Luces de Bohemia. Ramón María del Valle-Inclán

Luces de Bohemia - Ramón María del Valle-Inclán


Скачать книгу
La didascalia describe un espacio igualmente triste y oscuro similar a otros que Valle-Inclán conocía bien por haber trabajado en redacciones. En la escena VIII la acción transcurre en el Ministerio de la Gobernación. El último espacio es el Cementerio del Este (XIV), en la actual avenida de Daroca. Se inició su construcción en 1884 y se terminó en 1925. Por tanto, en 1920 no estaba finalizado, si bien ya se usaba. Desde su creación fue cementerio civil, pues una ley de 1883 obligaba a que en todas las localidades de más de 600 habitantes hubiera una zona para entierros civiles. Es evidente que ni en el duelo ni en el entierro hay sacerdote ni signo religioso alguno, en coherencia con el pensamiento de Max. En la escena XIV, Rubén propone al Marqués que vuelvan al día siguiente a poner una cruz en la fosa de su amigo, pero el marqués desestima la idea.

      No solo hay múltiples espacios, sino variados registros idiomáticos. La literatura de Valle-Inclán, maestro de un estilo depurado y escogido, fue retratada por Rey Moliné (Dorio de Gádex) en una tertulia:

      El buen literato […] trabaja su prosa o labra su verso con aquella admirable y sabia paciencia usada por los miniaturistas medioevales, teniendo para ello presente estos cinco ineludibles mandamientos:

      Primero: Novedad y propiedad en la aplicación de los adjetivos.

      Segundo: Originalidad y belleza en las imágenes.

      Tercero: Armonía musical.

      Cuarto: Pureza gráfica de expresión.

      Quinto: Evocación lírica.

      […] Cualquier página de un libro debe hacerse tantas veces como sea preciso, hasta encontrar su forma definitiva: aquella que la crítica más severa halle impecable.

      Desde el comienzo de la obra, don Ramón manifestó su voluntad de diferenciación. Esa voluntad se manifiesta en la selección temática que, a riesgo de no ser comprendida o incluso rechazada, se adentra por caminos tortuosos y más propios de la narrativa que del teatro. A modo de síntesis, señalamos ahora aquellos rasgos manifiestos, tanto en las didascalias como en los diálogos: la variedad y multiplicidad de espacios, en recorridos laberínticos y circulares; el gusto, necesario para la trama, por espacios miserables; los usos de la luz con carácter expresivo, expresionista, con empleo de la oscuridad y el tenebrismo; la atracción por lo sensorial; el empleo de la imagen que se distancia del purismo esteticista para adquirir un sentido crítico; el uso de tropos para reforzar la expresividad, y el manejo en los diálogos de un lenguaje extraordinariamente rico que bordea continuamente el límite de lo verosímil, pero que, por otro lado, crea un sorprendente efecto de realidad profunda. Sin ánimo exhaustivo, veremos algunos de estos recursos en los diálogos y en las didascalias.

      Destaca el dominio de la polifonía, el interés por dotar a cada personaje de una forma única de hablar, de un idiolecto. Señalamos algunos. Así, los galicismos de Madama Collet (I): «No tomes ese caso por ejemplo» en vez de «como ejemplo», y, entre otras casos, la confusión de ser y estar: «¡Oh, sería bien!» en vez de «estaría bien». Caracteriza verbalmente a Rubén Darío (el «admirable» que utilizaba en la realidad) y al Borracho, quien repite «¡Cráneo previlegiado!». Hay citas literarias: «¡Juventud! ¡Noble apasionamiento! ¡Divino tesoro, como dijo el vate de Nicaragua!», «¡Mal Polonia recibe a un extranjero!», etc. Abundan las referencias mitológicas: Hermes, Morfeo, Venus, Minerva, etc. Los eufemismos suelen ser despectivos: «guindillas» en lugar de «guardias». Las expresiones vulgares aparecen igualmente: «cambiar el agua de las aceitunas» por «orinar»; «dilustrado» por «ilustrado». Se emplean abreviaturas («Delega» por «Delegación») y madrileñismos, como «pápiro» («billete»), o «naturaca» («natural»). Tampoco faltan los términos cultos. En la escena IV Max pregunta «¿Qué rumbo consagramos?» con un término religioso que sacraliza ese viaje nocturno. No escasean los latinismos («Salutem plurimam») y los helenismos («Eureka», Crisóstomo). Afloran poemas, como la octavilla hexasilábica que el Ministro dedicó a una hermana de Max, y un fragmento de Rubén Darío.

      Don Ramón rompe con el modelo convencional también mediante las didascalias, que pasan de tener un valor funcional, dirigido sobre todo al director y a los actores, a adquirir un valor plenamente literario, incluso poético. Se aproxima al lenguaje narrativo, al poético (uso de rimas internas: «periodista»/«florista») y al cromatismo en IX (vaho de humo, luces, arcos voltaicos) y en X: (oscuridad, llama de un cigarro, farol de un sereno, sombras). Hay testimonios respecto al olor y al sabor (el aroma del ajenjo, el perfume primaveral, el café de recuelo); matices en los movimientos, los gestos y las voces (la tos asmática, la mujer despechugada); a la cosificación (el bulto de un hombre), al menosprecio (el ujier abotonándose los calzones) y a la animalización (a Max lo espera en la puerta su perro, que no es otro sino Don Latino; un personaje abre los brazos como si fueran alones sin plumas, Don Latino cocea la puerta y tuerce la jeta), etcétera.

      Luces de bohemia no gozó de la suerte de otras obras de Valle-Inclán, que fueron escenificadas en vida del autor, porque la Guerra Civil y la victoria del franquismo impidieron, durante muchos años, la representación en España. El estreno mundial tuvo lugar en París en 1963. Después fue representada en Bruselas y en Buenos Aires. En 1967, dos grupos universitarios españoles la montaron, aunque censurada. En 1970, tuvo lugar el estreno comercial en un teatro de Valencia. Un año después llegó a Madrid. En 1984 Lluís Pasqual montó la obra con la compañía del Centro Dramático Nacional. De vez en cuando, sube a las tablas con gran éxito de crítica y de público. Las adaptaciones cinematográficas abundan. La más conocida fue interpretada por Francisco Rabal y Agustín González (1985). El mundo de la farándula homenajea a Valle-Inclán con los famosos Premios Max, que se entregan todos los años a los mejores profesionales del teatro.

      4. Nuestra edición

      El texto editado sigue fielmente la impresión de 1924. Reproducimos conforme al ejem­plar que se conserva en la sede de Recoletos de la Biblioteca Nacional de España (signatura 4/17606). No obstante, hemos creído necesario corregir algunas erratas evidentes, así como regularizar la acentuación y la puntuación. A pesar de que aplicamos los últimos criterios ortográficos académicos, mantenemos el uso particular de las mayúsculas en aquellos casos en los que entendemos que tienen valores estilísticos y expresivos.

      5. Bibliografía

      Alberca, M., La espada y la palabra, Barcelona, Tusquets Editores, 2015.

      Biografía de Valle-Inclán, desde sus antecedentes familiares hasta su fallecimiento. Es una biografía rigurosa y completa que alterna los pasajes personales y familiares con los referentes a la obra literaria y comercial, con datos muy interesantes. En algunos momentos –la infancia, la primera juventud, el viaje a México–, Alberca se ve obligado a rellenar coherentemente la falta de datos a partir de los existentes.

      Hormigón, J. A., Valle-Inclán. Biografía cronológica y epistolario, vols. I, II y III, Madrid, ADE, 2007.

      Monumental biografía estrictamente cronológica de Valle-Inclán, pormenorizada, minuciosa, rigurosamente documentada y comentada. El laborioso trabajo ha consistido en la recopilación de toda la documentación existente y encontrada, en todos los ámbitos, referente a Valle-Inclán, tanto de su vida como de su obra, de sus aspectos personales, familiares o incluso de los comerciales. El autor va aportando cronológicamente todos los datos documentados textualmente y añadiendo comentarios explicativos que aclaran y valoran objetivamente su trascendencia.

      Rubio Jiménez, J., Valle-Inclán, caricaturista moderno. Nueva lectura de «Luces de bohemia», Madrid, Fundamentos, 2006.

      El estudio analiza básicamente Luces de bohemia partiendo de un análisis previo, histórico, de los orígenes de la técnica del esperpento, desde Goya, y de sus características. Rubio establece la relación entre el esperpento y la caricatura, y a partir de ahí, analiza cómo Valle-Inclán trató literaria y, a veces, biográficamente unas selectas figuras: Alejandro Sawa, reflejado en Max Estrella, Rubén Darío… El libro excede el puro análisis del esperpento para ofrecer un complejo retrato de Valle-Inclán. Aporta abundantes citas y anécdotas así como un interesante muestrario iconográfico.

      Sobejano, G., «Luces de bohemia: elegía y sátira»,


Скачать книгу