Panorama del Jazz en México durante el siglo XX.. Roberto Aymes

Panorama del Jazz en México durante el siglo XX. - Roberto Aymes


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79 en la ciudad de Cuernavaca.

      1980-1990

      Es una de las décadas más grises en el Jazz Nacional, pero no por eso la creatividad fue menor. La etapa se caracterizó por producirse festivales internacionales de primera y única emisión. Fueron pocas las ocasiones en que músicos mexicanos abriríamos conciertos. Productores como Fernando Díez de Urdanivia, quién había tenido larga trayectoria como promotor de música clásica, desarrolló con el auxilio de un servidor presentaciones de grandes creadores como Woody Shaw, Dexter Gordon, Bobby Hutcherson, Chick Corea, The Heath Brothers, Cal Tjader y muchos más. Algunas instituciones como la UNAM, Bellas Artes, la Embajada de los Estados Unidos, el Instituto Alemán Goethe y la Embajada de Francia, invitan a grupos y solistas de Jazz, permitiendo al público y a los músicos tener una visión más completa del panorama jazzístico mundial.

      Entre los artistas que se consolidaron en estos diez años están el pianista de gran calidad Héctor Infanzón fundador del excelente grupo “Antropoleo”; el tecladista Gerardo Bátiz; el fino contrabajista Agustín Bernal; el grupo de etno-fusión “Astillero”, el versátil baterista Tony Cárdenas, el guitarrista Eduardo Piastro, el grupo “Tierra Firme”, el saxofonista Remy Álvarez y el extraordinario baterista de gran experiencia Salvador Merchand quien ha grabado con casi todos los solistas mexicanos, ha alternado con muchos creadores brasileños y caribeños, y ha compartido el escenario con destacados músicos norteamericanos como Grover Washington Jr., de entrañable memoria.

      Otro de los pianistas que desde fines de los ochenta ha obtenido una buena cantidad de reconocimientos es Luis Zepeda, quien posee gran capacidad técnica aunada a un gran sentido del swing. El guitarrista Roberto “Betuco” Arballo es uno de los jazzistas que más frecuentemente colabora con músicos de la costa oeste, como el propio Abraham Laboriel, Alex Acuña y Clare Fischer entre otros.

      A pesar de todas las dificultades, el Jazz en México estaba mejorando cada día y no sólo en la ejecución musical, que es la parte técnica, sino en lo más importante, que es un idioma propio, con características de nivel internacional.

      Surge en estos años un club de Jazz con buenos perfiles, donde se presentaron casi todos los artistas locales y, desde luego, algunos músicos internacionales. El nombre que se le dio al lugar y que sobrevivió hasta mediados de los 90 fue: “El Arcano”.

      1990-2000

      Mucho del panorama de la anterior década se refleja en ésta. No ha regresado una época tan fructífera como la de los 60; sin embargo, la calidad del músico de Jazz mexicano es cada día más reconocida en el mundo, a pesar de que no se cuenta con apoyos, ni el reconocimiento por parte de autoridades e instituciones. Aun así, en esta década se han producido más discos compactos de Jazz local que en todas las anteriores juntas. Ha existido el impulso de renovar el material musical en cuanto a repertorio, procurando no hacerlo tan repetitivo, e intentando crear una voz genuina para nuestro Jazz.

      Dentro de los festivales internacionales realizados, hemos podido disfrutar de la presencia de Cecil Taylor, Michel Camilo, Chick Corea con varias formaciones, Herbie Hancock, Dave Valentin, Freddie Hubbard, Paquito D’Rivera entre otros importantes músicos de todo el continente americano. Pero la mayoría de las presentaciones han sido de músicos europeos como Manfred Schoof, Michel Petrucciani, Uli Lenz, Rainer Brüninghaus, Giorgio Gaslini y muchos otros. Menciono a éstos que son con quienes los jazzistas mexicanos hemos compartido el escenario. Por desgracia la mayoría son festivales o presentaciones sólo para los extranjeros.

      Los productores han limitado el Jazz nacional a las pequeñas salas de concierto y han creado entre las nuevas generaciones de “escuchas” del Jazz un desconocimiento casi total de lo que ocurre en México y en el extranjero. La mayoría de quienes estén leyendo estas líneas, jamás han considerado a México como una posible potencia en el Jazz.

      De los creadores noveles podemos destacar al saxofonista Diego Maroto, al clarinetista y saxofonista Marcos Miranda, quien maneja un idioma realmente único, a la extraordinaria cantante Iraida Noriega hija de Freddy, que en realidad es la primera cantante con potencial internacional, al guitarrista Julio Revueltas de familia de grandes artistas; al bajista Pepe Hernández ya dedicado al Jazz. Pepe Morán, hijo del desaparecido “Chilo”, inicia sus proyectos, y aparecen grupos de fusiones étnicas como: “Xaman”, “Obsidiana”, “Jazztlán”, y desde luego el solista más importante en este idioma: Antonio Zepeda, quien ha tenido oportunidad de presentarse en festivales europeos.

      Hay muchos más pero éstos son, sin lugar a duda, los más representativos. Al mismo tiempo se ha creado una serie de agrupaciones con mínima calidad y escolaridad, pero por falta de preparación y desconocimiento del auditorio, son aceptados en las salas de concierto y en los pocos festivales nacionales donde causan desasosiego entre quienes los escuchan.

      Lo bueno es, como lo mencioné antes, la existencia de un buen acervo discográfico. Durante estos años han surgido algunas marcas como “Coyoacán Records”, “Producciones Fonográficas” y “Pentagrama”, que han realizado cosas interesantes, aunque de manera inestable. Han desaparecido, o se dedican a otras músicas aparte del Jazz.

      Es a finales de 1996 cuando Jazzcat Records aparece, siendo el primer sello discográfico en toda la historia del Jazz mexicano, que realmente se dedica a producir lo más relevante del movimiento, comprometiéndose con todos los conceptos y artistas, sin discriminar estilos ni tendencias.

      El Jazz en México, a comparación del de Cuba o Brasil desafortunadamente no ha encontrado todavía su proyección mundial, pero eso es algo por lo que continuaremos trabajando incansablemente todos los que nos dedicamos a esto. Tal vez compartimos algunos de estos problemas con muchos lugares del orbe, ya que aún el día de hoy el Jazz está luchando en todo el mundo para ser reconocido como la importante corriente mundial que es.

      Habrá mucho más que escribir en adelante, pero hasta este cambio al Siglo XXI es el camino recorrido por nuestro ritmo sincopado. El futuro de esta música aquí, como lo fueron sus inicios, es incierto. Lo que puede asegurarse enfáticamente es que el Jazz en México permanecerá, en contra de cualquier pronóstico.

      Publicado en 2000 por

      The University of Pittsburgh International Jazz Archives Sonny Rollins

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