Cuerpo, función tónica y movimiento en Psicomotricidad. Miguel Sassano
Psicomotricidad y de observar los multifacéticos aportes en camino a que la ya mencionada convergencia sea posible.
El término “movimiento” tiene su raíz en la palabra emuove, que proviene a su vez de emoción, por lo tanto se observa que el movimiento es una emoción exteriorizada, que trasunta en un gesto. Esta emoción repercute hondamente en el tono muscular, que a la vez es transmisor de esa forma comunicacional emocionada, tan característica de la persona humana.
El estudio del movimiento humano es un medio para conocer al hombre en su globalidad indivisa y no es una pura descripción física y muscular, explicada por tratados de anatomía y fisiologías analíticas.
Con el tiempo hemos podido percibir que la Psicomotricidad puede constituir el medio de prevención adecuado para compensar la multiplicidad de epidemias instrumentales, desde una dimensión antropológica de la unidad del ser humano, o sea, desde la relación dialéctica entre acción, formulación y edificación de la conciencia humana.
Por eso el pensamiento complejo, al que adherimos, respeta las texturas comunes, porque está entretejido, es un todo compuesto por hebras, un modo de religazón. El conocimiento que une es el conocimiento complejo y eso hemos intentado buscar en este texto.
CAPÍTULO 1
El tono muscular.
Actitud, postura y relajación
Tono:
“El tono se manifiesta por un estado de tensión muscular, que puede ir desde la contracción exagerada (hipertonía) hasta una descontracción en estado de reposo (hipotonía)” (Coste, 1979).
“Estado de tensión permanente de los músculos” (Macagno et al., 1998).
“Vehículo privilegiado de comunicación y expresión” (Aucouturier, 1985).
Función tónica:
“Resultado de un aprendizaje en el que se relacionan las funciones cerebrales y neurovegetativas de la persona, traduciéndose por un estado de tensión muscular” (Comellas y Perpinyá, 2003).
“El desarrollo psicomotor nos enseña que la utilización y el control de la función tónica es el resultado de un aprendizaje que pone en juego las funciones cerebrales y neurovegetativas del individuo” (Coste, 1979).
Emoción:
“Agitación de las pasiones, sensación fuerte, del francés emotion: excitar, incitar, conmover, influido por la relación que hay en francés entre mouvir: mover y motion: movimiento” (Breve Diccionario Etimológico de la Lengua Española. Guido Gómez de Silva. México, Fondo de Cultura Económica, 1991).
Actitud:
“Tendencia constante a percibir y reaccionar en un determinado sentido” (Rogers, 1975).
“Postura del cuerpo, disposición del ánimo, del italiano attitudine, actitud, postura, disposición, tendencia natural” (Breve Diccionario Etimológico de la Lengua Española. Guido Gómez de Silva. México, Fondo de Cultura Económica, 1991).
“Predisposición positiva o negativa hacia una actividad o tema determinado. Comporta una valoración y una implicación emocional y tiende a mostrarse estable” (Comellas y Perpinyá, 2003).
Nada puede integrarse realmente al ser, sin pasar primero por su organización tónico-emocional.
André Lapierre
El término tono deriva del griego tonos, que significa tensión. Podemos definir entonces al tono muscular como la tensión ligera a la que se halla sometido todo músculo en estado de reposo y que acompaña también a cualquier actividad postural o cinética. Esta tensión puede ir desde una contracción exagerada (paratonía o catatonía) hasta la decontracción (hipotonía) y no es constante sino que por el contrario, es sumamente variable en cada músculo y está armonizada en cada momento en el conjunto de la musculatura, en función de la coordinación estática y dinámica del individuo (Ballesteros Jiménez, 1982).
El tono muscular es el acompañante permanente de la existencia del hombre en el mundo, ya que existe en el estado de reposo, durante la ejecución de un movimiento, durante el mantenimiento de una actitud, durante una acción muscular y durante el sueño. La abolición total del tono supone la muerte.
La función tónica es la función fundamental en el enfoque psicomotor del sujeto humano, en razón de los diversos aspectos que ella reviste. El tono es un fenómeno nervioso muy complejo, constituye la trama de todos los movimientos, sin desaparecer en la inacción; recubre todos los niveles de la personalidad psicomotriz y participa en todas las funciones motrices (equilibrio, coordinación, disociación…). Es ante todo el vehículo de expresión de las emociones (Coste, 1978).
Es, además, el soporte esencial de la comunicación “infraverbal”, del “lenguaje corporal” y también un criterio de definición de la personalidad, puesto que varía de acuerdo con la inhibición, la inestabilidad y la extraversión que la caracterizan.
Junto con el esquema corporal, la función tónica es un concepto básico de la Psicomotricidad. Los primeros estudios de que fue objeto señalan el nacimiento de la disciplina, especialmente con Dupré (Coste, 1978).
Observemos algunos aspectos del tono teniendo en cuenta los elementos enunciados.
Dice J.C. Coste (1978) que, en primer lugar, “el tono es un fenómeno nervioso. La experiencia de Brondgeest (1860) con una rana decapitada puso en evidencia la existencia del tono muscular. La destrucción de los centros nerviosos superiores no impide que subsista en los miembros inferiores cierta tensión muscular que desaparece con la denervación (interrupción de los influjos motores) (…) ‘Se trata de un estado de semicontracción de naturaleza nerviosa’ ”.
Rademaker (citado por Coste, 1978) afirma: “El tono es una tensión de los músculos por la que las posiciones relativas de las diversas partes del cuerpo se mantienen correctamente, y que se opone a las modificaciones pasivas de esas posiciones”. En ello tiene que ver, sobre todo, la contracción tónica. Se trata de un tétano de baja frecuencia, lo que la distingue de la contracción fásica.
Se establece lentamente, pero persiste, resistiendo a la fatiga. Sobre todo, es permanente. Los centros superiores ejercen una acción moderadora y, por tanto, regulan las reacciones tónicas (Sherrington, 1896, citado por Coste, 1978).
Se aprecia el estado del tono cuando se comprueba la resistencia de un músculo a la movilización pasiva de un segmento corporal. Una marcada resistencia es indicio de hipertonía y una resistencia débil, de hipotonía. En condiciones normales, el músculo esquelético estriado se halla en reposo sólo aparente. En la medida en que está inervado, es asiento de una leve pero constante contracción tónica (Coste, 1978).
Otro aspecto básico es el reflejo miotático, “que es el propio mecanismo del tono. En un animal espinal (cuyos centros nerviosos hayan sido destruidos) un dispositivo registra, a través de cierto estiramiento de un músculo, una tensión muscular superior a la que podría presumirse por la elasticidad del músculo. Cuanto mayor el estiramiento, mayor es la tensión del músculo. El mecanismo de aparición de esta tensión responde a la definición de reflejo: provocado por un estímulo y adaptado a él, estereotipado y previsible. Tal es el reflejo miotático, que cesa con el estiramiento y se mantiene localizado en el músculo estimulado. La denervación lo suprime (como suprime todos los reflejos)” (Coste, 1978).
En principio, el reflejo miotático (o de estiramiento) depende sólo de dos tipos de neuronas: la fibra sensorial aferente 1a y la motoneurona alfa. Los terminales sensoriales de la fibra 1a tienen terminales en el músculo que son sensibles al estiramiento; se espiralizan alrededor de la región central no contráctil de un huso muscular u órgano fusiforme. Las aferentes 1a en la médula espinal hacen sinapsis con las motoneuronas alfa, que terminan en el músculo, para formar un arco reflejo monosináptico.
“El huso muscular es un receptor de estiramiento que