Música y matemática en la filosofía de Platón. Roberto Alfonso Rivadeneyra Quiñones
en la filosofía de Platón: el físico, el moral y el psicológico. Asimismo, de qué manera estos males son un impedimento para que la persona logre el autoconocimiento. Indirectamente, abordaré otros temas relevantes para el propósito principal de esta investigación.
Quiero advertir al lector que aquí realizo una lectura de los diálogos de Platón en sentido intertextual, como lo sugieren, entre otros, Gerson (2013), Szlezák (1991), Press (2002) y Sayre (2002), quienes piensan que la filosofía de Platón, si bien es cierto que responde a un periodo cronológico y algunos temas los fue afinando, encuentran que puede leerse de modo interdialógico, o como el mismo Press (2002: 238) escribe: contextualismo, holismo y organicidad son los principios con los cuales se lee la exégesis platónica. Lo mismo haré yo y, revisando algún contenido de la filosofía de Platón, será común encontrar que recupere dos o más diálogos para mostrar el desarrollo de alguna premisa o argumento. Pienso, junto con los autores citados, que Platón constantemente revisó los tópicos principales de su filosofía, por lo que es natural encontrar la discusión alrededor de, por ejemplo, lo que es el alma, desde Cármides hasta Leyes. Otros, como la Teoría de las ideas, aparecen tímidamente antes de Fedón, pero casi en todos los demás diálogos posteriores al mencionado. También advierto que a lo largo del libro utilizaré el griego entre paréntesis en la línea o párrafo correspondiente cuando considere que es mejor para la comprensión del tema desarrollado en esa instancia. Cuando no sea así, las oraciones en griego estarán a pie de página.
El libro está dividido en cuatro capítulos. En el primero abriré con la pregunta por el mal: qué es, cómo es que existe y si en Platón hay una filosofía relacionada con este tema. Para hacerlo será necesario remitir a la idea del Bien y por contraste explicar el mal. En los diálogos se encuentran tres tipos de males: el físico, el psicológico y el moral. Revisaré la tesis del alma perversa sugerida a propósito del desarrollo contra los ateos en Leyes X. Me sumergiré en el mal moral, desde el intelectualismo que tanto Sócrates como Platón establecieron. Asimismo, haré evidentes las diferencias entre el intelectualismo de Sócrates y el de Platón, que si bien inicialmente pudieran parecer lo mismo bajo la tesis de que nadie obra mal intencionadamente, existen unos matices importantes entre cómo lo desarrolla y busca resolver Sócrates y cómo lo hace Platón. Por último, en ese mismo capítulo desarrollaré el tema del mal cosmológico que impacta en el mal físico.
En el segundo capítulo estableceré las conexiones entre la filosofía de Pitágoras y la de Platón. Hablaré de la importancia de las matemáticas y la numerología pitagórica como determinantes en la concepción metafísica del cosmos y del ser humano. Explicaré su descubrimiento de la armonía y las proporciones matemáticas en la música y cómo Platón lo incorpora en su propia filosofía cosmológica.
En el tercer capítulo haré una exploración de la concepción que Platón tenía sobre el alma humana para comprender su estructura, partes y funcionamiento. Aquí revisaré diálogos como Fedón, República IV, Fedro y Timeo. Explicaré la progresión geométrica y musical de la que está compuesta el Alma del mundo (Am), donde las teorías pitagóricas están presentes, así como la maduración de éstas en la filosofía platónica. Conectaré esto con el alma humana (Ah) para comprender mejor la relevancia de las matemáticas y de la música en su composición.
Finalmente, el último capítulo lo dedico al tema de la educación, en donde engarzo todos los temas desarrollados a lo largo de la investigación mediante las propuestas pedagógicas que aparecen en los diálogos de Platón. Hago ver el proceso cognitivo del elenco socrático —mayéutica e ironía— que Platón continuó utilizando hasta el final de sus días. Asimismo, explico la propuesta pedagógica de Platón que aparece en República VII, donde las matemáticas son materia indispensable para el desarrollo de la dialéctica, estableciendo también el vínculo que tiene con la alegoría de la línea que desarrollé desde el primer capítulo. Continúo con la exposición sobre la gimnasia y el ritmo como elementos fundamentales en la pedagogía de un ser humano sano. El capítulo lo cierro con la discusión que desde Fedón queda abierta sobre si el alma es una cierta armonía o está en armonía; las implicaciones que se derivan de una y otra concepción, y las posibles soluciones al dilema que surgen en otros diálogos.
El trabajo presentado aquí pretende comprender la sentencia platónica sobre las matemáticas, la música y la gimnasia como elementos pedagógicos. ¿Por qué estos elementos y no otros? ¿Qué tienen de especial estos tres que forman parte de la propuesta pedagógica más importante para la educación de un filósofo? El filósofo rey debe someterse a este proceso matemático, musical y gimnástico si quiere ser un verdadero filósofo. El instruido en ello será capaz del conocimiento más excelso por cualquier humano: la Idea del Bien.
Lo que realizo a lo largo de las siguientes páginas es articular estas disciplinas con el ideal griego basado en la virtud que pretende formar hombres bellos y buenos. Este tipo de hombre, nota Platón, es posible cuando se autoconoce, al desarrollar sabiduría y buscar ser lo más posible semejante a Dios. Esta idea, que aparece apenas un par de veces en la obra platónica, es el núcleo de toda acción moral. Sin embargo, ser lo más posible semejante a Dios implica una separación del componente material que aqueja inevitablemente a toda persona. Aquí es donde las matemáticas alcanzan su poder, pues mediante su estudio, según se verá en los capítulos 2 y 4, el hombre aprende a pensar cada vez más las cosas en sí, puras, prescindiendo de la materia a la que están atadas. Entre las matemáticas está la armonía y ésta une los números con las notas musicales.
Mi intención es mostrar que el sistema filosófico de Platón fue diseñado para entender y explicar cómo debe ser la mejor forma de vida para el ser humano. Porque, así como Sócrates sentenció que una vida sin examen no merece la pena de ser vivida por el hombre, Platón consideró que una vida sin música, matemáticas ni gimnasia, es una vida en las profundidades de la caverna que distancia a la persona del gozo al que es meritorio cuando se autoconoce como un ser capaz del Bien. La metafísica queda al servicio de la antropología, y la música y las matemáticas son el engarce que une lo humano con lo divino, lo cósmico con lo terreno. La gimnasia entrena al cuerpo que habrá de participar de esta música y de estas matemáticas para que la salud sea una aliada en la máxima experiencia humana: la contemplación de la verdad.
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