo que para los miembros de un grupo social connotan sus propias prácticas. En lugar de intentar cuantificar sus hallazgos, los relativistas hacen esfuerzos para comprender cada hecho desde la perspectiva de los investigados, entendiendo que para ellos cada acto social o individual ha sido originado, aceptado, promovido y defendido en el seno de sus propias dinámicas de interacción. Se niegan a asignarle a cada categoría una cifra que le proporcione mayor credibilidad a los datos. Prefieren que cada implicación social tenga un sustento en la realidad estudiada y no en refinadas teorías.

      Formas de los datos

      Como se quiere medir todo lo socialmente existente, los datos de las investigaciones positivistas adquieren forma numérica de acuerdo con los parámetros de procesamiento y la comprensión cuantitativa. Se rigen por las leyes matemáticas y las significaciones estadísticas con las cuales pretenden darle un sentido de credibilidad, rigurosidad y cientificidad.

      Los relativistas recurren a descripciones textuales tomadas ya sea de las entrevistas realizadas a los investigados o de los rigurosos protocolos de observación traducidos en fotos, audios, imágenes, videos, gráficas, figuras, cuadros sinópticos. El instrumento de presentación de los resultados es la palabra o las cadenas lingüísticas con las cuales se quiere evidenciar de forma fidedigna el lenguaje y el pensamiento


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