12+1 Faros para una vida con sentido. Javier Gaspar
por una falta de autoestima, de autoconcepto, de autoridad personal y de amor propio. Si crees en ti, en cambio, casi todo es posible. No importa si eres alto o bajo (yo mido 1,70 m), gordo o flaco (a mi me sobran algunos kilos), sabio o ignorante (yo siempre estoy tratando de aprender porque creo que nunca sé suficiente), guapo o feo (bueno, eso vamos a dejarlo). Lo que importa es que creas en ti y en lo que te propongas hacer en la vida.
Nunca podrás lograr nada si no crees que puedes conseguirlo. Tu subconsciente te saboteará y pondrá todo tipo de excusas y resistencias. Lo dijo de una manera muy certera Henry Ford, el gran empresario automovilístico: “Tanto si crees que eres capaz como si no, estás en lo cierto”. Porque tú eres tu ángel y tu diablo, tu infierno y tu cielo. Si algo he conseguido en mi vida, dicho sea con toda la sencillez, es porque creo en mí. Cuando tengo un sueño en la cabeza, ¡que se prepare el universo, porque yo no voy a parar! Me pongo las pilas y no paro hasta conseguirlo. Como Walt Disney, creo en mis sueños, los visualizo y los persigo.
“¿Cómo he conseguido, partiendo de casi nada, tener una vida plena? Te lo diré: creyendo en mí mismo.”
También existe el puro azar, claro. Muchas cosas no dependen de nosotros o no están a nuestro alcance. Sería pretencioso creer que podemos conseguir cualquier cosa en cualquier circunstancia. Pero lo que no podemos hacer es ampararnos en eso para dejar de intentarlo. La vida nos ha dotado de todo lo necesario para imaginar grandes sueños y hacerlos realidad. Si te paras un momento a pensar, verás que todo lo que conseguimos en la vida ha sucedido primero en nuestra imaginación. Luego, gracias a la voluntad, el corazón, el esfuerzo y toneladas de errores, paciencia y perseverancia, lo conseguimos. Yo al menos no conozco otro sistema.
El patrón para crear una nueva realidad pasa por la imaginación, el corazón, la voluntad, el trabajo y la perseverancia. Si pones en práctica este sistema y lo aprendes, puedes repetirlo tantas veces como quieras. Y puedes soñar cada vez con objetivos más altos, más ambiciosos, más enriquecedores.
Desafíate y atrévete a hacer para crecer. Porque sólo conseguirás desarrollar tu autoestima, tu autoconcepto y tu autoconfianza cuando compruebes que puedes alcanzar algo, aunque sea un logro pequeño. No importa lo que otros te digan o te hagan sentir: si crees en ti nada se te resistirá. Así lo hago yo: cuando sueño con algo no escucho a nadie ni dejo que nada me distraiga de mi objetivo. Mis sueños no son negociables. Creo en mí y en mis capacidades y sé que lograr mis metas sólo es cuestión de dedicarles el tiempo y el esfuerzo necesarios.
No hay ni secretos ni atajos. Cultiva tu fe en ti, cultiva tu confianza en ti, y poco a poco todo irá encajando de forma sincronizada. Vuelvo a ponerme como ejemplo porque soy lo que tengo más a mano: viniendo de una familia humilde, me propuse ser empresario de la hostelería y lo conseguí; luego quise ser agente inmobiliario y lo conseguí, llegando a crear varias empresas en este sector; quise formar una familia y conseguí la más preciosa del mundo, con dos hijas y un dulce gato; quise ayudar al mundo y dejar humildemente un pequeño legado de conocimiento, de habilidades y herramientas para el éxito o el logro personal, y aquí estoy, escribiendo este libro.
La vida es un regalo que se nos otorga a todos por igual, un regalo sagrado, divino y misterioso. Nuestra primera misión es abrazarla, aceptarla, protegerla y cuidarla, tratándonos a nosotros mismos como trataríamos algo muy valioso, algo que nos importa mucho. La mejor forma de honrarla y quererla es construir una buena vida. Ese es el gran desafío: hacer que tu vida merezca ser vivida.
“No hay ni secretos ni atajos. Cultiva tu fe en ti, cultiva tu confianza en ti, y poco a poco todo irá encajando de forma sincronizada.
No hay nadie más poderoso en el mundo que tú cuando confías en ti mismo o en ti misma. Para construir esa confianza debemos tener una buena autoestima, y eso pasa por conocernos bien. Como dijo Erich Fromm, la confianza en uno mismo es clave para poder relacionarse de manera positiva con los demás.
Primero tenemos que saber cuáles son nuestras habilidades innatas, nuestras fortalezas, nuestros dones y talentos. Y segundo conocer nuestras limitaciones.
Por ejemplo, ¿eres una persona más racional que emocional o más emocional que racional? La persona racional suele pensar antes de hacer y si no lo ve claro no lo intenta o lo intenta sin suficiente determinación. La emocional, en cambio, suele hacer y después pensar. Son personas alegres e impulsivas pero también suelen cometer muchos errores (yo estoy en esa categoría).
Si no agradeces el regalo de la vida y no te conoces bien tu relación con el mundo va a ser muy precaria y vas a tener muchos problemas. Todos tenemos un pasado, unas raíces, unas circunstancias culturales y familiares, pero es tu responsabilidad forjar tu propio carácter. Como dijo Ortega y Gasset, dos terceras partes de tu vida te vienen dadas, pero un tercio depende de ti y puedes cambiarlo. Y eso incluye tu carácter. Tu carácter determina lo que ves; lo que ves determina lo que piensas; lo que piensas determina lo que haces; y lo que haces determina tu destino.
Por tanto, no se trata simplemente de decir “creo en mí”, sino de trabajar tu carácter para desarrollar una buena autoconfianza, un buen autoconcepto. Eso no se consigue de un día para otro. Primero abraza el regalo de la vida y comprométete a cuidarlo como lo más valioso que tienes. Como algo único, porque todos somos únicos. Si lo haces, tu autoestima estará en niveles altos. Con esa autoestima alta, trabaja en tu forma de ser para moldearla y confiar cada vez más en ti. Es un patrón mental: si tienes la autoestima alta, tendrás un autoconcepto alto, lo que alimentará tu determinación. Y con determinación, compromiso, paciencia, fuerza de voluntad y capacidad de superación, ningún sueño se te resistirá.
“Forja tu carácter, porque tu carácter determina lo que ves; lo que ves determina lo que piensas; lo que piensas determina lo que haces; y lo que haces determina tu destino.”
Tal vez te preguntes: ¿cómo puedo mejorar mi autoestima? Te lo explicaré. He identificado seis pilares de la autoestima. Son los siguientes:
Conciencia
Autoaceptación
Responsabilidad (sobre tu vida y sobre tus actos)
Asertividad
Propósito
Integridad
Iremos desarrollándolos a lo largo del libro, no quiero darte demasiada información de golpe para no empacharte. De hecho, algunos de estos pilares son a la vez los faros que iluminarán tu camino y que veremos en próximos capítulos.
De momento, lo importante es que tengas clara una cosa: somos lo que creemos que somos. Sólo tú puedes creer en ti y perseguir tus sueños, nadie lo hará por ti. Tú tienes ese deber y ese poder. Así que atrévete a empezar y ve aprendiendo por el camino. Cuando hayas desarrollado una buena autoestima tendrás un buen autoconcepto y eso te generará una mentalidad positiva a prueba de bombas. Una voluntad de hierro y un carácter de titanio. Tu alma, tu corazón y tu mente alineados te llevarán a grandes hitos.
Nadie más que tú puede construir la historia de tu vida. Somos únicos y ese es nuestro gran poder. Como dice la cantante Taylor Swift, “si tienes la suerte de ser diferente, no cambies nunca”. ¡Y todos tenemos la suerte de ser diferentes! Cuando nos conectamos con nuestra existencialidad y nuestra singularidad nos convertimos en imparables e insuperables. Tú, como todos, has venido a brillar, pero para lograrlo tienes que atreverte a hacer y confiar en ti, en la fuerza de tu alma, en la intuición de tu corazón. Confiar en la vida como en un río que baja de la montaña sin miedo ni obstáculos hasta alcanzar la fusión con el mar.
El universo te acompañará cuando adquieras un compromiso contigo y te esfuerces por alcanzar tus metas. Tu mente creará el camino hacia ese lugar y lo único que te podrá frenar serás tú mismo. El ser humano tiene cuatro grandes frenos:
Las creencias limitantes
Los miedos
Los apegos
Las expectativas
Como