Doce Pasos y Doce Tradiciones. Anonimo
juicios extremos. Adoptar un punto de vista objetivo. El Octavo Paso es el principio del fin del aislamiento.
“Reparamos directamente a cuantos nos fue posible el daño causado, excepto cuando el hacerlo implicaba perjuicio para ellos o para otros.”
Una mente tranquila es el requisito primordial para el buen juicio. Al hacer enmiendas es importante escoger el momento oportuno. ¿Qué es el valor? La prudencia significa correr riesgos razonables. Las enmiendas empiezan a hacerse cuando nos unimos a A.A. No se puede comprar la tranquilidad espiritual a expensas de los demás. Necesidad de ser discretos. Estar dispuestos a aceptar las consecuencias de nuestro pasado y asumir la responsabilidad por el bienestar de los demás constituye el espíritu del Noveno Paso.
“Continuamos haciendo nuestro inventario personal y cuando nos equivocábamos lo admitíamos inmediatamente.”
¿Podemos mantenernos sobrios y emocionalmente equilibrados sean cuales sean las circunstancias? El autoexamen se convierte en costumbre. Admitir, aceptar y corregir pacientemente los defectos. La resaca emocional. Cuando hemos hecho las paces con el pasado, es posible hacer frente a los problemas actuales. Los diversos tipos de inventario. Ira, resentimientos, celos, envidia, lástima de sí mismo y orgullo herido—todos nos llevaban a la botella. El dominio de uno mismo es el primer objetivo. Un seguro contra la grandiosidad. Consideremos tanto lo positivo como lo negativo. Examen de los motivos.
“Buscamos a través de la oración y la meditación mejorar nuestro contacto consciente con Dios, como nosotros lo concebimos, pidiéndole solamente que nos dejase conocer su voluntad para con nosotros y nos diese la fortaleza para cumplirla.”
La meditación y la oración son los principales conductos hacia el Poder Superior. La relación entre el autoexamen y la meditación y la oración. Una base firme para toda la vida. ¿Cómo debemos meditar? La meditación no tiene fronteras. Una aventura individual. El primer resultado es el equilibrio emocional. ¿Y la oración? Pedir a Dios diariamente que nos ayude a conocer Su voluntad y que nos conceda la gracia para cumplir con ella. Los resultados concretos de la oración son incuestionables. Las recompensas de la meditación y la oración.
“Habiendo obtenido un despertar espiritual como resultado de estos pasos, tratamos de llevar el mensaje a los alcohólicos y de practicar estos principios en todos nuestros asuntos.”
La alegría de vivir es el tema del Duodécimo Paso. Acción es la palabra clave. El dar que no pide recompensas, el amor al que no se puede poner precio. ¿Qué es un despertar espiritual? Se nos concede un don que nos produce un nuevo estado de conciencia y una nueva forma de ser. La disposición para recibir este don radica en la práctica de los Doce Pasos. Una magnífica realidad. Las satisfacciones de ayudar a otros alcohólicos. Los diversos tipos del trabajo de Paso Doce. Los problemas que presenta el trabajo de Paso Doce. Consideraciones sobre practicar estos principios en todos nuestros asuntos. La monotonía, el dolor y la calamidad pueden convertirse en bienes útiles por medio de la práctica de los Pasos. Dificultades que pueden surgir. “Paso doble”. Practicar todos los Doce Pasos en vez de sólo dos y la demostración de la fe. El desarrollo espiritual es la solución a nuestros problemas. Anteponer el desarrollo espiritual a todo lo demás. Dominación y dependencia excesiva. Llevar nuestras vidas en un plan de dar-y-tomar. La dependencia de Dios es necesaria para la recuperación de los alcohólicos. “Practicar estos principios en todos nuestros asuntos.” Las relaciones domésticas. Cambiar el punto de vista sobre cuestiones materiales. Y también las ideas referentes a la importancia personal. Los instintos vuelven a cobrar su verdadero propósito. La comprensión es la clave de las actitudes correctas, las acciones correctas son la clave del buen vivir.
“Nuestro bienestar común debe tener la preferencia; la recuperación personal depende de la unidad de A.A.”
Sin unidad, A.A. muere. Libertad personal y, no obstante, gran unidad. La clave de la paradoja: la vida de cada miembro de A.A. depende de su obediencia a principios espirituales. El grupo ha de sobrevivir o el individuo perecerá. El bienestar común tiene la preferencia. La mejor manera de vivir y trabajar juntos en grupos.
“Para el propósito de nuestro grupo sólo existe una autoridad fundamental: un Dios amoroso tal como se exprese en la conciencia de nuestro grupo. Nuestros líderes no son más que servidores de confianza. No gobiernan.”
¿Dónde obtiene A.A. su orientación? La única autoridad en A.A. es un Dios amoroso tal como se exprese en la conciencia del grupo. Formación de un grupo. Dolores de crecimiento. Los comités rotativos son los servidores del grupo. Los líderes no gobiernan, sirven. ¿Tiene A.A. un verdadero liderazgo? “Ancianos estadistas” y “viejos resentidos.” Habla la conciencia de grupo.
“El único requisito para ser miembro de A.A. es querer dejar de beber.”
La intolerancia inicial basada en el temor. Privarle al alcohólico de la oportunidad de unirse a A.A. a veces equivalía a pronunciar su sentencia de muerte. Se eliminaron los reglamentos para hacerse miembro. Dos ejemplos de experiencias. Cualquier alcohólico es miembro de A.A. cuando él dice que lo es.
“Cada grupo debe ser autónomo, excepto en asuntos que afecten a otros grupos de A.A. o a A.A. considerado como un todo.”
Cada grupo dirige sus asuntos como mejor le parezca, excepto cuando A.A. como un todo se ve amenazado. ¿Es peligrosa tal libertad? El grupo, al igual que el individuo, tarde o temprano tiene que ajustarse a principios que garantizan su supervivencia. Dos señales de peligro—un grupo no debe hacer nada que perjudique a A.A. como un todo, ni debe afiliarse a intereses ajenos. Un ejemplo: el “Centro A.A.” que no funcionó.
“Cada grupo tiene un solo objetivo primordial: llevar el mensaje al alcohólico que aún está sufriendo.”
Más vale hacer una sola cosa bien que muchas mal hechas. La vida de nuestra Comunidad depende de este principio. La capacidad de A.A. para identificarse con el principiante y ayudarle a recuperarse es un don de Dios… nuestro único objetivo es transmitir este don a otros. No se puede mantener la sobriedad si no se entrega a otros.
“Un grupo de A.A. nunca debe respaldar, financiar o prestar el nombre de A.A. a ninguna entidad allegada o empresa ajena, para evitar que los problemas de dinero, propiedad y prestigio nos desvíen de nuestro objetivo primordial.”
La experiencia nos demostró que no podíamos respaldar a ninguna empresa allegada, por buena que ésta fuera. No podíamos serlo todo para todos. Nos dimos cuenta de que no podíamos prestar el nombre de A.A. a ninguna actividad ajena.
“Todo